Así, con rigor pero con emoción, una hincha santafereña analiza el primer equipo campeón de nuestro fútbol femenino.
La noche es fría en Bogotá, pero el calor de la gente que se reúne para celebrar un logro sin precedentes doblega el clima. Las banderas albirrojas ondean en las tribunas en señal de victoria mientras los aficionados, desconocidos o familiares, se unen en un abrazo colectivo que celebra el objetivo nunca antes alcanzado.
¡Independiente Santa Fe es el primer campeón! Pero no, no es 1948. Es 2017 y la historia se repite. Esta vez es el equipo femenino el que alcanza el título inaugural, ese que nadie nunca le podrá arrebatar y que representa un hito para la categoría. El júbilo es total, y en medio del torrente de ovaciones, desde los tendidos desciende el coro que dice: “¡Ya volvimos ya volvimos, ya volvimos otra vez, ya volvimo’ a ser campeones, como la primera vez!”.
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La estrella es más que merecida para Las Leonas que supieron hacerse con el campeonato de forma excepcional: invictas. De 16 partidos jugados, ganaron 15, empataron uno y no perdieron ninguno, es decir, lograron 46 puntos de 48 posibles para una efectividad del 95,8%.
Desde el principio su desempeño fue superlativo. El campeonato contó con la participación de 18 de los 36 clubes profesionales inscritos en la Dimayor que se distribuyeron en tres grupos, cada uno de seis equipos. En esta etapa inicial, Santa Fe compartió zona con Equidad, Fortaleza, Cúcuta, Patriotas y Huila. Luego enfrentaría en series de play-off al América, Bucaramanga y nuevamente al Huila en la final.
Las Leonas, que venían de hacer una gran pretemporada, arrasaron por su vocación y contundencia ofensiva. Oriana Altuve, que se consagró como unas de las goleadoras del torneo con 12 goles marcó la diferencia desde el arranque del torneo y se convirtió en la referente no solo de su equipo y de los rivales, sino también de las nóminas masculinas, que con mucha razón, envidiaron su talento.
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Pero Santa Fe no solo fue efectivo en ataque, también lo fue en defensa. Su esquema 4-2-3-1 que instaló Germán Morales y al que Agustín Julio le dio continuidad a mitad del campeonato, dio como resultado 42 goles a favor y 8 en contra para una diferencia abismal de +34. Las Leonas fueron superiores en todos los sectores de la cancha.
Sin embargo, un logro de semejante talante no se alcanza de la noche a la mañana. Por el contrario, el título es consecuencia de un proceso sólido desde sus cimientos. El equipo ya contaba con una buena base de jugadoras como Leicy Santos, Nancy Acosta, Liseth Moreno o Angie Castañeda, que competían para la institución desde tiempo atrás en el torneo federativo.
Así mismo, en agosto de 2016, cuando se anunció la realización de la Liga Femenina Profesional, Santa Fe empezó a proyectarse con la contratación de nuevos talentos, incluyendo a ocho extranjeras de las cuales cinco son jugadoras de selección. La seriedad en el proceso institucional estuvo a la altura de la responsabilidad.
Todas las jugadoras tuvieron un rol determinante, cuando no en la cancha, sí en el vestuario. Las delanteras Melissa Herrera, Lady Andrade, Angie Castañeda y Grace Taylor aportaron con goles, pero también con entrega, sacrificio y actitud en cada partido; las volantes Leicy Santos, Gabriela Huertas, Liana Salazar, Erin Yennney y Paola Sánchez dieron cátedra de liderazgo, orden, posesión y precisión; las defensoras Nancy Acosta,Viverly Erazo, Liseth Moreno, Liseth Aroca, Carol Sánchez, María Peraza, María Morales y Chinyelu Asher fueron la seguridad del equipo; y una mención aparte merece la arquera de Trinidad y Tobago, Kimika Forbes, que fue sin duda la mejor de la Liga en su posición y que con el paso de las fechas se convirtió en el bastión del arco santafereño.
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Estas son Las Leonas que hoy y para siempre serán las primeras campeonas de La Liga Femenina colombiana. Ahora deberán prepararse para enfrentar nuevos retos: por un lado, el duelo contra el campeón de España, Atlético Madrid; por otro, la Copa Libertadores que se disputará en noviembre en Paraguay. Además, como reconocimiento a su esfuerzo, cada una podrá estudiar becada una carrera profesional en una prestigiosa universidad de Bogotá.
Santa Fe acertó y el presidente César Pastrana se llevó el premio mayor por apostarle con determinación a su equipo femenino. El desafío era enorme, pues no se trataba de un torneo más, sino del primero, ese que es insignia en la categoría masculina y que sobre todo es símbolo de identidad y orgullo para la hinchada santafereña. La historia no podía escribirse de otra manera y ellas, Las Leonas, tuvieron la grandeza para asumir el reto de convertirse en el primer campeón, de ser primeras para la eternidad.
¡Felicitaciones!