Equipos eternos: La Juve que se fue a la B

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Fue la Juve que se fue al infierno y volvió. Los creyentes de este equipo son la base del que este sábado se jugará la vida contra el Madrid de Zidane. Recuérdelos. 

 

Usted no lo vio. Pero no se preocupe, nadie puede decir lo contrario. Sí, el que diga que vio jugar a la Juventus en la Serie B es un mentiroso. Una cosa era simpatizar con la Vecchia Signora y rezarle al dios del fútbol para que, por favor, le devolviera la gloria… y otra muy distinta era siquiera contemplar la posibilidad de bancarse un partido de la Juve contra el Arezzo o algo por el estilo. No, ¡por Dios!, eso es el equivalente a sintonizar de buena gana el “clásico felino” del Fútbol Profesional Colombiano: Jaguares de Córdoba contra Tigres de Soacha. Qué aberración.

 

No lo vio, pero seguro sabe de qué hablo. Todos han oído hablar de ese equipo mítico, condenado al descenso por la corrupción de sus directivos y salvado de ese mismo infierno por la lealtad de sus jugadores. ¿Qué equipo más eterno que ese que nadie vio jugar y del que, sin embargo, todos se acuerdan?

 

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En junio de 2006, unos días antes de que empezara el Mundial en Alemania, se destapó uno de los más grandes escándalos del fútbol reciente: el Calciopoli. Se comprobó que unos directivos de la Juventus se asociaron con un par de lagartos de otros clubes para influir en la asignación de árbitros y así favorecer a sus equipos. Palabras más, palabras menos, se supo que los directivos de la Juve y sus secuaces amañaron una serie de partidos que le permitieron a la Vecchia Signora ganar las ligas de 2005 y 2006. Escándalo total. Todo terminó con los directivos en la ‘guandoca’ y con la eterna Juventus relegada a la Serie B por primera vez en sus 100 años de historia.

 

Mientras que la selección italiana levantaba su cuarta Copa del Mundo, las oficinas de Juventus parecían una feria de remates; muchos jugadores, grandes estrellas del club, abandonaron el barco ante la poca tentadora idea de jugar en la B. Zlatan Ibrahimovic y Patrick Vieira fueron vendidos al Inter. Liliam Thuram y Gianluca Zambrotta fueron a dar al Barcelona. Además, Fabio Cannavaro, el brasileño Emerson y Fabio Capello, el técnico, el capitán del barco, fueron pescados por el siempre oportuno Real Madrid. Todo apuntaba a que el equipo tendría que rehacerse desde ceros, pero no fue así. Hubo varios valientes que decidieron permanecer en el equipo y ayudarlo a salir del infierno del descenso. Buffon, Nedved, Del Piero, Trezeguet… Ellos no tenían la culpa, también habían sido víctimas de la corrupción del fútbol, pero sí sentían una gran responsabilidad con la hinchada.

 

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Muchos de ellos habían hecho parte de ese equipo eterno, dirigido por Marcelo Lippi, que rozó la Champions en 2003. A Buffon, Camoranesi y Del Piero les importó un carajo haber sido campeones del mundo unos meses antes. Aceptaron ir a segunda por amor a la camiseta y se dejaron la piel contra los modestos equipos de la Serie B. A estas tres leyendas las acompañaban, en la defensa, Balzaretti, Birindelli, Boumsong y el enorme Giorgio Chiellini, que aunque estaba joven ya era igual de feroz y comprometido. En el medio iba Camoranesi por una banda y Nedved, el León de Praga, por la otra; en la medular, Cristiano Zanetti y Claudio Marchisio, sí señor, el mismo Marchisio que estará el sábado en Cardiff. Y arriba, Alessandro Del Piero y David Trezeguet, la misma dupla dorada que llevaba un lustro rompiéndole el arco a cuanto arquero se le atravesara. En esencia se trataba de la base del equipo de aquella Champions de 2003 que perdió contra el Milán de Ancelotti, reforzada por jóvenes entusiastas como Chiellini y Marchisio, que no le hicieron el feo a jugar en la Serie B con tal de convertirse en leyendas. Y lo lograron, ¿o no?

 

‘Didi’ Deschamps, que una temporada atrás había cerrado su exitoso ciclo con el Mónaco, consiguió organizar a este equipo desde el banco, de tal forma que en mayo de 2007, hace exactamente 10 años, la Juventus logró recuperar la categoría. No fue fácil, la Juve empezó el torneo literalmente en números rojos; al principio de la temporada a la Vecchia Signora le descontaron 9 puntos, como parte de la misma sanción, así que tuvo que remar casi todo el año contra la corriente.

 

Yo sé que no los vio. Entonces, no tiene ningún sentido que lo invite a recordar una jugada o un momento memorable. Lo invito, sí, a detenerse un momento y repasar la historia. Después de la debacle Buffon, Chiellini y Marchisio se convirtieron en la piedra angular de la mejor Juventus de la historia. El sábado contra el Madrid del ‘Calvo’ estos creyentes tendrán la segunda (y quizá última) oportunidad para reclamar lo que les pertenece. Cuando suene el pitazo inicial fíjese bien y verá en ellos la mirada de aquel que vio el infierno con sus propios ojos. Cuidado, el fútbol no se guarda nada.

 

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TFT


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