Millonarios jugó un primer tiempo perfecto y sometió a un Santa Fe muy pobre.
¿Y la experiencia?
Nada iba a cambiar, eso lo sabíamos. Santa Fe iba a ser el mismo equipo tosco de siempre. La esperanza estaba, entonces, en “el amor propio” y la experiencia de sus once titulares, todos campeones alguna vez. Pues bueno, es difícil imaginarse un peor planteamiento incial, una peor respuesta a la circunstancia.
Este Santa Fe, si no es perfecto en sus líneas replegadas, cortas, si no gana las segundas jugadas, es peso muerto. Hoy el agua se le filtró en todas sus líneas y se plagó de errores no forzados en cancha propia: Tesillo, Urrego, Gordillo, Baldomero, Roa, Mosquera y Pajoy, nerviosos como críos, le permitieron a Millonarios faltas cerca al area. Una y otra y otra. Y otra… hasta que llegó el gol de De Los Santos.
Millonarios tiene mérito propio por mandar en el partido, pero ver a este Santa Fe tan confundido y torpe, tan infantil, nos sorprendió a absolutamente todos.
Pd: Qué dolor para el equipo rojo que el balón parado, su arma principal, esta vez fuera su paradoja y su condena.
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Carachito Dominguez
Russo entendió muy bien que si quería ser el protagonista, si quería mandar en el juego, la clave estaba en la gestación. Con Santa Fe replegado y predeciblemente tirado atrás, el rol de Carachito Domínguez se antojaba capital. De él dependía el sentido, la fluidez y la consistencia. De él dependía hacerle ver a Santa Fe que su muralla en 30 metros se podía caer. El Caracho respondió con creces.
Además de ser lúcido para darle amplitud y profundidad al equipo, en cada balón parado puso veneno. Hoy fue el eje que, con paciencia y precisión, inclinó la cancha para Millos.
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“Oe oe oeee Duque, Duqueeee”.
Para el segundo tiempo, el partido se transformó. Santa Fe salió a otra cosa y a Millonarios se le fue acabando el gas. No fue un Santa Fe brillante, ni mucho menos, siguió alimentando el festival de pelotazos sin sentido, pero la dispsición cambió, adelanto las líneas y matizó el monopolio azul.
Por su parte, con Riascos cansado, Caracho cansado, Del Valle rangueando (hasta que salió lesionado), Millonarios se sostuvo en Jhon Fredy Duque. El performance del 22 fue fenomenal… en partidos así, con toda la temporada pesando en la espalda y en los gemelos, que haya un loco que gana todas las divididas, que aparece por todas partes, que decide siempre bien, salta líneas y se gana amarillas, es una bendición.
‘JohnFre’ los contagió a todos y no permitió que el agua se filtrara en Millonarios. Le comió los tobillos a Perlaza, a Roa, estuvo a la altura de Gordillo. Viendo como terminó el partido y proyectando lo que será la vuelta, las aspiraciones de Millonarios, en buena medida, están en sus canilleras.
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