Al América lo mató la ansiedad y desaprovechó una oportunidad de oro para comenzar a alejarse del fantasma del descenso.
Tigres fue el ganador moral
Fue un partido entre dos equipos que le huyen al descenso. La diferencia estuvo en que uno ya lo aceptó como posibilidad y para el otro se trata de la peor pesadilla. Por eso Tigres fue un equipo cerebral, tranquilo, que siempre tuvo un mapa claro; y América, uno eléctrico pero nublado, contagiado por el miedo y el desespero.
La idea de los bogotanos siempre fue la misma: un 5-3-2 diseñado para esperar y, solo si era posible, herir al contragolpe. Aunque lo ideal hubiera sido ganar y meterse entre los ocho, la verdad es que el 0-0 final nunca le supo mal a Bodmer. Tigres fue inteligente y administro el empate. Sus opciones más claras, las únicas, fueron en el primer tiempo tras errores puntuales en la salida del América y al final, cuando el desespero les pudo a los rojos y quedaron mal parados.
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El América la puso fácil
El primer tiempo del América fue muy pobre. La primera opción de gol llegó en la última jugada del partido en una pelota quieta, de resto el planteamiento táctico del ‘Polilla’ fue muy fácil de defender para Tigres.
El uruguayo paró un 4-2-3-1 al que le faltó movilidad, fue demasiado esquemático y predecible para la atarraya de Bodmer. Por adentro, Bernal y Martínez Borja nunca pudieron recibir de cara al arco y por las bandas Bottinelli, por izquierda, y Vásquez, por derecha, fueron neutralizados por los carrileros. Iván Vélez y Juan Camilo Angulo se soltaron poco y cuando lo hicieron nunca lograron llegar cómodos a línea de fondo.
Más allá de lo táctico, el América sigue pagando caro el bajo estado de forma de sus individualidades. Quizá víctimas de la ansiedad, de mitad de cancha para arriba, jugadores consagrados como Bernal, Bottinelli y Martínez Borja estuvieron demasiado imprecisos y cometieron errores no forzados que son impropios de un profesional.
Sin individualidades no hay colectivo que funcione…
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Juan Camilo Angulo fue la diferencia
Después del pálido primer tiempo, ‘Polilla’ movió la pizarra y le dio vida a su equipo. Sacó a Bernal y a Vásquez por Lizarazo y Olmes García; paró un 4-4-2 con Lizarazo por derecha y Bottinelli por izquierda. Arriba quedaron Martínez Borja y García. Los movimientos de afuera hacia adentro de los volantes por afuera y las diagonales hacia fuera de los ahora dos delanteros le dieron sorpresa al equipo y desorganizaron a Tigres.
Así la cosa la banda derecha le quedó sola a Juan Camilo Angulo, que libre de obligaciones defensivas y con espacio para ir hacia delante demostró que es uno de los mejores laterales del FPC. Cuando él estuvo bien, la ‘Mecha’ pudo generar opciones de gol. Los palos y Giraldo, el buen arquero de Tigres, lo impidieron
Los centros envenenados de Angulos serán capitales para mantener la categoría: que el ‘Polilla’ tome nota y busque la manera de potenciarlos. Para ganar hay que hacer más que tirar el balón —así sea un buen balón— a la olla.
La cosa está que arde.
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El País/Colprensa