Esto es lo mejor y lo peor del Santa Fe de Gregorio Pérez
Cuando llegó Gregorio, Santa Fe ardía. Ardía porque el semestre anterior con Costas no fue un semestre malo. Fue malísimo, doloroso, sin juego, ni creatividad, ni solidez defensiva, ni rebeldía… Sin nada. Para volver a competir, a Santa Fe le hacía falta, sí o sí, un delantero, un lateral derecho, uno izquierdo y extremos para ambas bandas. Pastrana hizo la tarea y los trajo a todos.
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¿Lo bueno de Don Gregorio?
Quien haya seguido a Santa Fe deberá coincidir con que el equipo, y esto es una virtud, tiene a estas alturas un plan A definido y sin secretos: 4-3-3.
Con la llegada de Giraldo para el lateral derecho, Pérez devolvió a Roa a su pecera en la mitad de la cancha. Esto hizo que el equipo volviera a herir por afuera con laterales largos, pues Juan David Valencia y Dayron Mosquera, por izquierda, también aseguran ese rubro. En la mitad, con Roa feliz, lo mejor que hizo Gregorio fue reactivar a Baldomero, hacerlo el puente, el auténtico box to box. Con él en cancha, la segunda línea de tres brilla: Gordillo y Roa son las escobas, los perros de caza y Baldomero el que además del despliegue pone las ideas, el que ata los cabos; Santa Fe es un equipo feroz que te come las piernas en la mitad de la cancha y te ataca sin titubeos y con lucidez.
Hay que decir, también, que Gregorio tiene dos certezas importantes: Anderson Plata y Pajoy. Con ellos el equipo no tiene cinco volantes, como con Costas, sino tres delanteros. Esto ha hecho la diferencia porque Santa Fe ha materializado su deseo de mandar en los partidos, de arriesgar, de atacar con muchos hombres. Además, las innegables deficiencias de Plata se camuflan si se le restringe a la línea. En punta, con Morelo, con la confianza a Obregón y el hasta luego a Stracqualursi ha terminado de dejar claro que quiere un nueve plástico, veloz y encarador. No quiere una referencia fija en el área.
Santa Fe volvió a ser el equipo infernal que siempre corre más que el rival y que con su eterno romance a balón parado ha logrado hacer siempre, al menos, un gol más que su oponente.
¿Lo malo?
¿Hay defectos en los equipos con puntaje perfecto? Sí. Este Santa Fe que solo ha recibido dos goles en liga tiene como figura a Leandro Castellanos. Pérez disfruta del golpe a golpe, por eso sufre tanto. Sin Jonathan Gómez el equipo A va sin enlace, entonces hay tramos largos en los que pierde el balón. Le pasó contra el Caldas y empezó perdiendo 2-0. Le pasó con Envigado y permitió muchas opciones de gol. Le pasó contra Nacional y el segundo tiempo corrió detrás del balón, igual con Millonarios.
El reto de Don Gregorio está en mantener la ambición, pero con circuitos más aceitados, disminuyendo el golpe a golpe y las contras del rival. Tener el balón disminuye los riesgos. Habrá que seguir contando con Omar y habrá que hacer pesar a Kevin Salazar. El reto es que los perros de caza de la mitad más Pajoy y Anderson Plata logren sumarle a su electricidad mayor elaboración y consistencia.
Termine con: un adiós tardío al cura Julio.
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Futbolred