Grandes hay muchos, gigantes muy pocos, y los colombianos que jugaron en estos últimos salieron a cuentagotas.
Bayern Múnich
Después de un par de temporadas regulares y sin títulos, para la 93/94 los directivos trajeron a un tal ‘Tren’ Valencia. Adolfo fue resistido por su individualismo y se hizo famoso en Alemania por fallar goles hechos. Desagradecidos los alemanes, pues aunque no ganaron la Copa UEFA, el Bayern ganó la Bundesliga y, junto a Mehmet Scholl, Valencia fue el máximo goleador del equipo con 11 goles. Al final, tras un año de altibajos, lesiones y falta de confianza, el ‘Tren’ se fue para el Atlético de Madrid. “Exceso de frío” fue la excusa perfecta.
24 años después, con más credenciales, James Rodríguez aterrizó en Säbener Strasse. Aunque el desenlace de la historia todavía es incierto, la buena noticia es que después de echar raíces en el banco del Madrid, en el Bayern ya se ha hecho con un puesto.
Lea también: James encontró su puesto en el Bayern
AC Milan
Ojalá sea una simple casualidad, pero los años más oscuros de este gigante dormido han coincidido con la llegada “masiva” de colombianos. Al primero y al que mejor le fue, se llama Mario Alberto Yepes. En 2010, el Milan nos sorprendió con su fichaje. El capitán, ya viejo, hizo lo que siempre hace: ser un líder y fortalecer el vestuario. Tres temporadas, dos goles y dos títulos, uno de ellos, la última Serie A rossonera.
Después llegó Jherson Vergara, luego de romperla en el Suramericano Sub-20 de 2013. Pero no pasó nada. Jherson ha ido de cesión en cesión y todavía no ha jugado un solo partido oficial en Milan. Tampoco pasó nada con Pablito Armero. ‘Miñía’ llegó después de Brasil 2014 en un intento por volver a ser el capo que fue en su primer paso por Udinese… Ocho partidos y hasta luego.
Christian Zapata, de todos, fue el más regular. Llegó en 2013 y hasta esta temporada, en la que le dijeron que ya no lo renuevan más, Christian contó. La crisis del Milan no lo dejó brillar como esperábamos y ha venido a menos. Algunos errores tontos le costaron la titularidad. Hoy, para Gattuso es el cuarto central. Sin pena ni gloria.
Y luego está Bacca. A Carlos lo llamaron para revivir al Milan. Y nos ilusionó. En su primera temporada fue goleador del equipo. La segunda la arrancó con un triplete contra el Torino, pero se vino abajo y se desinfló. Peleado con el gol, se dedicó a pelear, a quejarse de sus compañeros y hacer berrinches. Desde entonces seguimos esperando al Bacca de la primera temporada.
No deje de leer: Lo que tendrá que hacer Gattuso si quiere salvar al Milan
Manchester United
Falcao caminó entre los muertos. Su lesión de ligamento cruzado, a unos meses del mundial, lo dejó noqueado. Para volver a la vida fue al Manchester United del odioso Louis Van Gaal. Su nivel fue pobre, las lesiones, desconsideradas y su técnico, un canalla. 4 goles y algunos partidos con la reserva. Eso fue lo mejor que dejó ese infierno.
Le puede interesar: El Falcao de repuesto que necesita Colombia
Real Madrid
James llegó después del recital que dio en el Mundial de Brasil y el resto es historia quemada: una primera temporada de ensueño con Carletto, luego vino la suplencia con Benítez y el final con el “calvo innombrable”. Todo está dicho.
Pero antes de James hubo otro. Freddy Rincón llegó en la 95/96. Venía de hacer una buena temporada en el Napoli y Jorge Valdano lo pidió. El despido de Valdano a mitad de temporada lo dejó huérfano. Igual, sus números tampoco eran los mejores: 21 partidos, 0 goles. Apenas se acabó la temporada se devolvió corriendo a Brasil.
Más romántico fue el paso de Congo. En 1999 llegó al Madrid de los ‘Galácticos’ inesperadamente. Escasamente lo conocíamos en Colombia y un gol maradoniano a River le compró una taquilla en el vestuario blanco. Tuvo que competir contra Raúl, Morientes, Anelka y Eto’o… y entonces no contó. Luego de varias cesiones, en 2001 volvió al Madrid y aunque no jugó estuvo inscrito en la nómina que ganó la Novena.
No se vaya sin leer: Recordando a Thomas Gravesen
Barcelona
Mucha suerte, vaquero.
Foto:
Tribuna