La carta abierta de un hincha de Millos a Nicolás Vikonis:
Que personaje especial eres, Nicolás Vikonis. Que historia especial escribiste en Millonarios. Una historia que no está plagada de copas ni de vueltas olímpicas. Para nada ostentosa y más digna de lo mundano. Pero de final fantástico; de película y best seller.
Llegaste en 2015 de la mano de Lunari, que te habló de la responsabilidad histórica de defender nuestros colores. Y una vez estampaste la firma nos hablaste del honor. Empezaba todo. Comenzó este sueño afortunado y también desgraciado de ser futbolista de Millonarios. La aventura particular de cargar con toneladas de fracasos y una presión insoportable para los cobardes. Tomá, ahí está el arco de Amadeo Carrizo…
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Atajadas extraterrestres y pifias humanas. Manos salvadoras y errores no forzados. Así estuviste acariciando la final durante cinco campeonatos, con planteles menos y más competitivos y una estabilidad institucional siempre amenazada. Tú siempre en el arco, recibiendo a la par alabanzas hipócritas y merecidas. Aguantando duro la mierda del fanático y del oportunista. Recibiendo también el cariño del sensato que entendió de sacrificio y compromiso.
En las malas pocos dimensionaron tu viacrucis. Algunos simplemente se lucieron tolerantes entendiendo que los jugadores de fútbol también habitan este mundo indescifrable. A los otros no vale mencionarlos. Solo tú cargas tu cruz. Al final supiste agigantar esta leyenda que hoy también le pertenece al abuelo José y a tu hija Luciana.
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“Me verás volar”, como dijo alguna vez Cerati. Tal vez, ya cansado de las derrotas, ese fue tu mandato final cuando despertaste ese domingo 17 de diciembre. “Me verás volar”, volviste a pensar cuando despejaste ese balón con fuerza en el minuto 85…¡Por el potrero, por tu vieja y por tu viejo, por la familia, por Uruguay y los amigos, por Burguez, por las horas de barro y sangre, por el fútbol, por este escudo, por esta cancha y por esta gente! Sí señores. ¡Salimos campeones carajo!
Y entonces cuenta tu leyenda que supimos por fin romper esa maldita cadena de energía negativa. Firmamos una paternidad eterna y se resolvió una deuda de la vida con un profesional extraordinario. Millonarios es y será para siempre tu casa , campeón. Prohibido olvidar.
Hasta pronto, Nicolás, salud y buen camino…
Foto: goal.com