La opinión de los columnistas no refleja necesariamente la de Hablaelbalón.
Tras años de sufrir (mucho más que sudar) la camiseta de la Selección, parece que Stefan Medina por fin puede sonreír de amarillo. Así somos: dos partidos buenos y nos olvidamos del cuentico de que era un ‘cono’, el bobo del parche, el meme, el apodo con el que nos referíamos al más tronco en los picados del barrio. Dos partidos y ahora sí todos muy comprensivos: “necesitaba tiempo”, es un crack. Ahora hasta los medios y los periodistas más ponzoñosos, los que más le cascaron, preguntan si debe ser titular.
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Y no se trata de negar los hechos. Medina arrancó mal con Colombia. En 2013 tuvo mucho que ver en la derrota contra Uruguay en Montevideo y en los tres goles de Chile en el famoso 3-3. Jugó mal como todos ese día y para nosotros fue más fácil ponerle un nombre a la frustración. Nadie hizo un análisis benévolo, sin pensar lo crucificamos. Desestimamos sus grandes condiciones y dejamos que un par de errores lo definieran.
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Se nos olvida y el caso Medina eclipsa los (no pocos) casos anteriores. En Colombia se habla mucho y sin pensar. Recuerdo cuando 2009 se decía, entre hinchas y periodistas consagrados, que Radamel Falcao no tenía personalidad para llevar la camiseta de la Selección. Nos mofábamos de un pelado de 22 años porque el año anterior solo había hecho un gol con la Selección. Afortunadamente, él no compró ese cuentico: tres años después pasó de un gol a cinco por año y acá queríamos hacerle una estatua en el Metropolitano. Se nos olvida, pero alguna vez se dijo que Falcao era paquete.
El caso de Teo fue similar y casi contemporáneo al de Falcao. “No le hace gol ni al arcoiris”, se decía de un Teo de 23 años al que se le veía ansioso y se había mandado un un par de fallos clamorosos. Ni los del Junior le creían en la Selección y, otra vez, el tiempo volvió a callar a las cotorras. Teo fue el segundo goleador de Colombia en las Eliminatorias a Brasil 2014 con 6 goles y tuvo un papel crucial en el juego del equipo. Hoy que no está nos hace falta. ¿Alguien se acuerda de que alguna vez nos pareció insuficiente?
No son los únicos. Johan Mojica parece vetado por la afición porque jugó mal en el Mundial. Incluso el veterano Carlos Sánchez, que tanto dio a la Selección, parece no tener muchos adeptos tras recibir una polémica roja en el debut de Rusia 2018.
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La lista de torturados es larga y no acabará. De una vez, vayan metiendo a Iván Arboleda. Algunos lograrán imponerse, otros no. De los segundos nos olvidaremos, de los primeros olvidaremos que alguna vez los sentenciamos por dos partidos malos cuando apenas daban sus primeros pasos en la Selección. Al caído, en vez de pararlo, nos lo devoramos. Así somos, intentemos cambiar.
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