Milagro en el Atanasio

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Contra todo pronóstico y con algo de suerte, el Medellín le ganó por la mínima diferencia a Nacional y pusó a la hinchada roja a celebrar en grande.

 

Familia Quintero, gracias por Juanfer

Nunca nos cansaremos de agradecer la existencia  de estos jugadores. Nunca. Con el partido que se jugó Juanfer demostró que está por encima del resto de jugadores del FPC. Marcó por línea directa, al teléfono rojo, de Don José para ser parte nuevamente de la selección.

 

Su zurda, en tándem con la inteligencia que solo los mejores tienen, son la mezcla perfecta para deleitar el paladar de cualquier futbolero. Si a usted le gusta el fútbol, le gusta Juanfer. Así de sencillo.

 

Contra Nacional entendió todo. Jugó a la velocidad, mental y física, que el partido requería. En el gol demostró toda su calidad. Entendió el tiempo, el momento y la rapidez con la que tenía que atacar. Cuando limpió la jugada para Lopera demostró su capacidad de pase y lectura de juego; cuando recibió la pared del lateral demostró su exquisita técnica. Ejecutó prefecto: zurdazo seco imposible para Armani. Sin Juanfer ni el DIM ni Silva ni JJ Peláez podrían dormir tranquilos

¿Recuerda a los campeónes de la Libertadores del 89? Lea en que andan.

 

 

La idea de Lillo

Con el pasar de los partidos la idea de juego de Lillo parece haber calado más en sus jugadores. Hoy, en el Atanasio, se vio a un Nacional en modo Juanma. Armani de libero, los centrales parados en la mitad del campo, los laterales de extremos y en la mitad, Macnelly y Nieto de creadores de juego. En Elustondo, reemplazante de Edwin Valencia, encontró un interprete perfecto de su idea.

 

Al posicionamiento de los jugadores, el cual es muy versátil, pues los tres de arriba -Dayro, Lucumí, Renteria- flotan por todo el frente, caló la idea de la recuperación alta. Los jugadores de Lillo interiorizaron la premisa de presionar el balón tras pérdida. Una vez el balón estuviera en posesión del Medellín todos los verdes presionaban en bloque, atacaron el balón y marcaron las diferentes posibilidades de pase. Así, provocaron muchos errores en la salida roja.

 

Por último, la idea de Lillo se materializó en su máxima expresión debido a la posesión del balón. Nacional dominó el balón en el primer tiempo (60% de posesión) y en la segunda parte hizo lo propio. Jugó más horizontal que vertical. El tenedor de la pelota siempre contó con varias opciones de pase.

 

Todo suena muy bien. Sin embargo, algo que tiene que trabajar el español es en la peligrosidad. Cerró el partido con 66% de posesión y tan solo cinco remates al arco, los mismos que el Medellín. Su equipo tiene el balón pero no traduce esa tenencia en situaciones de peligro ni en goles.

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Peláez la tiene de pa’ arriba

 

Desde que JJ asumió como DT el equipo se empezó a desmantelar. Primero fue Jorge Arias, después Marlon Piedrahita,  después Marrugo. Se sumaron las salidas de Hechalar y Mosquera Guardia. La posible salida de Juanfer parece tener más capítulos que la de Neymar. Y ahora, Independiente, inscribió a Leo Castro. Esto sumado a la no llegada de refuerzos de peso ha hecho que el poderoso sufra en la elaboración de juego y en la fase defensiva.

 

Esta novela se reflejó en la cancha. Es un equipo muy limitado. Juanfer dependiente. Espera a que Toloza, gracias a su velocidad, desenrede el partido. No tiene más. Uno de los grandes problemas, y se hizo evidente en este partido que requería de juego rápido por las bandas y desequilibrio en el uno a uno, fue la ausencia de laterales.

 

El Medellín de Peláez no tiene brazos. Lopera no es lateral derecho y en el rol de Piedrahita queda debiendo y mucho. Por la izquierda la historia no es distinta. JJ ha probado con diferentes jugadores. Hoy debutó Andrés Álvarez, no fue la excepción. Tuvo muchos problemas en defensa y no aportó en ataque. Ah y salió expulsado al 70 por doble amarilla.

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Foto: Twitter DIM


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