El único argentino admirado en Inglaterra

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Cuando llegó todos dudaban de él. Hoy, Mauricio Pochettino es uno de los técnicos más cotizados del mundo. Así ha sido el camino del entrenador que reconcilió a argentinos e ingleses.

 

La guerra arrancó en las Islas Malvinas y terminó en el Estadio Azteca. Ese día cayeron dos bombas. La primera la mandó Dios, en forma manotazo y en la segunda, otro Dios, uno de carne y hueso, gambeteó hasta a su propia sombra. Entre argentinos e ingleses, el fútbol sí es cuestión de vida o muerte. Por eso nada parecía real cuando entre los tabloides londinenses sonó el nombre de un argentino para dirigir a Inglaterra.  Bueno, así de grande es Mauricio Pochettino.

 

Mauricio nació en Murphy (el anglicismo no puede ser coincidencia), un pequeño pueblo de La Pampa argentina, a donde Marcelo Bielsa lo fue a buscar personalmente para llevarlo a Newell’s. El ‘Loco’ lo hizo debutar a los 16 años y seis años después, en el 94’, ‘Poch’ fichó por el Espanyol de Barcelona. Desde entonces lleva una vida europea.  

 

El Espanyol fue el club de su vida. Allí se oxidó como jugador y renació como entrenador. Su segundo debut fue tan precoz como el primero. A sus 36 años lo presentaron como entrenador del primer equipo y al día siguiente se estrenó contra el Barcelona de Guardiola y compañía. Empató 0-0 y, aunque el equipo estaba en puestos de descenso y a cinco puntos de la salvación, fue imposible no ilusionarse. Y lo logró, mantuvo la categoría y se afianzó en el puesto.

 

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Marcelo Bielsa fue hasta su casa y lo convenció de ir a Newell’s. Tenía 14 años. Foto: 90s Football

 

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En el Espanyol, desde el principio, el argentino dejó clara su estampa: su preferencia por los jugadores jóvenes formados en casa. El hambre, la determinación y la pasión, todas virtudes propias de la juventud, se hicieron fundamentales en el modelo de presión alta (e intensa) del entrenador. Fueron 24 los juveniles que debutaron con Mauricio. Algunos, como Víctor Ruíz, se fueron dejando réditos, otros se quedaron y se consolidaron en el primer equipo. Su confianza en los juveniles, sin duda, fue la característica por la que el Southampton, una de las canteras más proliferas del mundo, puso sus ojos en él.

 

Entonces lo dejó todo, se deshizo de complejos históricos, de intereses geopolíticos, viajó a la Isla y se convirtió en el segundo argentino de la historia en dirigir en la Premier League. Cuando llegó era un completo desconocido. Quizás algún versado lo recordaba, borrosamente, como el jugador que provocó el penal con el que Inglaterra le ganó a Argentina en el Mundial del 2002. Pochettino no sabía ni saludar en inglés, por eso llegó a Inglaterra con una lista escrita por sus hijos y su esposa con palabras claves para dirigir un equipo de fútbol: ball, referee, pass, shoot…que de algo le sirvieron, pues rápidamente cambió las dudas por ovaciones, salvó al Southampton del descenso y volvió a demostrar la efectividad de su modelo de juego.

 

Pero no lo trajeron (solo) para salvar el descenso. Nicola Cortese, presidente del Southampton, dijo que habían escogido a ‘Poch’ porque se ajustaba a las ambiciones del club a largo plazo. Porque Pochettino no es un mercenario ‘salva-descensos’, su arte no está en motivar, salvar y empacar la maleta para repetir el ciclo en otro club moribundo. No. No es Carusso Lombardi. Pochettino se nutre de la crisis para fortalecer las estructuras internas, para promover las divisiones menores y para construir proyectos estables.

 

El señor Cortese no se equivocó. En su segunda temporada, Pochettino construyó un equipo agresivo y valiente, diestro en las transiciones rápidas por las bandas y la presión intensa en campo contrario. Allí dejó ver, no solo su valentía para apostar por los más jóvenes, sino una habilidad para potenciar jugadores. Bajo su mandato surgieron jóvenes promesas como Chambers, Clyne y Shaw , y se valorizaron otros más viejos como Lallana, Lambert y Jay Rodríguez, que fueron convocados a la selección. El equipo hizo su mejor campaña en Premier en su historia. St. Mary’s Stadium nunca disfrutó tanto.

 

No se pierda el penal que ‘Poch’ le hizo a Owen en el Mundial 2002:

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Nada de esto pasó desapercibido entre los grandes. Mauricio sonó fuertemente como alternativa a Mourinho en el United. Su decisión, sin embargo, fue ir al Tottenham. Un equipo más grande que el Espanyol y el Southampton, sí, pero que también estaba inmerso en una crisis y que carecía de una identidad. A Pochettino se le abrieron los ojos. Un equipo irregular, con jóvenes promesas que vienen de abajo, que nunca ha levantado un título de Premier y que desde hace varios años ha tenido que soportar el éxito de sus rivales de patio. Un club hecho a su medida. 

 

Cuando lo recibió, a principio de la temporada 2014/15, el Tottenham era un equipo desahuciado. Tim Sherwood, el interino que venía de reemplazar a Vilas-Boas en la recta final de la temporada pasada, se había referido a los Spurs como “blandos y sin carácter”. El reto pasaba entonces por reconstruir la psique maltrecha de unos jugadores sin confianza que se sentían incapaces de aspirar al éxito.

 

La venta (recontra-)millonaria de Gareth Bale al Real Madrid llenó las arcas del club y Pochettino, inteligente, invirtió los recursos en jugadores jóvenes de proyección (Dele Alli, Dier, Wimmer) y no en superestrellas consagradas. Le dieron la potestad de armar un equipo a su medida y él supo responder. Además, su virtud para potenciar grandes jugadores nunca había sido tan evidente. Desde que ‘Poch’ llegó, el Tottenham se ha hecho la  columna vertebral de la selección inglesa. ¿Quién lo diría?  

 

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“Es la aparición más importante del fútbol inglés en los últimos años”, dijo Mauricio de su consentido Dele Alli. Foto: The Mirror

 

Del equipo blando que recibió hace dos dos temporadas y media ya no queda nada. En su primera temporada salió quinto y un año después, en la penúltima jornada, un amargo empate ante el Chelsea le sacó la Premier de las manos; hoy cabalga segundo, a siete puntos del líder. Y aunque recientemente renovó su contrato hasta el 2021, lo más probable es que sus días en White Hart Lane estén contados. Su habilidad para construir y fortalecer proyectos deportivos y su ojo infalible con los juveniles son cualidades tan importantes como escasas en el fútbol moderno. Hasta ahora, lo que ha hecho, lo ha hecho con las uñas. Cuando un grande toque a su puerta, rechazarlo será muy difícil…Ah, y además, en Argentina, a muchos les agrada Mauricio.

 

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Foto:

RTVE

 

 


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