Dicen que la muerte es irreversible, que aquel que se va, ya no vuelve más. Pues no. El fútbol, que es ajeno a las leyes de la lógica, ha sido testigo de algunos que después de morir lograron volver de las huestes del Infierno. No se ría y compruébelo usted mismo.
Radamel Falcao:
Después de su paso por River y Porto, en el ‘Atleti’ Radamel tocó el cielo. Sus 70 goles en dos temporadas y sus actuaciones estelares con Colombia lo pusieron en la órbita de los clubes más poderosos de Europa. Pero ninguno de los gigantes europeos pudo igualar el atractivo económico del multimillonario proyecto del Mónaco.
¡Allí todo se fue al diablo! Un día cualquiera, en liviano partido de Copa contra un equipo de cuarta división, una ruptura de ligamento cruzado comenzó a cavar su tumba. Falcao se perdió el Mundial… pero su infiero apenas comenzaba.
Después, decaído, el ‘Tigre’ intentó sacar sus garras en Inglaterra. Pero su paupérrimo nivel hizo que fracasara primero en el Manchester United y después en el Chelsea. A mitad del año 2016 ya nadie daba un peso por él. Falcao estaba muerto.
Pero lo subestimamos, a él y a su fe. Como el ave fénix, de entre las cenizas, Radamel resucitó. Volvió al Mónaco y arrancó la temporada como un cohete. Hoy es el gran bastión y capitán de un equipo que lucha por la punta de la Ligue 1. Hasta la fecha lleva 15 goles en 18 partidos. ¡No sabes cuanta falta le hiciste al fútbol!
Después de cuatro años, Falcao volvió a hacer un Hat-Trick:
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Mario Balotelli:
SuperMario siempre nos supo deleitar. Sin embargo, sus problemas con entrenadores, sus peleas con periodistas, sus empujones a las cámaras y su irreverencia siempre pusieron en tela de juicio la longevidad de su carrera.
Así, poco a poco, vimos como la carrera de Mario se comenzaba a ir cuesta abajo. Su fuego se apagó en el Liverpool. Su nefasto rendimiento (4 goles en 28 partidos) colmó la paciencia de Brendan Rogers que se cansó y decidió apartarlo. Se fue de la Premier llevándose el título del peor fichaje y regresó al Milán donde jugó apenas ocho partidos en los que hizo solo un gol. SuperMario estaba muerto.
Pero Balotelli, como Lázaro, se levantó. Hoy, en el Niza de Francia, lleva 10 goles en 14 partidos. Y aunque sigue siendo el mismo protagonista de escándalos: cerró el 2016 con una patada sin balón que le costó una roja y un manotazo a la cámara que lo siguió en su camino al vestuario, sus goles tienen al Niza de puntero, por encima del Mónaco y el PSG. A sus 26 años Mario sigue gritando: “Why always me?”
Qué talentoso es cuando le da la gana:
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David Luiz:
El caso de David Luiz es especial, algo así como un hechizo, como una maldición que repentinamente cayó sobre su frondosa melena y le chupó todo su talento. La pesadilla comenzó el 8 de julio de 2014, el día que Alemania humilló a Brasil en su propia casa. Ni siquiera sus sentidas lágrimas en televisión nacional fueron suficientes para que el país le perdonara su nefasta actuación.
A partir de ahí, todos le dimos por muerto. El prometedor jugador del Benfica parecía haberse quedado en eso, en una promesa incumplida. Sus años en el Chelsea habían sido irregulares y en su posterior paso por el PSG, lo más memorable que dejó fueron los dos caños que le endosó Luis Suárez en unos cuartos de final de Champions League. Con la ‘Verdeamarela’ la situación no mejoró, su desastrosa Copa América en Chile y sus pésimas actuaciones en las Eliminatorias lo siguieron hundiendo: “Brasil tiene que marcar a David Luiz”, twitteó el genial Diego Latorre
Por eso hubo sorpresa cuando en verano de 2016 Antonio Conte anunció que lo quería en su Chelsea y que el equipo londinense pagaría 40 millones por él. Pues bueno, Conte lo resucitó. Hoy es el referente defensivo de este Chelsea que cabalga puntero en la Premier. En la línea de tres del italiano, Luiz es el encargado de la salida limpia desde atrás y, hasta ahora, su rendimiento ha sido espectacular. Ojalá le dure.
La línea de tres parece ser su hábitat ideal:
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Guillermo ‘Memo’ Ochoa:
¿Quién no recuerda las atajadas del ‘Memo’ Ochoa con la cara en Brasil 2014? El arquero tapó de todo y con todo. Sus reflejos, su amor por la camiseta y su suerte lo retrataron como uno de los mejores arqueros del mundo. Así llegó al Málaga, esperando ser revelación. No fue así. El director técnico optó por darle la titular a Kameni y el ‘Memo’, más banqueado que James, tuvo que vivir a la sombra del africano.
Entonces, lo despacharon para el Granada, a ver si lograba salvar los muebles del descenso. Sin embargo, tuvo una racha que ningún arquero desearía ni siquiera a sus enemigos. Jugó 10 partidos y encajó 31 goles. ¡31 goles! Nada más que decir.
Sorprendentemente su cabeza no rodó. Lo mantuvieron vivo, esperando y esperando, hasta que se le apareció la Virgen de Guadalupe. En su peor momento, Ochoa se agrandó y combatió las ofensivas de Messi, Neymar y Suárez. Les concedió solo un gol y fue figura indiscutida del partido. Así recuperó su confianza y fue figura nuevamente ante el Valencia, el Gijón y la Coruña. Resucitó como por obra del mesías (o Messias).
El partido que le devolvió la vida:
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Miguel Ángel Borja:
Hoy es el ‘Rey de América’, pero hace un año estaba muerto. Muertísimo. A finales de 2015 a Borja se le estaba yendo el tren. Antes de llegar al Cortuluá, Miguel Ángel venía de decepcionar en La Equidad, en el Livorno italiano, en el Olimpo de Bahía Banco y en Independiente Santa Fe. Aunque ya iba a cumplir su quinto año en el profesionalismo, su nombre ya comenzaba a empolvarse.
Volver al Cortuluá era su última oportunidad. Sus 22 goles en 25 partidos lo pusieron a coquetear con los grandes de Colombia y finalmente fue Nacional el que se lo llevó. Lo que pasó de ahí en adelante ya todos lo conocemos: debut soñado con doblete contra Sao Paulo en el partido de ida de la semifinal de Copa Libertadores, otro doblete en la vuelta y el gol del triunfo en la final.
Borja cerró el 2016 con 39 goles, más de los que había marcado en todas su carrera, y fue elegido el mejor jugador suramericano del año. Este señor, amigos, se inventó la palabra resurrección.
Borja los tiene bien puestos. Aquí se debut en Nacional:
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Bonus: Nicklas ‘Lord’ Bendtner
“El pez muere por la boca”, dicen, pero Nicklas Bendtner ni es un pez, ni va a morir nunca, pues las leyendas nunca mueren. La historia de ‘Lord’ Bendtner es perfecta para ser al anti-resurrección. A los 16 años fue fichado por pedido especial del maestro Wenger. Después de desbaratar arcos rivales en las juveniles del Arsenal, en 2008 subió al primer equipo.
Su fútbol sorprendió, de mala manera, pero sorprendieron más sus declaraciones. El joven, lleno de autoestima, decía que iba estar en la Élite de los delanteros del mundo. Y bueno…Hoy, a sus 28 años, se le puede ver jugando en el Nottingham Forest.
Pasar de ser la promesa del Arsenal a jugar siete partidos en la segunda división inglesa (marcando solo un gol) es para nosotros una marcha fúnebre. Ojalá tenga su resurrección y nos calle la boca (en Hablaelbalón nos encanta quedar mal).
Nadie en el internet le perdonó nunca esa boquita:
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