En el día que se recuerdan las luchas por igualdad y derechos de las mujeres a lo largo de la historia, repasamos la situación del fútbol femenino en varios lugares del planeta. Spoiler alert: Falta mucho por hacer
Estados Unidos: La superpotencia machista
Hoy, 8 de marzo, se conoció la noticia de 28 jugadoras de la Selección campeona mundial de Estados Unidos que presentaron una denuncia por discriminación de género en contra de la Federación de fútbol del país.
La demanda argumenta una «Discriminación institucionalizada de género» que no solo trata temas salariales sino también condiciones de entrenamiento, frecuencia de las competencias e incluso las condiciones de viaje para los partidos.
Además, el trámite legal busca que todas las jugadoras que hayan sido parte de la Selección nacional desde febrero del 2015 puedan adherirse al proceso y recibir también las indemnizaciones que podrían ser de varios millones de dólares.
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La brecha salarial –uno de los temas denunciados– en el mundo del fútbol se puede ver en los bonos que reciben los seleccionados nacionales por participar en Mundiales de Fútbol. Mientras los hombres reciben un bono de 400 millones de dólares por las 32 selecciones, los 24 equipos de mujeres reciben solo 30 millones (¡90 % menos por selección!).
Dicen además las jugadoras de Estados Unidos que en su caso la situación es mucho más grave, pues ellas juegan (y ganan) muchos más partidos en comparación al equipo masculino y aún así reciben menos plata por parte de la Federación.
Esta denuncia hecha nada más y nada menos que por la gran potencia del fútbol femenino, tricampeóna mundial y candidata a ganar el Mundial de junio, demuestra la precaria realidad de las jugadoras de fútbol a nivel mundial.
Macarena Sánchez: La que está dando la pela en Argentina
Macarena, feminista antes que futbolista, jugó desde el 2012 en el UAI Urquiza, tercer mejor equipo del fútbol femenino amateur en Argentina detrás de River y Boca.
El club, que es uno de los que más facilidades le ofrece a sus jugadoras en un país donde el fútbol aún no se ha profesionalizado, le ofreció un trabajo administrativo a Macarena en una empresa de los mismos dueños del equipo.
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Todo de maravilla hasta que en enero de este año fue despedida sin mayor razón que «cuestiones futbolísticas». Por estar en plena mitad de temporada, Macarena se quedó sin la opción de encontrar nuevo equipo (y nuevo trabajo), lo que la llevó a instaurar una denuncia en contra del UAU Urquiza y de la AFA, no solo exigiendo una indemnización por despido no justificado sino también el reconocimiento como deportista profesional.
La demanda, que busca sentar un precedente que permita acelerar la profesionalización del fútbol femenino en Argentina, ya consiguió instalar la discusión en varios debates legislativos y también, cómo le pasa a todas las que levantan la voz, le trajo a Macarena decenas de amenazas y agresiones por redes sociales.
Colombia: Lo más paila
La noticia ya, menos mal, la saben todos. Y lo mejor es que cada día se suman nuevas voces de denuncia y aparecen nuevas pruebas de los malos manejos y la violencia estructural que vivieron las jugadoras de la Selección femenina en los últimos años.
La última perlita que tiraron los señores Jessurun, González y Vélez –los tres, imágenes modelo de lo que es el machismo en el país– es que la liga femenina ya no será profesional sino sub-23. O así lo querían, porque gracias a la cobertura y relevancia medíatica que adquirió el tema, muchos han podido expresar la indignación y el rechazo total a semejante decisión.
Se vienen semanas en las que los dueños del negocio seguirán intentando matar al fútbol femenino en Colombia. Solo depende de la ciudadanía que la sociedad, junta, de un paso hacia delante.
España: La cara de la esperanza
Aunque llevan más de 30 años con una competición femenina seria, en España son conscientes de que aún no se puede hablar de profesionalización. Y esa es una de las razones por las que hoy cuentan con equipos robustos y organizados, como el Atlético de Madrid, que seducen a futbolistas extranjeras para construir su carrera allá.
Porque allá, a diferencia de otros países (sí, Álvaro González, le hablamos a usted), el trabajo por el fútbol femenino ha sido un proyecto de largo aliento que no solo cuenta con el apoyo de grandes instituciones (Federación y equipos) sino también con una visión. No solo es hacer una liga profesional por hacerla.
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Por eso, en las últimas semanas se conoció el plan que tiene la Real Federación Española de Fútbol para dar el empujón final que se necesita para profesionalizar el fútbol. Y es que una de las grandes apuestas ya empezó a dar frutos, como lo es la formación.
Jugadoras mismas del Atlético o del Barca son también entrenadoras de los equipos infantiles y juveniles del club, como es el caso de Alba Mellano, capitana del Madrid CFF y entrenadora de dos equipos de 8 a 9 y de 12 a 13 años. Alba asegura que «En cinco años viviremos en el fútbol femenino una verdadera revolución”.
Porque en cinco años, cuando las jugadoras que hoy entrena Alba estén a punto de dar el salto a divisiones mayores, se encontraran con un modelo televisivo que habrá masificado el consumo llevando la liga a varios lugares de todo el mundo. Ese es el plan que tiene la RFEF.
Como sabemos que la mayoría de nuestros lectores son hombres, queremos invitarlo a usted, amigo futbolero, a que hoy en vez de recalentar los mismos mensajes vacíos de «felicitación» a las mujeres, comparta este artículo para que juntos visibilicemos el gran camino que nos falta por recorrer en el mundo del fútbol por una igualdad de derechos.
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Publimetro