Seguramente hay muchas versiones de Nacional que han llenado al hincha, pero estos dos fueron campeones continentales. Por eso las pusimos a competir cara a cara. ¿Quién ganará?
En defensa
Por las características de sus nombres, el equipo de Rueda fue más balanceado. Mientras que Luis Carlos Perea y Andrés Escobar eran centrales del mismo corte, Henríquez y Dávinson Sánchez se complementaron el uno al otro. El primero fue fuerza y presencia, el segundo aportó velocidad, relevos y una impecable salida desde atrás.
Además, el último campeón fue más solidario. Desde la dupla Mejía-Pérez hasta Borja, todos tenían obligaciones en la fase defensiva. En contraste, si bien Leonel y ‘Pipe’ Pérez era unas fieras, los volantes creativos y los delanteros no eran los más comprometidos. 1-0 para los de Rueda.
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En el medio campo
El despliegue defensivo de Alex Mejía, el buen pie de Sebastián Pérez o el ‘Lobito’ Guerra y el manejo de Macnelly le dieron al equipo de Rueda un amplio control en la mitad. El Nacional del 2016 dominó la gran mayoría de los partidos que jugó. Solo Rosario Central, por momentos, pudo sacarle el balón.
El equipo de Maturana era muy fuerte con la pelota gracias a la magia del ‘Bendito’ Fajardo y Alexis García, pero sufría mucho cuando perdía la posesión. Leonel tenía que multiplicarse, el rival ganaba espacio para jugar en campo contrario y así aumentaba el peligro en el área de Higuita.
El equipo de Rueda no solo generó más opciones, sino que mantuvo al rival más preocupado por contener que por jugar. Con esto, Rueda se pone 2-0 arriba.
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En ataque
El campeón de 2016 tuvo siempre una idea clara para atacar. Entendió que jugar por las bandas era la forma más eficiente de abrir las defensas rivales, por eso tuvo mucha presencia en sus extremos (Copete, Marlos, Ibargüen o Berrío) y en sus laterales. Aun así, antes de que llegara Borja, este Nacional sufrió sangre para meterla.
El equipo de Maturana quizá no fue tan prolijo, pero sí fue más letal. Mientras Rueda no tuvo un delantero centro sino hasta la semifinal, en el once del primer campeón hubo siempre dos delanteros de peso. Jimmy Arango, Níver Arboleda, ‘La Turbina’ Tréllez y el gran ‘Palomo’ Usuriaga eran temibles en el área. Descuentan los de Maturana. 2-1.
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En el arco
La decisión más difícil de todas. Higuita es uno de los responsables principales del título del 89’, pero sus constantes riesgos, aunque lo inmortalizaron y nos hicieron amarlo, ponían en riesgo al equipo. Pregúntele a Roger Milla…
Armani, más frío y ortodoxo, también fue figura. Para jugar una recocha con amigos, siempre René; para jugar una Libertadores, Franco Armani. 3-1 a favor de Rueda.
¡Final, final, no va más!
¿Y para usted? ¿Cómo queda este partido?
Termine con: ¿A qué volviste, Pacho?