Win Sports encontró la media naranja de Vélez para que juntos se puedan despachar como les gusta. El jueves destruyeron a Pékerman y Sampaoli.
Intuyo que los productores del programa Planeta Fútbol notaron que el estilo lento, gris y tímido de Farid Mondragón, desentonaba demasiado con el incendiario de Carlos Antonio Vélez. Contrataron a Fernando Niembro y la mesa pasó a tener dos dragones. Este jueves después del partido, Mondragón estaba afligido por el resultado, sintió la derrota como propia, tartamudeaba más de lo habitual, y le dio paso a estos dos veteranos para que despacharan toda su mezquindad y veneno contra Pékerman y Sampaoli. Ese fue el objetivo de la hora de programa: dejarlos por el piso.
La tesis de Vélez desde que llegó Pékerman a Colombia es que todo lo bueno que le pasa a la Selección es producto de la capacidad individual. Que se ganan partidos y se queda quinto en el mundial porque es una buena camada. Pero todo lo malo que pasa es culpa del entrenador. Según él, no hay trabajo, no hay compromiso, no hay rigor. No hay nada. Imagino que Vélez piensa que si al frente del equipo hubiera un DT capaz Colombia sería subcampeona del mundo y tendría los mismos puntos que Brasil.
La verdad es difícil ser más oportunista. Vélez juega con las cartas marcadas. Siempre tendrá la razón porque los padres del triunfo son los jugadores y el de la derrota es Pékerman. Con esa fórmula el analista siempre gana. Mezquino pero hábil.
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En el programa del jueves dijo que el escenario es muy complicado. Según él, “salir bien parados de Lima será una hazaña. Algo heroico“. Que es muy difícil porque “como se va a armar un equipo en tres días sino se hizo en cinco años“. Como piensa que no hay nada de trabajo, no hay automatismos, no hay ninguna señal de estructura colectiva, hace un llamado a los jugadores a tomarse el equipo. Textualmente dijo: “muchachos, hagan autogestión. Reúnanse. Hagan una piña. Díganle a don José: ‘gracias profe, gracias por todo. Pero esto lo resolvemos nosotros”.
La audaz propuesta de Vélez consiste en que James y Falcao hagan un golpe de Estado, desobedezcan a Pékerman, dirijan las prácticas, paren el equipo y hagan los cambios. Aparte de ser una idea ridícula, no puede salir de alguien que pregona ser un profundo conocedor de este juego. Si a los jugadores les mostraron esa parte del programa no pudieron hacer nada distinto a reírse.
Mientras Vélez continuaba con su propuesta guerrillera de insurrección y desobediencia, Niembro lo secundaba en todo. Decía que los últimos minutos del partido eran una prueba inequívoca del poco trabajo que tiene Colombia. El argentino apuntó: “las opciones de Colombia con Perú no pasan por la estrategia del entrenador. Sin autogestión no hay posibilidades de ganar”.
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La teoría de la incapacidad de Pékerman tocó su punto más risible cuando Vélez trajo el buen trabajo de Dudamel al debate. Dijo: “si Dudamel trae a cinco solteros y seis casados y arma algo decente…”. ¿Es posible dar un argumento más pobre? ¿Más alejado de la realidad del juego, del armado de un equipo? El ensañamiento de Vélez con Pékerman es grotesco. Infantil. Es argumentativamente pobre dedicar una hora contra su trabajo en una derrota, y guardar silencio o minimizar el mérito hasta el extremo cuando hay victorias.
Los dos periodistas decían que en esos fatídicos cinco minutos -del 88 al 93- ni Ospina, ni Fabra, ni nadie tuvo la culpa. Que toda fue de Pékerman. Que en eso minutos salió a relucir la anarquía del equipo. El desgobierno. La ausencia de liderazgo. Y apuntaron que si Colombia va al mundial será “única y exclusivamente por los jugadores”.
A Niembro se le notaba que el tema le iba aburriendo. Cada vez que podía aprovechaba para pegarle a Sampaoli. Su teoría consistió en presentar un paralelismo entre el caso de Colombia y Argentina. Según él, Sampaoli también es incapaz. Limitado. Dijo: “prometió establecer sociedades, y puso a un paisano de cada pueblo. Puso a Benedetto sin Pavón” El tipo pretende que Sampaoli juegue con varios jugadores de Boca para ir al mundial. Por sociedades Niembro solo entiende las sinergías que existen entre jugadores de un mismo club. Poderoso argumento. ¿Entonces por qué Isco e Iniesta se entienden tan bien? ¿Kroos y Khedira? Y tantos ejemplos.
Siguió destruyendo a Sampaoli con acusaciones fuertes: “trajeron 7.000 hinchas pagos, llevaron a Infantino para meter presión, y al final todo es un desastre” Niembro sugirió que Sampaoli y la AFA llamaron al presidente de la FIFA para el que incidiera en el partido. Un irresponsable. El árbitro jamás favoreció a Argentina. Si no le gusta un DT no puede ensuciarlo de esa manera. Hágalo solo desde el juego.
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Pasó después a cuestionar la sapiencia de Pékerman y Sampaoli. Dijo “cuando uno ve que ponen a Di Maria por derecha, se pregunta uno, ¿de verdad saben tanto estos tipos?” En aras del rigor debería saber Niembro que los mejores cuatro años de la carrera de Di Maria fueron jugando de extremo por derecha en el Real Madrid. Que haya jugado mal el jueves es otra cosa.
Niembro siguió pegándole a Sampaoli, y mientras se fue calentando, le empezó a hablar a los ojos al televidente a través de la cámara diciendo: “Estos tipos muchas veces no saben. Enmascaran su teórico conocimiento con una sonrisa, con gestos. Pero usted que nos ve, usted sabe más que estos. Yo pongo en duda su conocimiento. Son caprichosos. Son débiles”. Equiparar el conocimiento de dos entrenadores de la trayectoria de Sampaoli y Pékerman con el del televidente promedio, le puede dar mucho rating a un canal pero le resta mucho prestigio. Impresentable. Además, quién conozca bien la historia de superación, trabajo, tenacidad y éxito en el mundo del fútbol de Sampaoli, podrá decirle todo menos débil.
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Al cabo de la agotadora perorata de una hora de veneno contra dos entrenadores, los dos terminaron rojos, sudados y alterados. Pero satisfechos porque pudieron despacharse a placer y encontraron en el otro a un camarada de lucha. Trazaron puentes que explicaban el ‘fracaso” argentino y colombiano, y pudieron hacer su llamado a la desobediencia.
Es difícil no indignarse desde el otro lado de la pantalla al ver tal ejercicio de ensañamiento y mezquindad. Vélez encontró su media naranja para disparar contra lo que se mueva. Yo siempre he querido que a Pékerman y Sampaoli les vaya bien. Pero ahora más que nunca.
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