Paolo: El camino del Guerrero

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Después de una gran novela a causa de un maldito antidoping, La FIFA anunció por fin que Paolo estará en el Mundial. Acá le contamos por qué lo queremos tanto. 

 

Si en algún momento hubo un momento glorioso en el fútbol peruano, este ya quedó atrás, empolvado en los libros de historia que narran las hermosas gestas mundialistas de héroes como Héctor Chúmpitaz, Hugo Sotil y el gran Teófilo Cubillas. Historias quizás infladas por imprecisiones de la memoria selectiva de los más viejos, historias que año a año, partido a partido, derrota a derrota se han ido desvaneciendo más y más.

 

Este año se cumplieron 35 años desde que Perú asistió a un Mundial y de cara a Rusia, otra vez, la clasificación parecía echada a perder. Sin embargo, los tres puntos recuperados en el escritorio frente a Bolivia y los seis puntos recogidos en esta última doble fecha le dieron vida un país que deambulaba como un zombie por la eliminatoria: hoy, Perú tiene 24 puntos y es cuarta. Desde 1997 el Mundial no parecía tan cerca. La esperanza está vivísima y cuando en el fútbol hay esperanza, obligatoriamente hay un símbolo que la encarna. Como Messi en Argentina, o Neymar en Brasil, o Falcao en Colombia. Ese es José Paolo Guerrero en Perú.

 

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Ricardo Gareca no solo tiene funcionando a Perú como un relojito, sino que es el gran gestor de la renovación peruana. El ‘Tigre’ desestancó a una selección que parecía varada en el tiempo. Paulatinamente, Ricardo fue bajando a jugadores de renombre y trayectoria como Pizarro, Farfán —que volvió esta fecha después 17 meses—, Vargas o Zambrano y comenzó a traer caras nuevas y frescas, entre ellos muchos obreros de la liga local. Y en ese contexto de transición e incertidumbre, en tiempos difíciles, pero hermosos, para el futbolero peruano, Paolo se ha elevado al nivel de un redentor. Porque detrás de ese delantero de roce y fricción, con aspecto descuidado y ruidoso, de esa pinta más de convicto que de futbolista, se esconde un líder comprometido y sensato, un profesional en mayúsculas.

 

Paolo auf Deutsch

Incluso muchos años antes de superar a Teófilo Cubillas como el máximo goleador de la selección peruana (32 goles), en las divisiones inferiores de Alianza Lima, a Guerrero ya se le comparaba con el genio del que Pelé alguna vez dijo era su sucesor. Y era tal su talento y su proyección que unos empresarios alemanes se la olieron y lo raptaron antes de que pudiera debutar en el club de sus amores. Al igual que Messi, Paolo aún no sabe lo que es ser profesional en su país.

 

En 2002 fue el Bayern Munich, el gigante bávaro, el que se lo llevó y a sus 18 años lo inscribió en el segundo equipo. ¿Su primer entrenador en Europa? Quién más si no Gerd Müller, el mítico delantero alemán, que vaticinó que Paolo sería un grande. Lo del peruano parecía estar escrito. En la temporada 03/04, en tercera división, con el equipo amateur anotó 21 goles, salió campeón y, sin un solo partido en primera, fue convocado a la selección peruana absoluta. Con eso convenció a Felix Magath de convertirlo en futbolista profesional.

 

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En Alemania jugó con capos como Oliver Kahn y Micheal Ballack. Foto: Reuters

 

Su debut en la Bundesliga fue soñado: cinco goles en cuatro partidos, entrando en todos como suplente. Arriba, en el primer equipo, el ‘Depredador’ encontró en el experimentado Claudio Pizarro un modelo a seguir. En el Bayern hizo 13 goles en 44 partidos, pero debido a su juventud nunca pudo abrirse un espacio en el once titular. Con dos Bundesligas y dos Copas de Alemania en la maleta, decidió dar un paso al costado.

 

A sus 22 años migró al Hamburgo, club en el que estuvo durante seis temporadas, marcó 51 goles, pero con el que no ganó ni un título. Y para Guerrero seis años sin ganar son demasiados, por eso, en verano de 2012 decidió darle un giro radical a su carrera.

 

Paolo em Português

–Yo quiero ser campeón del mundo– le dijo Paolo a su mamá, justo antes de montarse al avión que lo llevaría a Sao Paulo para terminar de cerrar un acuerdo con el Corinthians. Acababa de salir goleador de la Copa América 2011 y, aunque en Europa lo esperaban con las puertas abiertas, él sólo soñaba con viajar a Japón para ganarle al Chelsea en la final del Mundialito de Clubes. Paradójicamente tuvo que dejar Europa y volver a América para besar a la gloria en la boca (como a sus muchas amantes).

 

Lo consiguió. Él fue el que marcó el gol que le dio el título mundial al Corinthians y que se grabó para siempre en el corazón de los más de 30 millones de hinchas que tiene el Timão. Su gol quedó inmortalizado para siempre en el gigantesco mural que rodea el campo de entrenamiento del equipo. En 107 años de historia, solo once jugadores han hecho mérito suficiente para ser grabados en el mural: Paolo Guerrero es uno de ellos.

 

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Así quedó el mural de Paolo en la ciudad deportiva del Corinthians. Foto: Behance

 

Con Guerrero el amor fue a primera vista, intenso, pero corto. Tanto se le quiso en Corinthians que su renovación dividió a la hinchada con las directivas del club, quienes no quisieron pactar el aumento salarial que exigía el peruano. El movimiento cívico para retenerlo en el equipo fue tan grande que incluso hubo campañas en internet rogándole que se quedara. Al final no hubo acuerdo y el Flamengo no desaprovechó la oportunidad para reforzar su proyecto con el que fuera elegido mejor delantero de Brasil en 2014.

 

Así lo recibieron en el Maracaná:

 

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Y si bien sus inicios no fueron fáciles, hoy, dos años y medio después de su llegada a Río, Paolo es el jefe del ataque del ‘Fla’ y ya se ganó a una hinchada de 40 millones de simpatizantes. Así, en la cuna del fútbol, un peruano fachero ha sabido conquistar a casi 70 millones de hinchas. A Paolo todos lo amamos. ¿Cómo no?

 

Pero, insaciable como es, el ‘Depredador’ quiere más. “Yo siempre quiero ganar, pero con la selección estoy dispuesto a matar”, dice cada vez que le preguntan por un título con su país. En 2011 y 2015 salió tercero y fue goleador de la Copa América. Hoy el objetivo es ir a Rusia…la cosa está difícil, pero con él todo parece posible.

 

Todos los caminos de Perú desembocan en Paolo…

 

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Foto:

Nexogol


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