Muchos, usando el encanto de su figura y trayectoria, se empeñan en tratar de prolongar una excelencia que ya no existe. Cuesta gestionar la decadencia y encontrar el momento justo para despedirse. Xabi Alonso lo ha logrado. A final de temporada cerrará con brillo y grandeza el círculo de una carrera casi perfecta.
Fue pieza clave y referente de todos sus equipos. Jugó en todo tipo de sistemas. De Mascherano a Vidal, pasando por Busquets y Gerrard, compartió el doble pivote con volantes diferentes; con todos rindió y a todos los potenció. Fue mediocentro único en equipos posicionales y el origen de las transiciones rápidas en aquellos que jugaron al contragolpe. Lo entrenaron los mejores y cuando se fue, siempre, dejó un cráter sin reemplazo. Un lord dentro y fuera de la cancha. Un tipo inteligente en su juego, aplomado y analítico en su discurso. En dos palabras: Xabi Alonso.
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El mediocentro perfecto
El mediocentro es el el volante que juega por delante de los centrales. Su función se divide fundamentalmente en cuatro facetas principales: defensa posicional, transición defensiva, transición ofensiva y ataque posicional. Un buen mediocentro debe saber interpretar lo que pide cada uno de estos momentos. A lo largo de su carrera Xabi sacó nota alta en los primeros dos y altísima en los segundos. Pero al reunirlos todos, y contextualizar el paquete completo, al jugador integralmente, Xabi Alonso resulta en un mediocentro perfecto.
A) Defensa posicional: Cuando el equipo se repliega para defender, el mediocentro debe activar todas sus alarmas para limitar la llegada de la segunda línea del rival; marcar al hombre o en zona, según la disposición del equipo.
Sin ser un portento físico, gracias a su noción para cubrir espacios y su concentración, Xabi logra ser un faro para su equipo en la defensa posicional. Un jugador de gran valor para defender y un excelente recuperador.
B) Transición defensiva: Cuando su equipo pierde el balón en fase ofensiva, el mediocentro debe ser un pulpo que, usando los recursos a disposición (faltas, coberturas, deslizamientos, choques), robe la mayor cantidad de balones, intercepte los contraataques y evite las transiciones ofensivas del rival.
En defensa, esta es su mayor cualidad. Tácticamente, Xabi es un prodigio. Siempre ha jugado en equipos que atacan mucho y se doctoró haciendo coberturas y relevos. Roba muchos balones barriéndose y es un experto para cortar las transiciones rápidas del rival.
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C) Transición ofensiva: Cuando su equipo recupera el balón, el mediocentro despliega sus capacidades como constructor de juego. Debe elegir entre lanzar un contraataque en velocidad o empezar a crear un ataque estático.
Xabi ha logrado potenciar magistralmente a grandes atacantes como Ronaldo, Bale, Torres, Baros y Ribery, entre otros. Su gran golpeo le abre una baraja muy rica de posibilidades a su equipo. Su precisión milimétrica potencia el despliegue ofensivo en velocidad. Además, su visión de juego es extraordinaria.
D) Ataque estático: Cuando el rival está replegado en defensa, el mediocentro debe ofrecerse como alternativa de pase, ser el eje de la circulación y participar activamente en la construcción del juego. Su primer toque debe ser muy bueno, así como su capacidad para encontrar al hombre libre a la espalda de los defensores.
En este apartado su registro es espectacular. Tiene buen disparo de fuera del área, su golpeo para cambiar de orientación es único y su juego entrelíneas para encontrar compañeros es fantástico. Xabi lo tiene todo.
Un camaleón
Después de repasar sus cualidades como mediocentro se hace más fácil entender por qué rindió a un nivel tan alto en todos los equipos por los que pasó. Aparte de la Real Sociedad, el club que lo formó, Alonso jugó en tres buques gigantes del fútbol mundial (Liverpool, Real Madrid, Bayern Múnich) y en la mejor selección de los últimos 40 años. Lo más llamativo es que todos fueron equipos de características radicalmente distintas y es precisamente eso lo que lo hace un jugador brillante: ser un camaleón, adaptarse a distintos compañeros y poner su juego al servicio de entornos, sistemas y entrenadores tan diferentes.
Liverpool
Llegó en 2004 y desde su primera temporada fue titular en el equipo de Rafa Benítez. Fue el mismo año del milagro de Estambul, esa remontada histórica contra el Milan en la final de la Champions. El equipo jugaba con un 4-4-2 con Xabi y Gerrard en la mitad y Milan Baros y Cissé en punta.
Era un buen equipo, sin duda, pero no sé si tanto como para alcanzar lo que hicimos. Fue grandioso”
Xabi Alonso
Sin embargo, cuando mejor jugó ese Liverpool fue con la llegada de Mascherano. Benítez puso al argentino en el doble pivote junto al español y subió a Gerrard a jugar de mediapunta en un 4-2-3-1. Por características, ‘Masche’ y Alonso se complementaron muy bien. Después, con la llegada de Torres, el Liverpool explotó más que nunca la precisión en largo de Xabi.
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Real Madrid
En Chamartín estuvo cinco temporadas y fue titular siempre. Compartió el doble pivote y fue mediocentro único. En las dos posiciones rindió.
Con Pellegrini jugó en un 4-2-3-1 con un compañero que nunca fue fijo. El chileno rotaba entre Lass, Gago, Granero y Guti. Después, en el 4-2-3-1 innegociable de Mourinho, su compañero en el doble pivote fue Khedira y por delante de ellos jugaban Cristiano, Özil, Di María y Benzema/Higuaín. En ese equipo de transiciones rápidas el pie de Xabi fue un arma letal. El español fue una extensión de ‘Mou’ en el campo.
Ancelotti llegó para la 2013/14. El italiano optó por jugar con un 4-3-3 con Xabi Alonso de cabeza de área y Modric y Di María de interiores. Arriba, la BBC se hizo famosa. En el año de la Décima, el español tuvo una temporada espectacular. Fue el eje del equipo, la piedra angular. Su equilibrio le permitió a Modric y a Di María explotar en una posición inédita para ambos.
Bayern Münich
Esta es su tercera y última temporada en Alemania. Una llamada de Guardiola fue suficiente para convencerlo de abandonar un sitio en el que era muy bien valorado. Y En la Bundesliga, un híbrido entre La Liga y la Premier, Xabi ha logrado seguir sobresaliendo. Es difícil identificar el rol preciso que ha tenido en sus tres temporadas en el club bávaro. Ha jugadon en el doble pivote, de mediocentro único y hasta de central.
La etapa de Guardiola en el Bayern fue un entramado complejo de sistemas, ideas y roles variados. La versatilidad fue permanente y en ese contexto Xabi creció y aprendió mucho: “con Pep alcancé a entender por qué consiguió lo que consiguió en el Barca. Aprendí demasiado, conocí cómo toma sus decisiones, qué cosas busca. Para mí fue un máster acelerado de fútbol”. Su figura fue fundamental para lograr esa velocidad en la circulación que hizo del Bayern de Guardiola un equipo con un ritmo de juego único en Europa.
Ahora, con Ancelotti, seguramente ganará su tercera Bundesliga y también aspira a su tercera Liga de Campeones. De conseguirlo se convertiría, junto a Seedorf, en el único jugador en conquistarla con tres equipos diferentes. Sería un final espectacular para una carrera brillante. Un adiós a la altura de un jugador de catálogo. Su juego y su trayectoria deberían convertirse en el manual de instrucciones de todo mediocentro.
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Foto: squawka.com