En Millos ya funciona el principio de “más vale calidad que cantidad”. Eso representa Santiago Montoya, el último refuerzo del club.
Con el fichaje de este talentoso volante, sumado a las renovaciones de siete jugadores, la compra de los derechos de Jhon Duque y los otros fichajes (Carrillo, Ovelar y Faríñez), el esfuerzo económico del club supera los 6 millones de dólares.
Un gasto muy grande que se verá amortizado en gran parte con las taquillas de la Copa Libertadores y la plata que reciben los participantes por cada partido. En este caso, con la salida de Kouffaty y Riascos, era obligatorio traer a alguien que reforzara el rol que ocupa Macalister Silva, un volante creativo, inteligente, con uno-contra-uno, despliegue y llegada desde la segunda línea. Por eso, el fichaje de Montoya da justo en el blanco.
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¿Quién es Santiago Montoya?
Santiago Montoya, de 26 años, es otro fino producto de la cantera del Envigado. El molde de mediapuntas zurdos habilidosos es un sello de identidad de las categorías juveniles de este club antioqueño. Después fue a probar suerte en las divisiones menores de Atlético Nacional, antes de viajar a Argentina en donde finalmente debutó con All Boys en el año 2012. Allí jugó 26 partidos y marcó dos goles.
Pasó en el 2013 a Vasco da Gama. Allí estuvo dos años. Su mejor momento fue en la temporada 2014, en la que jugó 33 partidos en segunda división, tuvo regularidad y logró marcar tres goles. Luego, en 2015 se fue para el Vitoria Guimaraes de Portugal. Ahí le perdimos la pista. Sus números fueron pobres. Ya comenzaba a preocupar: Santiago no encontraba un suelo fértil para poder explotar todo su potencial.
Después de jugar en Argentina, Brasil y Portugal, con 24 años, llegó a Colombia en el 2016 para jugar con el Tolima. En el club estaba al mando un hombre que en su momento fue su gran valedor y hoy se puede decir, el responsable de su explosión: Alberto Gamero. Junto a él pudo sentirse importante, el eje del equipo.
En tres semestres jugó 51 partidos, marcó doce goles y llegó a la semifinal del último torneo. Su equipo eliminó a Nacional por penaltis y estuvo cerca de jugar la final.
Pékerman lo convocó a la Selección para jugar con el equipo que viajó el año pasado a Brasil a jugar el partido de homenaje al Chapecoense. Por debutar en Selección y por el ritmo de crecimiento que venía mostrando en el Tolima, era casi imposible que Santiago continuara en Ibagué. Como siempre, las negociaciones con el senador Camargo fueron largas y engorrosas, pero el campeón pujó fuerte por el volante, lo compró y ahora competirá por un lugar con Macalister y los otros volantes ofensivos.
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¿Cómo juega?
Es un volante ofensivo zurdo, talentoso y muy completo. Tiene imaginación en espacios reducidos, hace quiebres y gambetas cuando lo aprietan y casi siempre sale ‘vivo’ de situaciones difíciles en las que el balón ya parece perdido. En el plano individual tiene muchas virtudes: gol, último pase y uno-contra-uno.
Con su zurda puede esquivar rivales en un ataque estático o con espacios en velocidad. Pisa el balón muy bien, lo sabe cubrir y engaña al rival con su cadera. Cuando debe conducir a campo abierto, tiene velocidad y buen eslalon. Tiene todos los rubros del buen gambeteador.
En el plano colectivo es un jugador con gran capacidad para asociarse. Tiene buena lectura de juego, busca jugar entre líneas y encuentra pases a la espalda de los volantes rivales. Le gusta buscar paredes y cuando hay que jugar a dos toques, lo hace de maravilla.
Montoya es, a todas luces, un jugador completo que encaja como anillo al dedo en los planes que tiene Russo para su Millonarios 3.0.
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Foto: deportesrcn.com