Después de la primera fecha, un hincha de Millos nos cuenta por qué confía plenamente en el equipo de Miguel Ángel Russo.
No nos digamos mentiras, la plantilla de Millonarios no es lo que su hinchada quisiera. Tiene buenos jugadores, pero aún hace falta el crack que sí tienen los otros equipos grandes. Eso sí, a falta de un ‘Teo’ o un Macnelly, Millos tiene un grandioso entrenador. Miguel Ángel Russo es uno de los mejores estrategas (si no el mejor) de la Liga Aguila.
Millonarios no fue finalista del torneo pasado por milímetros, literalmente. La semifinal contra Nacional la definieron detalles, no la superioridad de un equipo sobre otro. Así es el fútbol. Más allá de la derrota, la conclusión de esa semifinal fue que Russo, sin la nómina de otros equipos como Medellín o Cali, consiguió competir a la par del mejor equipo del país. Quizá sea un sinsentido pensar en lo que hubiera sido una final entre Millonarios y Cali, pero…
El argentino ha logrado instaurar un esquema y un estilo de juego. Lo ha hecho de forma gradual, entendiendo los límites de sus jugadores (no como Lillo en 2013) y el resultado ha sido un equipo fuerte en el mediocampo, ágil en la transición, preciso en los pases y equilibrado en defensa. Aunque todavía falta el gol, el equipo compite y justamente es eso lo que se le debe exigir a un entrenador que llega a un club en las circunstancias en las que Russo lo hizo. No es este un equipo transgresor que va a cambiar la forma en la que Colombia ve el fútbol, pero sí es un equipo que con sus más y sus menos puede luchar por la liga.
Ahora, luchar y ganar no es lo mismo. Que lo sepa bien el hincha. El logro de Russo —haber llegado a semis con un equipo armado por otro técnico y sin mucho argumento individual— se puede convertir en su cruz si eventualmente no llegan los títulos. La cosa es que para salir campeón no alcanza con el orden táctico. Se puede ganar una partida de ajedrez sin la reina, pero es complicado; se necesitan uno que otro alfil, una torre y un caballo —de los de verdad— que marque la diferencia. Millonarios juega bien en la mitad, pero necesita más defensas y, sobre todo, un goleador. Es bueno que los mediocampistas tengan gol, pero si son los únicos que lo tienen, todo se hace más difícil.
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La directiva dice que le va a dar rueda a las inferiores para reforzar la plantilla y gastar menos. Ese es el camino correcto para un proyecto a largo plazo, sin embargo, a excepción de casos extraordinarios como el de Santiago Mosquera, hoy las divisiones menores no tienen el peso para sostener la estructura. Si esa iniciativa es una apuesta real de las directivas, pues que lo sea, maravilloso, pero entonces que todos nos hagamos a la idea de que esta es una etapa de transición en la que tocará aguantar con fichajes como los de ahora: cesiones y adquisiciones de jugadores sin mayor nombre.
¿Le basta a Millonarios con lo que tiene para ser campeón? No es imposible, pero el camino —y esto no es nada distinto a una obviedad— tendría menos huecos si hubieran traído a un artillero a la altura de la historia del club. Por ahora, lo único cierto es que Russo ha sacado a flote un barco que naufragaba en enero. Hoy sus marineros le creen y en la primera fecha, contra Medellín, Millos fue un equipo muy parecido al del semestre pasado: siguió mostrando buen juego y fluidez en la mitad. No son tiempos para lanzar voladores al aire, pero tampoco para caminar cabizbajos. Russo es el hombre.
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