Siempre ha sido fijo, pero su mal momento en el Milan lo puede dejar por fuera del once de Colombia,
Desde hace mucho Zapata es imprescindible para Pékerman. En la eliminatoria a Rusia fue fijísimo en las primeras seis fechas y solo una lesión de tobillo durante la Copa América Centenario —que lo tuvo tres meses por fuera— fue capaz de sacarlo del once de José. Estuvo por fuera casi todo el segundo semestre del 2016, pero en el 2017 volvió a ser habitual en el Milan y remató la eliminatoria siendo titular con Colombia.
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La decisión de Pékerman, la de contar siempre con Zapata, más allá de si a uno le parece bueno o malo, se justifica fácilmente desde su regularidad y, sobre todo, desde su experiencia. Estamos hablando de un central que lleva más de una década jugando con regularidad en Europa, y siempre en equipos importantes. Primero fue al Udinese, después al Villarreal y desde el 2012 juega en el Milan; 353 partidos y 9 goles desde que piso Europa.
Sin embargo, su situación actual, sumada al excelente estado de forma de muchos de los centrales que son convocables, abre el debate acerca de su rol en la Selección. A cinco meses del mundial, Cristian vive horas amargas, quizá las peores de su carrera. La crisis deportiva e institucional que afronta el Milan hace años está llegando a su punto más crítico y se lo está llevando por delante. La montaña rusa que ha sido el equipo en las últimas temporadas ha perjudicado mucho a sus jugadores.
Esta temporada ha sido dura para él. Vincenzo Montella arrancó en el banquillo y aunque no lo limpió del todo, lo usó poco. Solo fue titular en partidos fáciles de Europa League y en Seria A solo apareció seis veces; en una de estas, contra la Sampdoria, jugó tan mal que al técnico se le criticó su titularidad. Y si la cosa pintaba mal, con la llegada de Gattuso al banco, los minutos, que eran pocos, se acabaron para Zapata.
La última vez que jugó por liga fue en el debut de su nuevo entrenador, el 3 de diciembre de 2017. Lo metieron en los últimos cinco minutos del partido para blindarse de los ataques aéreos y en el 94, el arquero del Benevento, de cabeza, hizo el 2-2. Muy de malas.
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Tres días después, el 7 de diciembre, hace más de un mes, jugó sus últimos minutos. Fue en un partido de Europa League contra el “poderosísimo” HNK Rijeka de Croacia y el Milan, además, ya tenía el primer puesto del grupo asegurado. Es decir, un trámite. Poco o nada confía Gattuso en el bueno de Cristian. En lo que va de la temporada ha jugado 14 partidos. Nada.
Al día de hoy es el cuarto central y el Milan ya anunció que no le renovará el contrato a final de temporada. Por delante de él están Bonucci, Romangoli (los titulares) y el argentino Mateo Mussacchio. Aunque el colombiano es habitual en las convocatorias en Liga y Copa, el técnico no lo pone, y a medida que avance la Europa League y los partidos se hagan más jodidos, seguramente también dejará de contar.
No hay síntomas de mejora y si la cosa se mantiene así, podría comenzar a ser prescindible incluso para la Selección. Por muy bueno que sea un jugador, los minutos de juego son indispensables para llegar bien a un torneo corto.
La ventana de fichajes sigue abierta y su salida es una urgencia. Se dijo que el Cali lo quería, pero eso está difícil. El tiempo se agota y si no se va, que se atenga a las consecuencias.
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Zee News / AFP