Quisimos que Johnnier fuera el sucesor del Pibe Valderrama. Se esfumó y ahora lo estamos buscando.
Era indiscutible, para cualquiera que viera jugar a Montaño, que tenía talento de sobra. Johnnier nació bañado en magia. En el ’98, con apenas 15 años, debutó en el América de Cali. Vestido de rojo, cuatro partidos y un gol fueron suficientes para que un empresario lo pusiera en Quilmes. No había sacado la licencia de conducción y ya jugaba en el extranjero.
En el equipo ‘cervecero’ mostró su mejor versión. Tanto que con 16 años fue convocado con la selección para jugar la Copa América del ’99. Contra Argentina (en la imborrable tarde que Martín Palermo falló tres penales), el precoz ‘Johnny’ le presentó su zurda al mundo con una vaselina infernal al ‘Mono’ Burgos. Colombia 3, Argentino 0. El golazo le valió un pasaje a Italia.
Se ve mal, pero el golazo, con 16 años, mejora la imagen. ¿O no?
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En el Parma Montaño llegó a compartir vestuario con ‘Gigi’ Buffon, los hermanos Cannavaro, Hernán Crespo, el ‘Burrito’ Ortega y Thuram, entre otros. Pero los flashes eran para él: el extraterrestre colombiano, la versión morena de Valderrama. Johnnier se creyó el cuento. Enterito. Se acordó que nació en Cali y empezó a ser noticia por su hermandad con la noche. El fútbol se quedó en la maleta.
En el sudamericano sub 20 de 2001, siguiendo su experiencia internacional en la noche, se emborrachó en pleno torneo. Además, se dice, comandó un movimiento exigiendo un bono especial por llegar a la ronda final. Sin saberlo, el bueno de Jonnhier se deslizaba por un tobogán sin retorno.
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En Parma se cansaron de su indisciplina y su bajo rendimiento. Salió cedido al Hellas Verona y al Piacenza –con ambos descendió– antes de regresar a Colombia. Volvió a sus orígenes tratando de recuperar su carrera, de reinventarse. Pero nunca fue el mismo. América, Santa Fe y Cortuluá fueron testigos del fracaso de Montaño. Se hizo sombra.
Desde el 2007 se exilió en Perú, en donde encontró su lugar en el mundo. Sport Boys, Alianza Lima, San Martín y Melgar han sido sus destinos y sólo en este último fue Campeón antes de regresar a Alianza Lima. Ni siquiera Gustavo Costas –en Alianza Lima– pudo rescatar a Montaño de sí mismo.
Lo último que se supo de Johnnier fue que dejó Alianza Lima luego de su enésima polémica al serle negada la entrada al estadio por una pelea con su entrenador. Ahora juega en el Sport Boys de la segunda división peruana. Pero el crack, ese que nos encandiló en el ‘99 con su talento, a ese, lo vimos por última vez subiéndose a un avión con destino a Italia, de allá nunca regresó.
Si lo ve, avísenos. Nos sentimos mal. Sentimos que algo tuvimos que ver, hinchas y periodistas. Lo inflamos, lo comparamos con el Pibe, le robamos la niñez. El tiempo no echa para atrás, lo sabemos. Pero a veces se pone del lado de uno. A los magos, además, el tiempo les suele tender la mano. Hay otro chance, Johnnier. La veinteava es la vencida.
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