Tres temporadas después -muchas lágrimas y cientos de horas en el gimnasio-, el mundo del fútbol vuelve a hablar con respeto de Falcao. Sea de su gusto o no, Radamel regresa a la lista de los mejores artilleros del mundo. Porque este monstruoso delantero ha dejado sin municiones hasta al más feroz de sus críticos. El viernes pasado cumplió 31 años y el portal de la UEFA le dedicó un artículo titulado, “Radamel Falcao, un depredador del área“. El reconocido portal ´Primer Time Sport`, elaboró una lista con los promedios goleadores (relación minutos jugados / goles anotados) de los mayores anotadores de Europa. De primero en la lista, con un gol cada 69.2 minutos está Falcao. Es capitán y referente de un increíble Mónaco que es líder. Tiene al principado rendido a sus pies. El ´Tigre` volvió, y con los colmillos más afilados que nunca.
Pero más allá de su gran momento de forma, Falcao ya tiene los pergaminos suficientes para ser tenido com el futbolista colombiano que más lejos llegó. Cada generación defiende a la leyenda que le supo robar el corazón. Llámese Willington, Iguarán, Valderrama, James. Pero la carrera de Radamel no tiene comparación en la historia de nuestro fútbol. Tuvo un debut soñado y fue ídolo de River, en el Porto se cansó de romper récords, de ganar títulos y de demostrar una jerarquía, hasta el momento inédita, en un jugador con pasaporte colombiano. Fue la bandera y la piedra angular -junto a Simeone- de un proyecto que le permitió al Atlético de Madrid en dos años crecer lo que ningún ‘Colchonero’ optimista hubiera imaginado. Es el máximo goleador de la historia de la Selección Colombia. Y después de lesiones, y dos años que todos nos sabemos de memoria, Falcao regresa a ser un fuera de serie.
Pero para ser un fuera de serie no basta con tener mucho talento. Para serlo hay que tener la personalidad y la jerarquía para aparecer en los momentos clave. Desde aquella épica remontada contra Botafogo cuando aún era una promesa en River, hasta el triplete contra el Chelsea en la Supercopa de Europa, Falcao siempre dijo presente en las noches importantes. Pero además de eso, hace falta una dosis alta de amor propio por lo que se es y por lo que se hace: profesionalismo, esfuerzo, sacrificio y humildad. A Radamel nunca le leímos un tweet disonante o una salida de tono. Le tocó jugar con la reserva del United, fue menospreciado por dos entrenadores top como Van Gaal y Mourinho y a pesar de eso nunca hubo escándalo o polémica. Siempre se mantuvo al margen. Callado en el éxito y sepulcral en el fracaso. Nunca dejó de creer.
Por último, lo que termina de situar a Radamel en una categoría superior es su inagotable sed de gloria. Después de haber construido una carrera brillante, y tras dos años en el ostracismo absoluto, bien pudo haberse rendido y caer seducido ante las ofertas de las suntuosas ligas de Estados Unidos y China. Poca presión y muchos millones. Pudo haber terminado sus últimos años con más ceros en la cuenta que goles. Pero no. Radamel rechazó tres veces al fútbol chino. “No gracias, todavía tengo mucho que demostrar”, rugió. El Tigre explotó hasta más no poder el espíritu amateur en el fútbol de élite.
Por estas y muchas más razones en Hablaelbalón creemos que es el futbolista perfecto. Por él, por el Mónaco y por nosotros, que sus mejores noches aún estén por venir.