Cuatro meses después del último partido oficial, la situación de algunos jugadores es diferente. Las lesiones y el estado de forma de algunos aumentan las dudas del DT.
Estamos a menos de tres semanas de la doble fecha decisiva de las eliminatorias a Rusia 2018. Colombia es segunda con 24 puntos, y teniendo en cuenta el historial de las tablas de las eliminatorias desde que se inició el formato de todos contra todos, con una victoria contra Venezuela tendríamos pie y medio en Rusia. Bastaría con hacer un punto de los nueve restantes que se jugarán contra Brasil, Paraguay y Perú.
Partiendo desde ese escenario, por el presente de muchos jugadores de la Selección, la categoría y el momento del rival, entre otros motivos, el partido más importante de los cuatro restantes es el de Venezuela. Con una victoria el 31 de agosto en San Cristóbal recibiríamos a Brasil con un estado de animo especial. La exigencia sería la misma, pero se jugaría con tranquilidad.
Los entrenadores en estas fechas doble deben preparar partidos de 180 minutos. La estrategia del segundo partido está condicionada muchas veces por la del primero. Además, si sumamos las lesiones de jugadores vitales como Mina y James, y la falta de rodaje de las ligas europeas, podemos suponer que hay muchas dudas en la cabeza de Pékerman. Armar el puzzle es complejo. Pero afortunadamente hay herramientas de sobra.
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Sin Mina
Yerry Mina salió llorando del partido de vuelta de los cuartos de final de Libertadores. Su cara presagiaba algo grave. Al otro día, se confirmó una rotura del quinto metatarsiano de su pie derecho. Estará afuera de las canchas al menos durante dos meses.
A pesar de ser una baja importante, su reemplazo parece estar cantado: Dávinson Sánchez. La grandísima temporada que hizo fue una tranquilidad para el futuro de la Selección. Con su buen pie e inteligencia para el primer pase podría asumir el rol de Yerry. Salvo sorpresa, Dávinson y Cristian Zapata debería ser la pareja titular.
Laterales
Llevamos bastante tiempo sin tener certeza acerca de quiénes deben ser las alas de la Selección. Santiago Arias se ha ofrecido como la mejor alternativa por derecha, pero su rendimiento nos deja la sensación de que todavía es un puesto abierto a discusión. Santiago no es el puñal que necesita Colombia y sí tienen las grandes Selecciones del mundo (Alves, Carvajal, Kimmich). Stefan Medina es un buen jugador, pero es la opción defensiva de las convocatorias. Con Stefan la Selección quedaría totalmente coja por ese lado. El buen momento de Daniel Bocanegra en Nacional abre una tercera vía. Lillo lo ha usado como interior, volante mixto y lateral en un mismo partido. No sería una sorpresa que Arias o Medina se caigan y entre Bocanegra.
En el lateral izquierdo hay más dudas. Después de dos años de correctos servicios prestados, Farid Díaz, a sus 34, ya le dio su último aliento a la Selección. La batalla por el puesto será cosa de dos: Pablo Armero y Frank Fabra. El primero viene siendo titular con el Bahía, llegará con ritmo y hace parte del núcleo más íntimo de la Era Pékerman. El segundo perdió el puesto en las últimas seis fechas del fútbol argentino. Sin embargo, su competencia, Jonatan Silva, jugará con el Sporting de Lisboa esta temporada y le dejará el puesto. Frank fue votado por Olé como el mejor lateral izquierdo del torneo pasado y ha sido titular en los recientes amistosos de Boca.
Las condiciones de Fabra son espectaculares. En la Selección ha tenido pocas oportunidades y sería injusto hacer conclusiones categóricas por sus malos partidos en la Copa América Centenario. Por edad y condiciones, Fabra es el futuro de la Selección. De todas formas es probable que Pékerman eche mano de uno de sus viejos soldados para estos trascendentales juegos contra Venezuela y Brasil. Su confianza en Armero sigue intacta.
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Pareja de Carlos Sánchez
La lista de volantes que han pasado sin consolidarse al lado de Carlos Sánchez en el doble cinco desde el mundial de Brasil es larga: Daniel Torres, Sebastián Pérez, Mateus Uribe, Abel Aguilar (regresó). Encontrar un complemento estable para Carlos es uno de los mayores retos de Pékerman pensando en junio del 2018.
Aunque las alternativas son las mismas, la explosión de Barrios en Boca condiciona la lucha por el puesto. Ni Torres ni Aguilar ni Mateus imponen el ritmo de juego que Barrios exhibe en la Bombonera. Siendo fundamentalistas podríamos decir que Sánchez y Barrios son de un corte similar y, por ello, no tan complementarios pensando en la fluidez del juego. Pero Pékerman ya nos demostró que está abierto a esa idea. Los alineó juntos en el amistoso contra Camerún.
Con ellos dos el mediocampo colombiano tendría una presión asfixiante sobre los receptores rivales; el equipo tendría mucha libertad para soltar a los dos laterales y los volantes llegadores. Sánchez y Barrios son muy buenos y activos para hacer ayudas y coberturas. En este momento, Barrios lidera el casting para ser el compañero de Carlos Sánchez en la Selección.
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Con James y sin James
Gestionar el tema James en estos partidos requerirá de mucha inteligencia y delicadeza. Serán partidos de máxima exigencia y hay dos items que condicionan la participación del capitán: está apercibido y lesionado. El 23 de agosto se cumplirán los 21 días del plazo estimado para su recuperación muscular. Seis días antes del partido en Venezuela y once antes del de Barranquilla contra Brasil.
Con ese escenario, lo más lógico es que Pékerman prepare un partido con James y otro sin él. Por el tema de la amarilla y para darle más días para ponerse a punto físicamente, lo normal sería que jugara contra Brasil y descansara contra Venezuela.
Sin James, Pékerman tiene dos opciones para mantener intacta su propuesta. La primera es buscarle reemplazo a James sin mover nada. Es decir, pieza por pieza. Una alternativa es jugar con Teo. En el Junior está jugando detrás de Ovelar, pero no tiene ni la mitad del recorrido y el despliegue que tiene James para recibir en diferentes partes del campo. Giovanni Moreno es otra alternativa. Parece que Pékerman se ha dado a la tarea de ver fútbol chino y ahora sí confía en la magia del zurdo.
La segunda solución, que parecería ser la más lógica, es poner a Cardona a hacer de James y buscar un extremo puro para la banda izquierda. El diez de Boca llegará con la confianza en las nubes por el recibimiento que ha tenido en la Bombonera. Ha sido fundamental en estas eliminatorias y su presencia está asegurada como extremo o como enganche.
Si esa es la decisión de Pékerman, disfrazar a Cardona de James, el nombre para jugar en el extremo izquierdo debería ser el que todo el medio reclama: Yimmi Chará. Pékerman debería aprovechar el talento y el momento del jugador franquicia del Junior. Es un jugador diferente, que no tiene la Selección. Y si lo hace bien contra Venezuela costaría trabajo pensar en que no pueda hacer un partidazo contra Brasil en la cancha donde la rompe todas las semanas.
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Foto: futbolenam.com