Volvió a pasar. Como en París, el Barca fue un equipo débil y resignado. La Juve le pasó por encima en Turín. Le contamos las tres razones de la debacle del Barca:
Porque la Juve volvió a creerse el cuento
Por funcionamiento y por carácter la Vecchia Signora demostró que está lista para reclamar lo que es suyo en Europa. Messi y compañía salieron del Juventus Stadium con el rabo entre las patas.
Aunque el Barca tuvo el balón, el partido, de principio a fin, lo controló la Juve. El local arrancó feroz, presionando arriba y antes de los diez se puso en ventaja. Después se replegó y aprovechó, con inteligencia, los espacios que le dio el Barca por las bandas.
Para defender Allegri plantó dos líneas de cuatro bien juntas y ordenadas que enmarañaron el juego interior del Barca. Para atacar el equipo abrió la cancha, desbordó a los laterales con Cuadrado y Manzukic –los extremos– y aprovechó la zurda excelsa de Dybala que siempre llegó desde la zona de volantes para cazar el pase atrás. Dos de los tres goles llegaron por ese medio. El tercero fue un cabezazo de Chiellini en un tiro de esquina.
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Porque el Barca de los volante ya no existe
El Barcelona, como en París, fue un equipo sin alma y sin ideas. Y sobre todo sin volantes.
Sin Busquets, Mascherano fue el elegido para ser el primer pase del equipo. Su partido fue terrible, no solo tuvo responsabilidad directa en dos de los tres goles, sino que con él en el mediocampo el equipo no carburó nunca (En Argentina pasa lo mismo).
Lo de Rakitic es inexplicable, su decrecimiento en todos los aspectos del juego es notable. Iniesta, aunque lo intenta, sin socios de su altura no logra ser determinante. André Gomes –que en el segundo tiempo ocupó la posición de Busquets– es un jugador insulso que no marca diferencia; no se tiene confianza para jugar para adelante e influye muy poco en campo contrario, no es un volante para el Barca. El caso de Denis Suárez es similar.
No hay volantes que transformen la posesión en peligro, entonces el Barca es un equipo partido que depende exclusivamente del genio y la capacidad individual de los tres de arriba. Y si ellos no están pasa lo que pasó en Turín.
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Porque a Messi le quitaron a su mejor socio
Después de la debacle de París, Luis Enrique, con razón, cambió el esquema y comenzó a prescindir de Alba, que ciertamente no estaba en su mejor nivel. El equipo se equilibró y mejoró.
Sin embargo, en partidos cerrados como este, en los que no hay volantes conductores y profundizar se hace difícil, se extraña las apariciones eléctricas de Alba por la izquierda. Sin Jordi, Messi pierde al jugador que mejor interpreta sus pases cruzados englobados al espacio. ‘Leo’ recortó en varias ocasiones de derecha a izquierda, pero en ninguna hubo opción de pase.
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