Millonarios dio la sorpresa y le ganó la Superliga Águila a Nacional.
Este Millonarios ya no respeta a nadie
Eso sí, no es el Ballet Azul. Es más bien un bloque compacto, con una disciplina táctica notable. Esta vez, a pesar de que los nombres sugerían un 4-3-1-2, Millos salió con un 4-5-1. Atrás, los cuatro de siempre; en la mitad, el trivote Duque-Domínguez-Silva; por derecha, Del Valle; por izquierda, Montoya; y en punta, solito, Ovelar.
La apuesta fue la misma durante los noventa: presionar la salida de los centrales, bloquear la recepción de los laterales con los hombres de banda y hacerle una marca pegajosa a los tres volantes interiores de Nacional. Puros duelos individuales, eso hizo Millonarios.
Y el plan salió redondo durante los primeros 20 minutos del primer tiempo y durante todo el segundo. Fluidez ofensiva no hubo mucha. Algunos destellos de Montoya y pare de contar.
La premisa era defenderse, esperar al error y verticalizar. El error llegó y para eso estaba Ovelar. Dos fallos de los centrales, dos tiros al arco y dos goles. 2-1 y campeones.
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Nacional sabe qué hacer, pero lo hace mal
A diferencia del partido de ida, esta vez los nombres fueron más pesados. La figura fue un 4-1-4-1 con Henríquez y Cuesta de centrales; Helibelton y Braghieri jugaron de laterales; Diego Arias fue el cabeza de área, Castellani y Vladimir, los interiores y en las bandas se pararon Rentería por izquierda y Lucumí por derecha; Dayro fue el único punta.
Nacional salió a proponer. Lo que quiere Almirón es salir en corto con los centrales y los laterales, atraer jugadores y encontrar al hombre libre en la segunda línea. Eso fue lo que intentó y en medio de la tragedia se puede decir que por momentos lo logró. Pero también, por intentarlo, cometió errores que le costaron el partido.
En los primeros veinte, Duque tapó a Vladimir, Macalister a Castellani y los laterales rivales anularon a Lucumí y Rentería. Luego, cuando Dayro comenzó a tirarse a las bandas, y en los escasos minutos en los que la salida por el piso funcionó, Nacional tuvo para matar. Rentería hizo el 1-0 a la contra tras una pérdida de Duque en la mitad y un error táctico de Cadavid. Después Nacional pudo haber hecho otros tres, pero perdonó.
En el segundo tiempo, aunque a punta de ganas y convicción se generaron opciones claras, la idea no se vio por ningún lado. Al revés, los errores en salida fueron la constante.
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Ovelar no está… hasta que está
Si no fuera por los goles, por el título, el hincha de Millonarios se estaría quejando de Ovelar. Nunca entró en el circuito e incluso se le vio lento e impreciso. Pero… volvió a ser el nueve de área temible. El que la toca poco, pero que siempre que lo hace incomoda.
Hizo dos goles y ya. ¿Qué más se le puede pedir? Además en el segundo de ellos demostró que se tiene más confianza que nadie. Recuperó el balón en campo contrario y en vez de abrírsela a Ayron, que quedaba mano a mano, hizo la difícil y la pinchó desde afuera del área. Golazo.
Atención: Millonarios tiene nueve de área.
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El Tiempo