En un Real Madrid vs. Barcelona las victorias saben a gloria y las derrotas se sienten en el alma… pero lo que más duele son las humillaciones. Para echarle leña al fuego le traemos las acciones más dolorosas que ha dejado el Superclásico español.
La de Iniesta a Coentrao
Coentrao vive sus horas más bajas desde que llegó a Madrid. Lo bueno es que como no juega ya no está en riesgo de volver a sufrir una humillación similar. Iniesta, con la precisión de un torero cuando mueve el capote (fíjese en la repetición en cámara lenta), hizo ver muy mal al pobre Fabio.
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La de Di María a Puyol
Las fuentes oficiales dicen que Puyol se retiró debido a una lesión crónica de rodilla que le impedía rendir al 100%. Sin embargo, recientemente algunos allegados al excapitán han desmentido que fuera una lesión de rodilla y afirman que fue una pubalgia crónica, acompañada de una crisis aguda de vergüenza, lo que causó el retiro de ‘Puyi’. Todos sabemos que no fue por eso pero sí sabemos que Puyol instaló en su computador un programa para bloquear memes después de este partido. Carles no fue el mismo después de este split.
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La de Dani Alves a Cristiano
Desde que Cristiano llegó a España y hasta que Dani se fue Italia, este fue el duelo más apasionante de la Liga. En todos los clásicos hubo chispas, patadas, burlas, insultos para recopilar en un álbum y repasarlos con los amigos mínimo una vez al año. Pero caños…caños solo vale la pena recordar uno. Fue grosero.
Si el video no le carga (por el irritante monopolio de MediaPro) véalo acá.
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La de Bale a Bartra
Las lesiones nos han impedido ver al mejor Gareth Bale con regularidad pero escenas como esta dejan claro que cuando el galés está bien es un bus en hora pico (no lo para nadie). En Mestalla, en una final de Copa del Rey, Gareth hizo que Bartra se viera como un niño de cinco años, como un párvulo torpe que corre detrás de su primer balón.
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La de Messi a Ramos
Aquella noche del 5-0 en el Camp Nou, el Madrid viajó al infierno. La mano extendida de Piqué, señalando cada uno de los cinco goles, dolió, dolió mucho, pero lo que más dolió fue ver como Messi, con una pisadita ‘riquelmeana’, acabó con la poca dignidad que le quedaba a Sergio Ramos. Sí, una patada no soluciona nada, pero era eso o tres botellas de ron y mucho llanto frente al espejo.
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La de Cristiano a Piqué
Gerard, que suele hablar mucho, quedó mudo aquella noche. Había dicho que en el tiempo que compartieron en Manchester él pudo estudiar, de memoria, todos lo movimientos de Cristiano. Pues bueno, menos mal Pique no estudió para ser cirujano.
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