Parece que será la nueva joyita de Nacional. Ayer entró de suplente y salvó al equipo de un papelón enorme. Conozca su historia.
Aunque las cámaras apenas lo conocieron ayer, Hayen ya había debutado semanas atrás contra el Boyacá Chicó en Tunja. Obvio, no salvó las papas en los últimos minutos pero sí jugó los noventa y dejó cositas. En lo poco que lo hemos visto, en la Selección Colombia sub-21 de Reyes y los dos partidos con Nacional, lo único claro que tenemos es que juega por la banda derecha. Pues en los Centroamericanos, el Profe lo utilizó de lateral y en el verde ha jugado de delantero tirado por derecha.
El pelao nació hace 19 años en Medellín y es hijo de un exfutbolista poco conocido, Haminton Palacios. Su carrera en el fútbol la empezó en alguna canchita abandonada de Chigorodó, Chocó, pueblo de donde son sus padres. Más adelante, en el 2014 con las piernas ya formadas y el talento fluyéndole por el cuerpo, se mudó a Medellín para jugar con el Ferroválvulas —equipo de la primera C y famosa ferretería paisa—. Al siguiente año, su buen pie y gran carrocería lo trasladaron al Boca Juniors de Bello. De «xeneize» tuvo sus mejores tardes en el fútbol de escuelas: metió 15 goles y se ganó la atención y los ojos del DIM.
Con el DIM la relación fue disfuncional. Entre semana practicaba en el Atanasio y los fines era la estrella del Boca en los torneos regionales. La relación, como era de esperarse, no duró mucho y el pelao, crecido y confiado en sí mismo, se marchó con su papá a probar suerte en México. Pero igual, nada pasó. No consiguió equipo y terminó con la guayera de regreso en Medellín. Acá, la escuela Total Soccer lo puso en las vitrinas del equipo y Nacional, justamente por deseo del ‘Arriero’ Herrera, lo compró.
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Desde el 2017 para acá, la pelota le ha traído sonrisas al pelao. Con la Selección, jugando (y brillando) de lateral derecho, se amarró la medalla de oro al cuello y provocó un gol en la final; y ahora es y hace feliz a la gente verde del Atanasio, y por qué no, al futbolero en general. Ese pepazo que escupió su guayo contra el Envigado le arregló la noche a muchos. Si este solo es un abrebocas de lo que será, Hayen podrá soñar con todo, con lo que él quiera. Hasta con llegar al Boca, al verdadero. Y más.
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