Tú tranquilo: vamos a ir a Rusia

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Permítanos la irresponsabilidad. Permítanos, amable y feliz lector, que escribamos con la sangre caliente. Pero qué le vamos a hacer, no podemos disimularlo. Ni nos interesa. Nos dedicamos al fútbol por tardes como la de ayer. Y es que lo de ayer fue redondo, como un balón de fútbol.

 

Redondo porque habla muy bien de la psicología de un equipo espabilar en los partidos grandes. Ser el motor perfecto que fue Colombia en el infernal Atahualpa es propio de un equipo de élite. Punto. La eliminatoria es fecha a fecha un puñado de preguntas abiertas, de dudas, de obstáculos y trampas que hacen temblar a cualquiera (pregúntenle a Messi). Al mundial de Rusia van a ir los equipos que, como Colombia contra Ecuador, encontraron (encuentren) las respuestas en las noches de la verdad.

 

Sea feliz también con: pistola a la historia.

 

Redonda porque las respuestas fueron fruto de la convicción, de la confianza, de ser mejor que el otro. Tras el denso y pesado partido contra los bolivianos, Don José miro para adentro y diseñó un partido con sus mejores hombres. Sin reservas. Sin cláusulas. Y vaya que respondieron. Cardona, Abel, James, Cuadrado, Borja, los diferentes que nos hacen ser lo que somos, en cuadrilla, se vaciaron, la pidieron siempre, flotaron en el Atahualpa. Acompañados por los obreros que permiten el talento -Sánchez, Díaz, Santiago Arias-, agradecidos por la seguridad privada de Zapata y Mina, celebraron encontrarse de nuevo en una cancha. Disfrutaron. Bailaron a Ecuador.

 

Le va a gustar: Messi es un mártir de La FIFA.

 

Y entonces pasa, indulgente lector, que no es un colombianismo fácil decir que iremos a Rusia. No no. A Este puñado de cracks se les volvió a llenar el tanque. Pasa que no basta con ser bueno, con ser muy bueno. Es necesario creerse el cuento. Aferrarse a él. No soltarlo. Cuando eso pasa, como ayer, dan ganas de romper la calculadora, de olvidarse de los vecinos y de sus tragedias, de también creerse el cuento. De escribir sin temblar, movido  por la inercia, que pensando en nosotros, y solo en nosotros, como los equipos grandes, conoceremos Rusia.

 

Si le gusta el fútbol, le gusta: goles en verso: Roberto Carlos.

 

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