Árbitros ‘Grinch’ que se robaron la Navidad

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Se acerca Nochebuena y en Hablaelbalón estamos navideños. Por eso, en honor a uno de los personajes más populares por estas fechas, quisimos recordar a algunos árbitros que, igual a como hiciera el Grinch con los habitantes de Villaquién, le robaron la alegría a los futboleros. 

 

Nos guste o no, el árbitro todavía sigue y seguirá (?) siendo una figura determinante en el juego. Los hay permisivos, amables, rigurosos, buenos y malos, árbitros hay de todo tipo. Pero hay uno que sobresale por encima del resto, uno que –con o sin mala sangre, no importa– nos quita la alegría con sus decisiones. En este especial les traemos a los más amargos de todos, a los que nos robaron la navidad a los futboleros, a los árbitros Grinch.

 

Gamal Mahmoud Ahmed Al-Ghandour (Corea del Sur vs. España, Mundial 2002): 

Ser Grinch en un mundial es lo más bajo que puede caer un árbitro. Por eso este egipcio es el primero en nuestra lista. En el Mundial de Corea y Japón, Gamal Al-Ghandour le robó la navidad a los españoles.

 

Los coreanos venían de vencer a Italia en cuartos de final tras una, cuando menos, sospechosa actuación del Grinch ecuatoriano Byron Moreno. Contra España, pues, Corea también fue claramente favorecida. Al-Ghandour y su asistente Micheal Ragoonath se mandaron dos macanas históricas que se cargaron a la España de José Antonio Camacho.

 

A pesar de que Gamal fue acusado de “venderse”, nunca nadie pudo probar nada. Hoy, el egipcio es un prestante analista televisivo, vive en un lujosísimo barrio a las afueras de El Cairo y cuando le preguntan acerca del tema responde que ese día pitó uno de los mejores partidos de su vida. Un completo Grinch este señor.

 

Una de las más grandes “grinchadas” que se recuerden:

 

(Si está navideño no se puede perder esto: La cara del enemigo)

 

Martin Hansson (Francia vs. Iranda, Repechaje al Mundial 2010): 

Así como el Grinch se apoyó en su perro Max para robarle la navidad a los habitantes de Villaquién, el árbitro sueco Martin Hansson se aprovechó de las ganas de ganar de Thierry Henry para fulminar el sueño mundialista de Irlanda.

 

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¡Tan lindo Max! Foto: Dreamers.com

Fue en el partido de vuelta en el repechaje europeo al Mundial de Sudáfrica. Francia había ganado la ida en Dublín y el partido de vuelta se presentaba, creían los franceses, como un trámite. Pero no. Irlanda salió al Stade de France y avasalló a la Francia de Raymond Domenech. Keane puso el 0-1 y el partido se fue a la prórroga. Allí se desmadró todo…Henry hizo una mano grosera que clasificó a los franceses. El Grinch sueco dio el gol sin inmutarse.

 

Y el lío se escaló. Irlanda pidió a la FIFA repetir el partido; Henry, apenado, meditó dejar la selección; y Hansson, nuestro Grinch, estuvo muy cerca de retirarse. Al final no pasó nada. Después se supo que la FIFA pagó cinco millones de euros a la Federación Irlandesa para frenar una acción legal. Los peores Grinchs, los más verdes, se hacen llamar dirigentes.

 

¡Qué esta grosería de Henry no manche su honorable carrera!

 

(Lea también: Goles regalados)

 

Mark Geiger (México vs. Panamá, semifinal Copa de Oro 2015): 

Los Grinchs, aunque todos detestables, unos lo son más que otros. Una cosa es quitarle a los ricos para darle a los pobres, otra mucho más baja y mezquina es robarle la navidad a los pobres para dársela a los ricos.

 

¿Quién querría ver una final entre Panamá y Jamaica? Nadie. Ni la Concacaf, ni Blatter (que es el papá de todos los Grinchs), ni este árbitro que a falta de dos minutos para el final le dio el empate a México con un penal inventado. Increíble. Primero había expulsado de manera inexplicable a un panameño, después se sacó de la manga un penalti y para rematar, en la prórroga, con otro penal (fantasma), se cebó con Panamá.

 

Los mexicanos pasaron a la final y la ganaron, pero el título les supo a poco. Geiger no solo le robó los regalos al ‘Bolillo’ Gómez y a todos los panameños, sino que también avergonzó a todo un país y, peor aún, hizo que, por un día, todos odiáramos al fútbol. No se puede ser tan Grinch.

 

Por favor, no se pierda la indignación de Luis Omar Tapia:

 

(No se pierda: A mi equipo chico)

 

José Luis Niño (Junior vs. América, 2008)

Fue en la tercera fecha de cuadrangulares del Torneo Finalización en Colombia. Se enfrentaban el Junior y el América, ambos favoritos para ir a la final. Solo valía ganar. Así lo entendió el ‘Piojo’ Acuña, que se deshizo de cualquier consideración moral, e hizo una de las simulaciones más ridículas que se hayan visto en la historia del fútbol. La actuación fue paupérrima. Más triste, sin embargo, fue el criterio del árbitro central y su asistente.

 

Cuando se miran las imágenes de lo que ocurrió esa tarde en Barranquilla, cuesta creer que José Luis Niño, el Grinch de turno, no haya actuado de mala fue. El número del ‘Piojo’ Acuña es tan irreal que ni un ciego lo hubiera comprado. Sin embargo, por ser navidad, le vamos a dar el beneficio de la duda. Además no solo se es Grinch por mala intención, también por omisión.

 

Por televisión pensamos que al ‘Piojo’ le habían pegado un balazo:

 

(También le podría interesar: Cinco volantes que rompieron el 2016)

 

Julián Rodríguez Santiago (Marsella vs. Dinamo Bucarest, Copa Uefa 2005)

Cierre los ojos e imagine que es futbolista. Imagine que está jugando el partido de vuelta de unos dieciseisavos de final de Copa Uefa. Su equipo pierde 2-1. Un gol, el empate, les da la clasificación a octavos. Se juegan los últimos segundos y un tal Fabián Barthez, el arquero del equipo rival, dándoselas del canchero, sale en corto. Todo está perdido. De repente –usted no entiende cómo–, el balón le queda en los pies. Nervioso, desesperado, con su último aliento, le pega un bochazo a cualquier parte. Ese bochazo, aunque le cueste creerlo, termina en gol. Es su día de gloria, usted es el jefe, el salvador.

 

Ahora, imagine que en su carrera, mientras celebra y revolotea, se le atraviesa un Grinch, uno muy verde, que sin sonrojarse le explica a usted y a sus compañeros que el gol no vale, que el partido se acabó justo cuando el balón estaba en el aire. Pues bueno, abra los ojos y deje de imaginárselo, acá abajo se lo tenemos en video.

 

¿Se puede ser más Grinch que este señor?

 

(No se vaya sin leer: Pena Máxima)

 

Bonus:

Pero no todos son Grinchs. Este, con su verde pelamenta, tuvo un lindo gesto con Ronaldinho. Es que con ‘Ronnie’ es imposible ser Grinch. Su sonrisa alegra hasta a el más oscuro de los mortales…

 

Foto:

Pinterest

 


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