Polonia empató 2 a 2 con Chile en casa antes de viajar a Rusia. Aunque empezó ganando con solvencia, los de Reinaldo lograron el empate y casi le dan la vuelta. Le hicimos el favor a Pékerman y analizamos las ventajas y las desventajas de nuestro segundo rival en el mundial.
Formación
Polonia se despidió de su gente sin sorprender a nadie y con un 4 4 1 1 claro, rapidísimo para replegarse, pensado para herir con juego directo por las bandas y con Lewandowski, obvio, como su gran gran faro y punta de lanza.
Además, pasó lo que veníamos imaginando y, como en sus últimas pruebas, Nawalka puso a Zielinski de media punta, como puente entre Lewandowski y los volantes. Por las bandas no hubo sorpresa y vimos, por la derecha, el habitual tándem Piszczek–Jakub B., y por la izquierda, Rybys y Grosicki.
Como volantes centrales estuvieron Krychowiak, como lanzador estrella, y Linetty como volante rompedor.
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Estrategia
El Polonia de hoy fue el equipo pragmático, frontal e intenso de siempre. Contra un Chile atrevido, con nuevos hombres, nuevo técnico y toda la energía, nuestro segundo rival no tuvo problema en cederle de entrada el protagonismo, defender en su mitad, muy junto, y luego romper a la contra con balones largos y cruzados.
Lo peor que tiene este equipo son sus centrales, dos tipos toscos que distan de contar con una técnica de de la élite; y entonces, el Chile adelantado de los primeros 20 minutos, dejó ver las pobres maneras de Polonia para salir de la presión y descansar con el balón. El local fue impreciso, renunció a la número 5 y sufrió mucho para elaborar.
Fue solo hasta el minuto 25 cuando Polonia se lavó la cara y empezó a dar muestras de su estrategia feroz; desdoblarse a puro vértigo, combinar por las bandas y sumar a sus volantes, que al pisar el área asfixian y dan volumen en ataque.
Polonia es un equipo simple, disciplinadísimo para recomponer sus líneas y sincronizado para presionar en bloque que sabe sufrir sin el balón y que es venenoso en los tramos en los que sus lanzadores se apropian del juego y nutren a sus extremos. Aunque no tiene problema en encerrarse, no negocia su ambición de sumar hombres en ataque y cuando salta líneas, con sus dos volantes centrales, alcanza a sumar hasta 6 hombres en ataque. Ser un equipo sin misterios es quizá su mayor peligro.
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¿Qué temer?
Empezamos con lo obvio: Lewandowski. Joder, qué animal. Robert, como el mejor Suárez, es él solo un equipo y es de los pocos jugadores del Mundial que, de verdad, puede hacer cumplir esa frase hecha “ganar solito”. Nawalka lo sabe y ha configurado un sistema diseñado para el 9: Muchos balones cruzados, dos volantes abiertos que siempre llegan a fondo para buscarlo en el área y, ahora, ha hecho de Zielinksi su escudero tirado unos metros atrás.
El capitán siempre responde. Abre espacios en soledad, aguanta de espaldas, se junta con los volantes… y siempre, siempre, la manda a guardar. El de hoy es un golazo. Qué miedo.
Además de Robert, hay que tener cuidado con el tandem entre Robys y Grocki por la izquierda. El primero es un lateral dúctil, inteligente para filtrar balones y el segundo es un extremo incombustible, inteligente para romper al espacio y desequilibrante.
Ah, y si Colombia deja jugar a Krychowiak, el gran cerebro de Nawalka en la cancha, la vamos a pasar mal. Es él el que pone el tiempo, el que mete el acelerador, el que nutre a Lewandowski, el primer pase y el lanzador.
¿Cómo joderlos?
Aunque es riesgoso, a Polonia hay que jugarle con líneas altas para tener a Lewandowski lejos del área y asfixiarlos con el balón. Es un equipo que se organiza muy rápido, difícil de penetrar, pero que sufre en el uno contra uno.
Linetty y Krychowiak son dos muy buenos volantes centrales, pero que la pasan mal cuando los encaran, igual que toda la defensa polaca. Así que Colombia debe hacer un partido paciente, sin prisas, y con mucha prolijidad e intensidad para romper líneas desde atrás.
Le recomendamos a Pékerman considerar jugarle a los polacos con dos delanteros, para fijar la retrasada defensa Polaca, que con dos centrales tibios debe sudar sangre en los unos contra uno: imaginamos a Borja dándose un banquete con Pazdan y a Falcao con Bednarek.
El partido de hoy, además, nos tiene que haber dejado claro que Polonia es un equipo sin el fuego de las selecciones mundialistas, que además de Lewandowski no tiene a ningún jugador triple A y al que hay que dejarle claro, desde el comienzo, que somos un equipo superior. Hoy dejó escapar, casi con ternura, un partido que ganaba por dos goles contra una selección en construcción.
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goal.com