En esta edición de Equipos Eternos de la Champions League, nos rendimos a los pies del Ajax (1971 – 1973) que de la mano de su ‘fútbol total’ levantó tres orejonas seguidas y malacostumbró al mundo.
Sí. Por estas épocas murió Johan Cruyff. Un terrible pérdida para el fútbol. Se dicen muchas cosas de aquél holandés: dicen que el fútbol nunca fue igual después que la pelota lo conoció, dicen que no es el mejor de la historia pero sí el que más le aportó al fútbol, hasta dicen que para los futboleros este año no es el 2017, es el 1 d.C. Todas son ciertas. Por todo eso (y más, mucho más), quisimos inaugurar esta sección con el mítico equipo que vio nacer a Johan Cruyff, el Ajax tricampeón de Champions.
El relato épico comienza en 1971, con un hombre al que el fútbol le sonrió a medias. Quizás a ‘Rinus’ Michels no se le da el mérito que merece porque perdió dos finales de la Copa del Mundo. Puede ser. Pero el futbolero que lo vivió (o que se educa como es mi caso) sabe que fue él quien sentó las bases del equipo que impondría un estilo en toda Europa. El ‘fútbol total’ comienza con él.
El Ajax contaba con jugadores inéditos: el incansable Wim Suurbier se comía la lateral derecha; Ruud Krol dirigía una defensa con inteligencia militar; en el mediocampo, entre la escoba Arie Haan y el rottweiller Johan Neeskens demolían ataques y recuperaban rebotes; por la banda derecha Johnny Rep creaba incendios y por supuesto, Piet Keizer, el wing izquierdo, cómplice absoluto de Cruyff, explotaba la izquierda. Cruyff jugaba bien como todos ellos pero era solo un comienzo. Todavía no evolucionaba. Con esta jodida banda, el Ajax alzó la primera orejona.
Para ‘Rinus’, una orejona fue suficiente. Con sus ojos puestos sobre la Copa del Mundo, Michels partió en el 72. Mientras convertía a la selección naranja en un relojito mecánico, el rumano Stefan Kovacs llegó al banquillo del Ajax. En un principio llovieron las críticas. Un extranjero tomando las riendas del club de la capital era algo que pocos holandeses querían. Sin embargo, a Kovacs no le dio miedo y con un ajuste al ya imponente fútbol holándes, logró hacerse querer.
El cambio fue enorme. Aunque hoy a los fiferos nos encanta el 4-3-3, eran épocas distintas. Predominaba el catenaccio. Sí, ese fútbol que hoy llamamos ‘parquear el bus‘, el fútbol ‘destructivo’ (que también tiene su valor, no hay que decirnos mentiras), el de arriesgar poco, ese fútbol dominaba el mundo. Los equipos ganadores atacaban con un delantero y nadie los llamaba cobardes, los llamaban ganadores. Y así fue, hasta que Cruyff le hizo dos goles al Inter, levantó la segunda orejona seguida y le dejó claro al mundo que atacar siempre será más lindo.
En el 73, fue la evolución total. Un Cruyff capitán (Keizer quedó relegado a segundo capitán) comandaba un Ajax imbatible. El camino a la tercera orejona fue una demostración de fútbol en estado puro. En la ida de los Cuartos de Final pasearon al Bayern. Cruyff y sus amigos le pasaron un trapo por la cara a Beckenbauer y Müeller: 4 – 0 terminó el partido. Humillación total, fútbol total. Luego en semfinales, los holandeses le recordaron al Real Madrid que de la historia no se vive. Aunque no los humillaron, los españoles poco pudieron hacer ante la avalancha ofensiva holandesa. Para el broche de oro, Cruyff le susurró a Dino Zoff un sútil y elegante: “se mira y no se toca”. El Ajax venció a una Juventus llena de leyendas para convertirse en una: ganaron tres Copas de Campeones de Europa seguidas.
Repito: tres Champions seguidas. Dicen que a todos les crecieron las orejas. “Hay varios equipos que lo han hecho” dirán los mezquinos. Pues sí, no hay forma de negar los hechos. Pero las tres orejonas de este Ajax son especiales porque marcaron una época de la que todavía no salimos. Cuando alguien aplaude a Guardiola, cuando alguien critica a Simeone está hablando del Ajax 71 – 73. Esas tres copas representan el triunfo del fútbol ‘lindo’. El fútbol que hoy todos queremos ver por ESPN, por Fox Sports, y que rogamos llegue algún día a Win Sports.
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