Nombre: Mayer Andrés Candelo García
Fecha de nacimiento: 20.02.77 (40 años)
Lugar: Cali
Debut: 1995 (Deportivo Cali)
Posición: Volante
Goles: 109
El momento más lindo:
Es de esos genios que hoy escasean, de esos que todavía nos recuerdan que para jugar al fútbol no se necesita ser un velocista ni un atleta; para jugar al fútbol se necesita inteligencia. Mayer es de esos adelantados que entendió mejor que nadie que en este deporte nada, pero nada, es más rápido que el balón.
Su momento más lindo fue en Millos. En 2012, ese año en el que según los Mayas el mundo se iba a acabar. Siendo capitán y máximo conductor del equipo de Hernán Torres, El 10 hizo feliz al hincha con actuaciones memorables y al final lo sacó campeón y rompió la eterna sequía que agobio al Campín Azul durante 24 años. Sin este cucho nada de eso habría sido posible.
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Sus horas más bajas
Mayer cayó bajo, bajísimo, en la ludopatía. En 2003 su adicción al juego lo llevó a perder todo lo que el fútbol le había dado. “El azar me llevó a ganar mucho dinero en el fútbol y a perderlo en el juego, y quedarme en un momento sin una moneda, ni para una gaseosa, no tenía ni para la lonchera de mi hija”, reconoció el 10 derrotado. Sin equipo y con una operación de rodilla a cuestas, la carrera del 10 parecía truncarse, pero supo levantarse. No fue capaz de negarnos el placer.
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Un gol para la eternidad
¿De penal? Sí, de penal. Parece extraño, pero no. En un clásico contra Atlético Nacional y frente a un portero de quilates como Gastón Pezzuti, tuvo los ‘huevos’ para picarla. Fue un GO-LA-ZO y además le cumplió el deseo al hincha que grabó el video.
¿Y hoy?
A sus 40 años está en el podio de los jugadores más viejos que aun cobran un sueldo en el fútbol colombiano. Pese a no ser un habitual en el equipo de Cárdenas, cuando entra sigue burlándose del tiempo, siempre un paso por delante, con visión de juego 3D y HD. Es fácil (y tentador) decir que ahora sí nos abandona, que se rinde, que se va a jugar con su hija… pero el fútbol juega para él, está hecho de otra pasta. Se irá cuando le venga en gana.