En Alemania hay un estadio que tiene el «cervezaducto» más largo del mundo.
Aunque en Colombia no está permitido en todas las ciudades, en otras partes del mundo la cerveza es un elemento imprescindible en los estadios. En Alemania, por ejemplo, el fútbol no es del todo fútbol sin una buena cervecita a la mano. Esto lo sabían muy bien los ingenieros y arquitectos que estuvieron a cargo de la construcción del Veltins Arena del Schalke 04.
El estadio costó 191 millones de euros y fue inaugurado en el 2001. Un templo sin precedentes que por muchos años fue el más moderno de Europa, pues además de tener césped retráctil, un cubo central con cuatro pantallas gigantescas y techo “convertible”, por su interior —como si fueran sus venas— corre el “cervezaducto” más largo del mundo: cinco kilómetros y medio de cañerías refrigeradas que le sirven cerveza a los más de 60.000 hinchas que llenan el estadio cada vez que juega el Schalke.
¿Cómo es posible tal locura?
Un entramado de cinco kilómetros de tubos plástico —el más largo mide 236 metros— conecta los 52 tanques (cada uno para mil litros) que se esconden debajo del estadio con los 126 drafts que están repartidos entre los 35 puntos de venta. Para que siempre esté bien fría, en su recorrido, la cerveza pasa por alguna de las cuatro centrales de refrigeración que están ubicadas debajo de las tribunas.
Al estadio le caben exactamente 62.271 hinchas y el Schalke llena en todas las fechas: 62 mil personas sedientas de fútbol y cerveza que, en promedio, se toman 30.000 litros en cada partido. En la temporada 2018/19 se calcula que se consumieron más de medio millón de litros de Veltins Pilsener en el estadio
¿Por qué Veltins?
Desde 2004 la marca de cerveza alemana compró los derechos del nombre del estadio y recientemente anunciaron que el contrato fue renovado. Veltins será “dueño” del estadio hasta 2027 y el Schalke cobrará seis millones de euros al año por ello.