La opinión del columnista no refleja necesariamente la de Hablaelbalón.
Ya sé. Ya sé que el mundo es así y que la vida es así y que el fútbol es así. Que todo tiende a caer y a corromperse o a irse. Tengo claro que del Arsenal, al brillar, se han ido todos: Reyes, Van Persie, Fabregas, Vermaelen, Clichy, Sagna…¡Henry!
Sobra que me repitan, pues lo sé de memoria, que la culpa es de Wenger. Por tacaño. Por timorato con el espectáculo. Por no aprender de Moruinho y de Guardiola, del Real Madrid y del PSG, cómo es que funciona este negocio, cómo se ficha, cómo es que se mantiene felices a los hinchas chinos.
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Tampoco ignoro que Alexis Sánchez estaba fuera de lugar. En un error del mercado. Y que los elegidos como él no pueden permitirse quedarse para siempre en un club con escrúpulos que no pelea por La Champions ni la Liga. Cómo no darse cuenta de que sus tres años en Londres fueron pura solidaridad y altruismo con la malherida y maltratada hinchada Gunner; y que, ni más faltaba, ya nada tiene que agradecerles o explicarles. Que los niños que se pintan la cara se consigan otro ídolo. Y que los viejos que aprendieron a corear correctamente su nombre, A- L – E -X – I -S, se jodan, pues ya están grandecitos para melancolías trasnochadas.
🎹 Ladies and gentlemen, please take your seats. Introducing #Alexis7…#GGMU #MUFC @Alexis_Sanchez pic.twitter.com/t9RIIx4mE4
— Manchester United (@ManUtd) January 22, 2018
Además, tienen razón los que afirman, serios y con vigor, que por 400 mil libras a la semana no hay corazón humano que valga. Y menos si de chico, como Alexis, se vivió entre el polvo y los residuos de carbón pateando pelotas de trapo con tenis rotos. No me cabe duda de que quienes critican su traspaso lo hacen por envidia y mezquindad. Son hinchas resentidos o periodistas amargados, sin ambición, que no han probado ni quieren probar la esquiva miel de la gloria.
Así que mientras excitados y borrachos de titulares con su nombre esperamos el debut del nuevo 7 del Manchester, solo tengo una prgunta:¿Qué viene después de esto?
Después del piano maldito y la sonrisa plástica, prefabricada, seguida del aprendido cínico y moldeable “its a dream come true” (usted ya vio el video ). ¿Cuáles serán las próximas obligaciones contractuales para fingir el aprecio y comprarse el corazón de los nuevos hinchas, que luego serán también abandonados? ¿Se fingirán las lágrimas? ¿Se harán bailes eróticos? ¿Se deberá escupirle a los antiguos colores?
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Daily Mirror