En Hablaelbalón le dimos duro al Santa Fe de Gustavo Costas. Dos santafereños se molestaron y escribieron este sarcástico texto defendiendo al último campeón del fútbol colombiano. No se lo pierda, ¡nos dieron palo!
En nuestra sana costumbre de revisar tras cada jornada futbolera el nuevo portal web Hablaelbalón, una iniciativa loable y necesaria para todos a los que nos gusta el fútbol, encontramos un editorial titulado “Un Campeón Deprimente” que hacía referencia al reciente título obtenido por Independiente Santa Fe. Emocionados por el titular, empezamos a leer las líneas y nos llamó muchísimo la atención una de las frases que hacía referencia al juego del equipo de Gustavo Costas:
“(…) Pero ganó jugando mal. Por momentos, horrible. Por momentos, irritablemente horrible (…)”
No podríamos estar más de acuerdo. Nos parece que la novena copa que reposa desde el pasado domingo en las vitrinas cardenales no vale nada. No entendemos a la gente que festejó semejante mamarracho. Para ganar, ahora no basta con hacer un gol más que el rival; hay que jugar bonito, no bien. El fútbol no es de goles sino de toques. Todos deberíamos seguir el ejemplo de los intocables fanáticos del Barcelona, para quienes solo es válida su propia forma de jugar, a pesar de que muchos equipos y técnicos han demostrado que se puede jugar diferente y obtener los mismos e incluso mejores resultados.
Acá no vamos a entrar a discutir los irrefutables números del Santa Fe de Costas, que, además de salir campeón, terminó siendo el equipo que más puntos consiguió durante el año en Colombia. ¿Para qué? No, acá vamos a hablar del pésimo fútbol que practicó.
En primer lugar, no entendemos por qué Santa Fe decidió renunciar a la posesión del balón, el aspecto más importante y el único que gana partidos, y dedicarse, en vez de a acapararlo, a usarlo de buena manera, a no tenerlo mucho sino a perderlo poco y lejos de su propio arco para evitar goles en contra y generar goles a favor. ¿Qué es eso?
Otro punto incomprensible en el planteamiento de Costas es que buscó un equipo ordenado y sólido –como si eso importara en el fútbol actual–, que tuviera la mejor diferencia de goles en contra y a favor y que permitiese que se potenciaran, gracias a esa estructura, las individualidades de un equipo maltrecho y mal armado por el cuerpo técnico anterior.
Un tercer elemento que nos hace estar alineados con Hablaelbalón es ver lo mal que jugó el equipo a lo largo del semestre. A nosotros también se nos olvidó, como al autor del editorial, que para ser campeón hay que jugar 26 partidos y no solamente los playoffs o la final. Y como en la final no vimos un fútbol bonito, concluimos, al igual que él, que Santa Fe es un campeón deprimente y feo. En nuestro análisis tampoco tenemos en cuenta –por decir algo– lo sucedido en el partido frente al Medellín (campeón defensor), en el cual Santa Fe hizo cuarenta y cinco toques al ritmo del ‘Óle’ que bajaba de la tribuna.
Ante las críticas, y en su defensa, Gustavo Costas dijo que armó un equipo que no jugaba lindo, pero que le comía las piernas a los rivales. Se le olvidó decir también que armó un equipo que no perdió en las últimas 15 fechas y que salió campeón con orden, presión, táctica, entrega y amor propio. No obstante, eso no es suficiente. Nosotros queremos espectáculo. Queremos jugar bonito. Por eso debemos devolver la copa, esa misma copa que los hinchas decidimos no celebrar porque en la final se jugó feo; porque los únicos partidos que valen fueron los dos últimos y no los 24 anteriores. Además, quienes pagamos la boleta nos sentimos insultados y, sobre todo, robados, pues fuimos a ver a Santa Fe jugar bonito, no a que ganara su novena estrella.
Por todo esto, no podríamos estar más de acuerdo con el que escribió aquellas líneas. Qué feo es no perder durante el 85% del torneo, qué feo es haber sido el equipo que más partidos ganó, qué feo es haber ganado siete partidos de visitante, qué feo es haber sido el tercer equipo más goleador y, más feo aún, el menos vencido.
Para nosotros ganar ya no es lo más importante y por eso, de ahora en adelante, vamos a ir al estadio a ver espectáculos. Los títulos nos tienen sin cuidado.
PD: Cuánto daño le hizo el Barcelona a la gente. Nunca entendieron que jugar bien no es jugar bonito. Nunca supieron que el campeón siempre es el mejor y que para ser campeón hay que jugar bien al fútbol y que jugar bien al fútbol es saber a qué juegas. El Santa Fe de Gustavo Costas sabe a qué juega, entonces juega bien. Muy bien
Este texto fue publicado originalmente en ¡Yo elijo esa!, un blog santafereño.