¿Qué es lo que le pasa a Luis Díaz?

Estas son las razones del impresionante nivel de Luis Díaz en lo que va del semestre.

Ver a Luis Díaz así, picante, fogoso y en la portada de los periódicos, no es una novedad. En los semestres pasados ya había sido figura y había encantado a todos con su velocidad y gambeta. Pero no era más que eso: veloz y gambeteador, así como las miles de culebras que se pasean por el país. La vaina ahora es que el pelao le agregó una habilidad más a su hoja de vida, o eso parece. Y tiene encantados a todos los empresarios del país.

Hace menos de cinco meses en Barranquilla, con su acento descomplicado y relajado, no les daba miedo decir: “joda, se fue Toloza y llegó este man, qué suerte”. El Díaz confiable y certero que la descoce hoy en el Romelio era antes pura incertidumbre. Si bien encantaba a las gradas y al banquillo con sus desfiles, lo apagaba todo cuando definía y mandaba el balón a la luna. A la muestra botón: en su primera temporada hizo un solo gol en 23 partidos.

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‘Lucho’ podía hacer lo que quería con el rival, burlarse de su marca como le diera la gana, pero no hacía goles y se quedaba en nada. Pero para sorpresa del hincha, de Comesaña y de sus compañeros no se demoró en aprenderlo. Arrancó el 2018 con la tarea metida en la cabeza y en el primer semestre, metido en la olla a presión que fue Junior, aumentó el récord a cinco goles. No fue Toloza, ahora, tampoco fue Vladimir. Algo normal, todavía nada asombroso.

El verdadero estallido llegó a inicios de este semestre. A ciencia cierta nadie sabe qué pudo haber sido. Será que ahora tiene menos presión que en la era del ‘Chateo’, o tal vez en vacaciones jugando con sus hermanos fenómenos descubrió la clave del fútbol. También puede deberse a la vuelta de Comesaña (o como ahora le dicen, ‘Fergusaña). Lo único cierto es que algo le pasó y está hecho un fenómeno. Lleva cinco goles en cinco partidos y además suma dos asistencias. Anda loco el guajiro.

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No quisieramos inflarlo tanto y que termine estallando, como es costumbre en este rinconcito del mundo. Hasta ahora no se ha enfrentado a las grandes murallas de la Liga. Pero ojo, si ‘Lucho’ sigue creyéndose grande y le hace lo mismo que le hizo al central del Huila a Cadavid, Aguilar y a Henríquez, podrá soñar en grande… y Don Fuad y su billetera volverán a sonreír.

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El Heraldo