Pudo ser mejor que Ibrahimović y el ‘Gordo’ Ronaldo, pero una llamada acabó con su carrera.

Hablar de Adriano es hablar de un genio, de un genio maldito. Enamoró al mundo en el año 2000 cuando debutó en el Flamengo y pronto se ganó su tiquete a Europa, sin escalas, para probar suerte en el Inter de Milán. Tras un par de cesiones cortas, en la temporada 2004/05 explotó definitivamente en el Inter. Los 32 goles en 44 partidos, además de un nivel y una calidad desorbitante, dejaron claro que Adriano ya no era una promesa sino una certeza: un ‘Emperador’ nacido en las favelas de Río.

Pronto se hizo imposible no compararlo con el ‘Fenómeno’ Ronaldo o con Ibra, incluso pensar que podía ser mejor que ambos, juntos. En Brasil se ilusionaron con él. Adriano fue el goleador y el mejor jugador de la Copa América de 2004 y la Copa Confederaciones de 2005 (sí, de ambas). Estábamos ante un superdotado. Por primera vez en mucho tiempo una promesa de sus magnitud parecía cumplir las expectativas.

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En 2007 había ganado dos Ligas, dos Supercopas y dos Copas de Italia. Seis títulos gordos en apenas tres años. Los éxitos se le caían de los bolsillos. Pero la vida le cambió en un abrir y cerrar de ojos. Una llamada corta, seca, le revolcó el mundo:

-Lo siento, Adri. Tu padre ha muerto.

Con su padre se fue su mentor y mejor amigo, y también se le escapó el alma por la boca.

Zanetti y Córdoba, dos pesos pesados del equipo, notaron que Adriano caminaba, con los ojos cerrados, por la cornisa; se volvieron sus padrinos e hicieron hasta lo imposible por salvarlo, pero nadie puede evitar lo inevitable. Adriano ya se había clavado a su propia cruz.

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El alcohol y las drogas se volvieron su más frecuente compañía, sus consejeros. Y el balón, su amigo de infancia, quedó relegado al olvido. Su rendimiento bajó drásticamente. Las polémicas por fuera del campo deshuesaron su talento.

“Que le disparó a una mujer”, “que se peleó en una discoteca”, “que manejó borracho”: los goles los cambió por escándalos. Mourinho se cansó y lo devolvió a Brasil. Lo intentó en el Flamengo, en el Corinthians; la Roma le dio una segunda oportunidad en la élite; y en el ocaso, cuando ya era un espectro, el Miami FC quiso resucitarlo en 2016. Pero él ya no tenía las ganas de competir, las había perdido el mismo día que perdió a su padre. El fuego interno estaba extinto.

Hoy lleva una doble vida. Vive en la opulencia, viaja en jets privados, celebra en fiestas extravagantes, pero se niega a abandonar su casa en la favela más peligrosa de Río, esa misma de la que quizá nunca debió haberse ido.

Su talento por fortuna está inmortalizado en YouTube. Para nosotros, los futboleros, el ‘Emperador’ siempre será eterno.

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Goal

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Después de los dos primeros partidos de Carlos Queiroz al mando de la Selección Colombia hay razones para estar felices y esperanzados con el futuro. Acá van…

Tenemos buen entrenador

Llenar el traje de ‘Pek’ se antojaba difícil y una de las grandes preocupaciones era encontrar a alguien a la altura. Sin embargo, luego de esta primera tanda de amistosos da la sensación de que Carlos es un entrenador de muchos quilates.

Queiroz se mostró como un tipo pragmático, y ese es uno de los principales requisitos para clasificarse a un Mundial en Suramérica. Dejó claro que quiere imponer un estilo, pero que está dispuesto (y además sabe cómo) a salirse del libreto si el partido se lo pide. Contra Japón y Corea hizo cambios cuando Colombia se vio estancada y en ambas veces se vieron los resultados. (un punto en el que siempre sufrió Pékerman).

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Más allá de cómo hayan terminado los partidos, Queiroz mostró jerarquía, liderazgo, convicción y una excelente dirección de campo.

Sí hay arquero suplente

El partido contra Japón mostró a un Camilo Vargas con peso en el culo. Si ganamos, en parte fue por él. En 90 minutos dejó ver que todos los viajes y las concentraciones con la Selección le han dado jerarquía. Camilo sabe cuál es su lugar en el mundo y lo ocupa con criterio.

En Colombia somos chistosos. Nadie había visto a Arboleda en acción y TODOS lo pedían para la Selección. Ahora que tuvo un partido malo contra Corea, TODOS lo quieren bajar. Pasó de ser Casillas a ser un muerto sin manos. Así somos.  Solo el tiempo y los partidos dirán si Ivancho es arquero de Selección, pero condenarlo por un partido feo es irresponsable y bastante estúpido. Ojalá lo sigan llamando y pueda enmendar las cagadas que se mandó. Si no, abajo están los Banguera, los Montero…

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Se le acabó la guachafita a Arias

Santi lleva años muy tranquilo. A Stefan lo llamaron para incomodarlo, pero el bullying cybernético lo protegió. Ahora, mucho tiempo después, vimos a un lateral derecho joven, criterioso, inteligente y con mucho margen de mejora.

Luis Manuel Orejuela pintaba para crack desde que irrumpió en el Cali y contra Corea lo demostró. Nos recordó a Zúñiga y al final del partido Queiroz lo elogió. Es una locomotora, juega con naturalidad en campo contrario y cuando afine la puntería en los centros será jodido no contar con él. Le llegó competencia, Santi.

Ese tal recambio sí existe

Los dos partidos, más allá de la derrota contra Corea, dejaron cosas buenas e importantes. La mejor fue que el retrato al final de la gira es el de un equipo serio con un entrenador toreado. A priori, el que viera la convocatoria, sin revisar las cédulas de los convocados, no creería que hay diez jugadores menores de 25 años: Luis Díaz, 22 años; Sebastián Villa, 22; Dávinson Sánchez, 22; Alfredo Morelos, 22; Iván Arboleda, 22; Luis Orejuela, 23; Álvaro Montero, 23; Yerry Mina, 24; y Jefferson Lerma, 24.

No hay nada malo, estamo’ bien.

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James, el perro futbolista

No importa qué tanto se le discuta. James puede venir con problemas en el Mónaco, en el Bayern, en el Real Madrid, no importa, acá siempre la rompe. El 10 es diferente y tiene la virtud de los mejores en su puesto: hacer mejores a sus compañeros.

Contra Corea, Queiroz osó mandarlo al banco para ver a otros (buena esa, Carlos). Y como al entretiempo llegamos embaldados, el portugués decidió ponerlo todo el segundo tiempo. Como el héroe de las películas, como en la película del perro futbolista, James llegó tarde y le puso orden al asunto. Su sola presencia organiza y con él en el eje, la Selección fluyó. No ganamos porque el arquero coreano estuvo un poquito mejor que Arboleda.  

Un fenómeno en el horizonte

Contra Japón lo vimos diez minutos, que le fueron suficientes al muy descarado para tirar un par de ganchos y meter un rifle al travesaño. Al Guajaro le sobra el talento, eso se sabía. Pero para hacer el gol que le hizo a Corea hay que tener más que talento: se necesita personalidad. Eso, amigos, es lo que tienen los más grandes. Un talento descomunal acostado sobre una cama de personalidad y carácter.

No le pesaron sus 22 años, ni tampoco que fuera su primer partido como titular. Luisito dio un recital de culebreo y regate. Luis Díaz, un nombre que ilusiona, y con mucha razón. Agárrate, Real Madrid.

(Anótenle esa a Queiroz)

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Foto: Twitter ESPN

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El propio Pelé sostiene que marcó 1284 en toda su carrera. ¿Mito o realidad? Acá le contamos.

“Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, dijo alguna vez Joseph Göbbels, ministro de propaganda del Tercer Reich. Pues bueno, eso mismo pasó con Pelé y sus goles. Se ha dicho tantas veces, que ya nadie lo pone en duda. Pero ¿hizo realmente Pelé más de 1000 goles?

Antes de arrancar, lo primero es darle a Martín Estévez, periodista de El Gráfico, todo el crédito que se merece por haber llevado a cabo esta juiciosa investigación. Nosotros, simplemente, la exponemos.  Al César lo que es del César.

Para este ejercicio, lo primero que se hizo fue definir cuáles son los goles que deben, o no, sumársele a Pelé. Hay goles de goles, y aunque todos suben marcador, hay unos que no se pueden tener en cuenta. Si tomáramos los goles marcados en el patio del colegio, es probable que usted tuviera más goles que Pelé, Romario y Ronaldo juntos. (Lea también: De CR7 a CR9)

Pelé es Pelé y cuando hablamos de él, hablamos de una leyenda del fútbol profesional, entonces se contaron los goles oficiales marcados con clubes y selecciones mayores y juveniles en partidos de los siguientes certámenes:

• Ligas oficiales de clubes de cualquier división
• Copas nacionales
• Copas continentales
• Copas internacionales
• Supercopas
• Recopas
• Copas oficiales que ya no se disputan
• Copas oficiales de edición única
• Torneos oficiales que no culminaron
• Partidos oficiales y amistosos entre selecciones mayores
• Partidos de selecciones juveniles (mundiales, JJOO o torneos continentales)

Cualquier otro partido se excluyó de la cuenta.

La idea de esta depuración era sacar de la cuenta personal de Pelé los goles que hizo jugando fútbol playa con los primos. Y efectivamente, tras el filtro, los 1284 goles se convierten en 757 (643 con el Santos, 37 en el Cosmos y 77 jugando para Brasil). Los 446 que “desaparecen” los hizo en amistosos con sus clubes, en partidos de exhibición, en seleccionados no-oficiales (ej. selección de Sao Paulo) y en eventos de beneficencia. Para que se haga una idea: 14 de los goles que ‘O Rei’ se adjudica los hizo con el ejército de Brasil en un torneo en el que fue invitado de honor. (Le puede interesar: Pelé, el antipático)

Conclusión:

Puede que Pelé metiera más de mil goles, pero no todos ellos son oficiales. ‘O Rei’ “solo” marcó 757 goles oficiales (igual una barbaridad) pero se quedó lejos de los mil. Amigo futbolero, no se deje meter los dedos en la boca.  Además, Pelé no necesita de datos inflados para que su leyenda sea una verdad absoluta.

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Foto:
La República

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Esto es todo lo que debe saber de Defensa y Justicia, el rival del Junior en los cuartos de final de la Copa Sudamericana.

«Es un deleite, funciona desde su arquero Unsain hasta el 9 Fernández»

Así habla Juan Pablo Varsky de Defensa y Justicia, el equipo revelación de Argentina que está invicto en la Superliga y lleva una racha de 10 partidos y más de dos meses sin perder.

En Sudamericana eliminó en primera fase al América después de perder 0-1 en casa y golear en el Pascual 0-3 en la vuelta. Después eliminó al Nacional de Ecuador y a Banfield, sin mayor inconveniente en ambas llaves.

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Aunque tienen una nómina austera, sin grandes figuras, funcionan como un relojito. Intensos sin la pelota y dinámicos a la hora de pasar al ataque. Se mueven como un equipo que tiene encima muchas horas de trabajo entre semana. Pues quizás su mayor valor agregado –y a lo que más le debe temer Comesaña– está en el banquillo, desde donde el técnico Sebastián Beccacece orquesta toda la banda.

#TNTSports | #DefensayJusticia volvió a ganar y @JPVarsky lo analizó así en #TNTGOL: "Es un deleite, funciona desde su arquero Unsain hasta el 9 Fernández" pic.twitter.com/CdVGflC1Kn

— TNT Sports LA (@TNTSportsLA) October 22, 2018

El cerebro detrás del ‘Halcón’

Un amor de 13 años:

A Beccacese no le alcanzó para jugar fútbol profesional, por lo que estudió Educación física con la ilusión de algún día ser entrenador.

En 2002, por medio de un amigo asistente de Marcelo Bielsa, conoció a Jorge Sampaoli y se fue a trabajar como su asistente al Sport Boys de Perú. Allí estuvieron deambulando por varios equipos de capa caída hasta 2008, cuando se fueron a Chile.

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Para ese entonces, después de tantos años juntos, el tándem Sampaoli – Beccacese se conocía tanto, que era como si fueran una sola persona.

En el 2011 al dúo dinámico le llegó la gran oportunidad de dirigir a la U de Chile. Y no la desaprovecharon: tras dirigir tantos equipos «normalitos», lo único que les faltaba para romperla era el prestigio, infraestructura y presupuesto de un grande como la U.

En dos años consiguieron tres ligas y una Copa Sudamericana, más que suficiente para llamar la atención de los dirigentes de la Selección chilena, que buscaba al reemplazante de Claudio Bhorgi, pero sobre todo alguien para no romper el proceso que había iniciado Bielsa en el 2007.

Sampaoli no dudó y, junto a su mano derecha, se puso manos a la obra en La Roja. Ambos de escuela bielsista, reflejaron en la Selección un estilo que para ese momento de sus carreras como entrenadores, ya estaba más que impregnado en su trabajo.

Con la intensidad de perros de caza y la precisión y efectividad de de un asesino a sueldo, así jugaba el Chile que le pintó la cara a España e hizo agonizar hasta los penaltis a Brasil en el Mundial del 2014 y le ganó la Copa América a la Argentina de Messi en el 2015.

Un (lindo) parentesis 

Tras la accidentada salida de Sampaoli de Chile a finales del 2015, después de 13 años juntos, Sancho se despidió del Quijote. Beccacese decidió aventurarse por primera vez como director técnico y se quedó en Chile para dirigir a la U, mientras que Sampaoli emprendió un rumbo un poco más glamoroso en el Sevilla de España.

En su nuevo ciclo en Universidad de Chile, ahora como técnico, no le fue bien. Terminó 10 en el primer semestre, y a mediados del segundo, con resultados irregulares, le terminaron al contrato.

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Decidió irse de Chile para volver, después de casi 15 años, a Argentina y dirigir a un equipo con mucho menos nombre que el de la U, pero a su vez, con mucho más margen de trabajo.

A Defensa y Justicia llegó a finales del 2016 y  encontró un lugar ideal para hacer de las suyas. Sin grandes nombres en la plantilla y con las expectativas de un club recién instalado en primera, tuvo libertad para ponerle, por primera vez en toda su carrera, la firma a un equipo.

Los resultados llegaron mucho más pronto de lo esperado –incluso por el mismo Beccacese, convencido en los procesos a largo plazo– y en abril del 2017, en primera fase de la Copa Sudamericana Defensa y Justicia, en uno de sus máximos hitos como club, eliminó, por diferencia de gol a Sao Paulo en el Morumbi después de empatar 0-0 en la ida y 1-1 en la vuelta.

Las cosas entre Beccacese y Defensa pintaban para largo, de no ser por que a mitad de año Sampaoli, llamado a ponerse frente a la Selección argentina y clasificar al mundial– o mejor dicho: salvar la patria–, lo llamó para que volvieran a ser pareja. Sebastian, cómo no, aceptó y se despidió de Defensa y Justicia con un rendimiento del 64%, con 15 victorias, 3 empates y 6 derrotas.

La ruptura definitiva

El segundo ciclo de la dupla Sampaoli – Beccacece terminó el 30 de junio de este año en Kazán, cuando el árbitro pitó el final del Argentina 3-4 Francia en los octavos de final del Mundial. Al parecer, al frente de la celeste nunca fueron capaces de volver a ser la comparsa de antes, al contrario, se contradecían hasta en el detalle más mínimo.

Eran el día de la noche, discutían a toda hora y llegaron, incluso, a agarrarse frente a los jugadores en una práctica.

Por eso, a penas pisó suelo argentino y sin ni siquiera esperar a que se definiera el futuro de Sampaoli, Beccacece cerró su regreso al banquillo de Defensa y Justicia.

De vuelta a casa

Según Beccacece, después del turbulento año en la Selección, necesitaba volver a trabajar en el día día. Y qué mejor lugar que aquel en donde ya había triunfado una vez.

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En el club lo recibieron con los brazos abiertos y en los tres meses que lleva al frente tiene un invicto de 10 partidos, está peleando la punta de la liga y consiguió la histórica clasificación a cuartos de final de la Copa Sudamericana.

Una escuela de técnicos

Que un tipo como Becaccese esté en el banquillo de Defensa y Justicia no es gratuito. Desde hace casi una década, desde la dirigencia hay una política para contratar técnicos jóvenes, formados y de una escuela mucho más moderno.

En 2009, un tal Jorge Almirón, por ese entonces jovensisímo, llegó a dirigir al Halcón. Después de varios años, en 2016, quedó campeón con Lanús.

En el 2013 bajo el mando de Diego Cocca consiguió el ascenso a primera. En la siguiente temporada Cocca se fue a a Racing y… también salió campeón.

Y en el 2015, buscando otro técnico no tan conocido, convencieron a Ariel Hollan de dejar el Hockey y dirigir fútbol. Su particular método no lo dejó mucho tiempo en Defensa y partió a Independiente en donde se ganó nada más y nada menos, que la Copa Sudamericana.

Foto:
Olé

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Lo que ha hecho a Cristiano mejor que los demás es su regularidad y esto solo ha sido posible gracias a su sorprendente capacidad de transformación.

En el verano de 2009 se pagaron 96 millones de euros por Cristiano Ronaldo. Florentino pagó lo que pagó para arrebatarle la hegemonía al mejor Barcelona de todos los tiempos y encontró en Cristiano a un comandante capaz de hacerle contrapeso a la influencia mediática y futbolística de Messi. Nunca un jugador había sido tan económico. Hoy, casi una década después, luego de haber ganado todos los títulos posibles a nivel de clubes, con centenares de goles en la bolsa y cinco balones de oro en su haber, es fácil decir que Cristiano es uno de los mejores futbolistas de la historia.

¿Pero qué lo hace tan genial? Hablar de sus récords o de sus títulos, de sus goles o de su talento, todo eso, sería quedarse en el lugar común. El secreto de los más grandes, de los jugadores que logran perpetuar el éxito durante tantos años, además de la ambición –que a Cristiano le sobra–, es la habilidad para reinventarse y adaptarse a los diferentes momentos y circunstancias.

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Este Cristiano versión 2018 —antes en el Madrid y ahora en la Juve— no es el mismo de 2008. Cristiano ya no es la pluma regateadora que llegó de Manchester y conquistó la banda izquierda del Madrid a punta de cabalgatas. No. Diez años después, Cristiano ha renunciado al regate y al desborde, para acercarse al área y seguir dulce con el gol. El de hoy se parece más a un delantero centro que a un extremo endiablado.

¿Quiere ver la primera versión de Cristiano? No se pierda su debut para el United:

Cristiano siempre fue extremo y al Madrid llegó para jugar en la banda. Sin embargo, en su primer año, Pellegrini lo recibió con un 4-2-2-2 en el que debía oficiar de segundo delantero y tenía libertad para tirarse a la izquierda. Aunque el esquema asociativo de juego interior corto del chileno no le favorecía, y a pesar de una lesión que lo apartó varias fechas de las canchas, Ronaldo dio una pequeña muestra de su enorme potencial goleador: 33 goles en 35 partidos.

Mourinho corrigió y lo ubicó por izquierda en su 4-2-3-1. El equipo se construyó por y para Cristiano: un sistema diseñado para explotar el talante contragolpeador de su mejor hombre. Con Xabi Alonso, un excepcional francotirador; y Mesut Özil, que tiene un guante en el pie izquierdo y dos ojos en la nuca, el insumo estaba garantizado. Por la banda opuesta, Di María oficiaba de actor de reparto y arriba, Benzema, con su inteligencia y su generosidad, era el distractor perfecto

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En esos tres años con Mou, Cristiano explotó como goleador y marcó 168 goles en 164 partidos (30,7 % de los goles del Madrid). Una cifra escandalosa para un jugador que, hasta el momento, no había sido delantero centro, ni mucho menos un referente de área. Adicionalmente, esta súper-versión del portugués no sólo era determinante en el área rival, también mostraba un compromiso táctico destacable. Nunca, como con Mourinho, se le vio a Cristiano tan comprometido en defensa, marcando al lateral rival o presionando arriba hasta la línea de fondo. Estaba entero, era un Cristiano de ida y vuelta, letal en ataque y responsable en defensa: el extremo perfecto.

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En la primera temporada con Carletto Ancelotti, Cristiano se mantuvo en la banda izquierda. Pero tras conquistar la Undécima –hizo 17 goles en esa edición– y ganar su tercer Balón de Oro, algo comenzó a cambiar. En su segunda temporada al mando, dadas las recurrentes y largas lesiones de Bale, Ancelotti optó por un planteamiento inédito: jugar con cuatro mediapuntas. James, Isco, Kroos y Modric dotaron de fluidez y buen juego a un equipo en el que Ronaldo habitualmente jugó de segundo delantero y se cansó de hacer goles. En 54 partidos marcó 61, de los cuales sólo ocho estuvieron precedidos por más de un toque de balón. El extremo regateador parecía estarse transformando en un nueve convertidor.

Y la tendencia se mantuvo con Zidane. El paso del tiempo es ineludible, incluso para Cristiano Ronaldo. El desgaste físico y los años han mitigado sus desbordes verticales hacia el área. También su uno-contra-uno se vio afectado: en el lapso de 2009 a 2016 su media de regates por partido decayó paulatinamente de 7.93 (2009/10) a 3.64 (2015/16). Después de pasar la treintena se hizo evidente que sus regates, sus firuletes y su chispa en el uno-contra-uno se fue extinguiendo.

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Su etapa en el Madrid la cerró así y ahora lo mantiene en la Juve en el esquema de Allegri*: como un depredador que se adaptó a las circunstancias para aumentar sus posibilidades de capturar a su presa. Cristiano entendió que sus características son cada vez más las de un nueve de área que las de un gambeteador; se ha dado cuenta que es cerca al arco rival y no pegado a la cal donde mejor puede explotar su tremendo potencial goleador. Es en la finalización donde sigue siendo determinante. Cada vez es menos el extremo veloz como un rayo y más un segundo delantero con mucha movilidad, pero que siempre está cerca al área, merodeando, listo para marcar. De CR7 a CR9.

*En el esquema de Allegri, a veces, cuando ha sido pareja de Mandzukic, han probado una variante en la que CR7 juega levemente tirado al costado, ya nunca pegado a la raya.

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Goal.com

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Xavi se fue hace un par de temporadas y desde entonces al Barcelona no ha llegado el jugador con fútbol suficiente para llenar sus zapatos. La llegada de Arthur es, según varios culés, el arrivo del heredero del 6. 

Francesco Barletta lo vio por primera vez en el la Copa Brasil Sub-15 del 2010. Arthur, a pesar de tener un año menos que el resto, se destacó en el Goias, su primer equipo. Desde ese momento, el entonces ojeador y hoy coordinador general de los equipos base de Gremio supo que era un jugador distinto.

Con 14 años abandonó su ciudad natal para empezar a entrenar en las inferiores del Gremio. En el club, recién tocó el primer balón, se dieron cuenta de que su capacidad técnica lo podría llevar muy lejos. Al Barcelona, quizá.

«En la base de Gremio siempre hemos dicho que Arthur tenía el estilo del Barcelona y de España en el Mundial de 2010. Tiene la protección del balón, el pase, el dribbling de fuga, la conducción, el cambio de dirección. Con 17 o 18 años, ya pensábamos que encajaría a la perfección en el Barça.» –  Francesco Barletta.

Sin embargo, el estilo de juego tan ‘europeo’ que demostró desde pelao fue uno de los grandes obstáculos para poder llegar a debutar como profesional. Era muy maduro para su edad, tenía un juego mucho más posicional y cerebral, y esto rayaba con lo que se suele ver en las categorías inferiores, donde se corre más de lo que se juega. Por eso no fue tenido en cuenta para participar en el Sudamericano Sub-17 de Argentina; según varios «entendidos» no tenía la intensidad suficiente.

Aunque llegó al primer equipo de Gremio en el 2015, estuvo dos años pasándola mal, pues se trata de un jugador que para poder demostrar toda su capacidad necesita de un sistema que funcione como un relojito y potencie sus habilidades como mediocampista. Por eso en el 2017, la llegada de Renato Portaluppi al banquillo lo cambió todo. En ese Gremio campeón de Libertadores, Arthur jugó como segundo volante de primera línea en un 4-2-3-1. Ese año terminó el Brasileirao con un promedio de 74 pases por partido y una efectividad del 93%. Una máquina. En Gremio comenzaron a hacerse a la idea de que la joya pronto abandonaría la casa.

Hace un par de meses se oficializó su llegada al Barcelona. Dejó Brasil, pero en Brasil dejó mucho más que un recuerdo feliz: un bajito, que como Xavi, rompió con el paradigma del jugador alto y fortachón.

«Ha creado escuela. En Brasil hablamos de ‘volantes’ y ‘meias’, a partir de él, creamos la posición del ‘mediocampista’, que es aquel futbolista que consigue desempeñar con calidad cualquier función en el corredor central.» – Francesco Barletta.

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Nexogol
Bonga Da

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La opinión de los columnistas no refleja necesariamente la de Hablaelbalón.

Hace seis meses Mina fue al Barcelona. Valverde no lo pidió y nunca le creyó. A los directivos poco les importó. Sabían que traerlo por nueve millones de euros, sobre todo, era un negocio, redondito redondito. Jugó poco y cuando lo hizo fue porque el entrenador no supo qué inventarse para no ponerlo. Rusia estaba a la vuelta de la esquina y su falta de ritmo comenzó a asustarnos. Y sabrá el diablo si a Pékerman también. El hecho es que Yerry fue suplente en el primer partido y de ahí para adelante vino un cuento de hadas que ni él mismo se habría podido imaginar.

Tres partidos, tres cabezazos, tres goles determinantes. Además, su oficio defensivo fue carburando y cerró con un partidazo contra Inglaterra. El cuarto central del Barcelona fue el mejor jugador de Colombia y su Mundial, hasta el momento, ha sido mejor que el de sus competidores en el Barça. Difícil no mirar a Valverde con sospecha y difícil no pensar, en la euforia, que Yerry debería ser el central titular del equipo de Messi. Un tipo que atropelló a Lewandowski y que superó a Kane. Esas cosas que tiene el fútbol.

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Y no. Hacer tres goles en el Mundial no va a ser suficiente. Porque Valverde, en franca lid, busca otras cosas en un central. Piqué y Umtiti, incluso Varmealen, no hicieron tres goles en el Mundial pero están familiarizados con un modelo de juego que exige mucho tiempo de adaptación. Tiempo que, Valverde, ya dejó claro, no le va a dar. Por otro lado —y aquí las cosas como son—, los tres son más criteriosos que Mina con el balón al pie y tienen más recursos para saltar líneas de presión, características indispensables en el esquema del entrenador.

Que Yerry tiene para jugar en el Barcelona. Tal vez. No sé. Casos como el de Mascherano dan fe de que se puede adquirir el ADN del club sobre la marcha (y eso que tuvo que retrasar su posición natural), pero si fuera el caso, el costo de oportunidad podría ser tremendo. Mina está en un momento maravilloso en el que necesita minutos para terminar de explotar y volver a la incertidumbre, a los minutos a cuenta gotas, del Camp Nou sería perjudicial, si no fatal, para su desarrollo.

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Debe él —y nosotros también— sacarse la idea de que no hay vida después del Barcelona; de que para ser el mejor hay que estar allá. Que no engrane en el modelo del Valverde no lo hace menos. A Diego Godín lo sacarían corriendo de allá y si no es el mejor central del mundo, pega en el palo. Después de este Mundial, ofertas no van a faltar. No solo los visionarios directivos del Barcelona, Yerry también podría hacer el negocio de su vida en este verano. Debería.

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Futbolred

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Porque hubo cinco goles, porque estuvo abierto hasta el final, porque no hubo miedo perder sino obsesión por ganar. El Bélgica-Japón fue un homenaje al Mundial.

De entrada, un duelo descafeinado. A los japoneses se les miraba por encima del hombro por su polémica clasificación vía Fair Play; a los belgas los sabíamos muy superiores, incluso reconociendo que hasta octavos habían tenido un paseo en vez de un Mundial.

El primer tiempo fue sorprendente, pero no explosivo. No era de esperarse que Japón hiciera lo que hizo. Salió confiado (y descansado) a discutirle a Bélgica. Los honorables samuráis se negaron a ser un equipo tacaño y se empinaron para mirarle los ojos a Courtois. Nada de planteamientos murciélago, nada de parquear el bus. 0-0. Y lo que nos esperaba…

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…Los mejores 45 minutos de este Mundial. El árbitro pitó y a los tres minutos Haraguchi corrió al espacio, le ganó la espalda a Vertonghen y fusiló a Courtois. 0-1. Y contando porque lo que vino cuatro minutos después enmudeció hasta a Putin. Desde afuera del área Inui volvió a retratar al arquero y dio el golpazo de la Copa. 0-2.

Cuarenta minutos tenían los hasta ahora fríos belgas para darle un espaldarazo a la lógica y remontar a una selección que tuvo un Mundial mucho mejor de lo que aquí se le reconoce. Tuvieron que verse eliminados para llegar a Rusia. Sí, llegar, pues sus dos partidos de grupos fueron livianos y contra los ingleses ganaron para que no los acusaran de frígidos.

‘Bobby’ Martínez no especuló e hizo la de Mou. Inmediatamente se plantó con la torre Felaini, puso a Chadli, y comenzó a mandarla al área. Baterías Aéreas para aprovecharse del gen de altura japonés. Eso y furia. Furia Roja, la que no tuvo España. Eso y un talento descomunal, once nombres que serían titulares en cada una de las 32 selecciones del Mundial. ¿Y Japón? En resistencia atrevida. Noble. Así comenzó y así se fue.

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Los primeros dos goles llegaron por inercia. El tercero, el que más dolió, lo empujó la inocencia de los japoneses, que en el 94 —a segundos de la prórroga, y luego de haber perdido todo por arriba— fue a intentar ganar en el área contraria. Inocencia supina. La encajonó el arquero, como había hecho durante todo el partido, y jugó rápido con De Bruyne. Kevin se presentó en el Mundial con un pase al espacio que Meunier mandó al área; un balón que Lukaku tocó sin tocar y le quedó a Chadli que celebró antes de patear.

Partido hermoso. Mundial en pasta. Un mensaje para los amargos, para los calculadores y para los murciélagos. Para los miedoso que juegan para no perder. Gracias, Japón.

Termine con: El plan de Colombia contra Inglaterra

Foto:

FIFA

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No será fácil, pero si Colombia juega un partido inteligente e identifica las debilidades de los ingleses, podemos llegar a cuartos. Esto es lo que haríamos nosotros.

James está (casi) descartado y ya no hay nada que hacer. Ahora, más que lamentarnos, toca buscar soluciones. Afortunadamente la cosa se pinta por sí misma: Quintero es el único con una capacidad creativa a la altura de James y por eso, su reemplazo natural. Aunque la del 10 es una baja sensible, también podría ser la oportunidad para plantear un partido que le permita a Colombia encontrar las debilidades de Inglaterra. En su zurda, en su precisión para jugar en largo y al espacio, podría estar la clasificación a cuartos.

El negocio es por afuera

Inglaterra juega con tres defensores en el fondo (Stones-Maguire-Walker), un mediocentro (Henderson), cuatro volantes un poco más adelantados (Young-Lingard-Alli-Trippier) para cubrir el ancho de la cancha y, en punta, dos delanteros (Kane-Sterling). El número telefónico es un 3-5-2 parecido al que usaba Conte en la Juventus, con Pirlo haciendo de Henderson.

Sin James, Pékerman debería diseñar un equipo con doble pareja en banda para sacarle el mejor provecho al Quintero lanzador. Los centrales y los laterales que ya sabemos; en el doble cinco Mateus Uribe y la ‘Roca’/Barrios; Quintero detrás de Falcao; y Cuadrado y Muriel por afuera: un 4-2-3-1 con extremos veloces. 

Así las cosas, Falcao deberá estar muy activo para sujetar y preocupar a Maguire, Stones y Walker. Entonces, con los tres centrales ocupados, Inglaterra tendrá problemas para escalonar a Cuadrado y Muriel, que así podrán provocar más situaciones de uno-contra-uno. Si Sterling y Kane juegan centrados, Arias y Mojica —si algún día se animan a pasar con criterio— podrían ser escuderos de los extremos y hacerle el dos-contra-uno a Trippier y Young.

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La batalla en la mitad será contra Alli, Lindgard y Henderson, las parejas de baile de Matheus, la ‘Roca’ y Juanfer. Aunque la premisa de los dos primeros deberá ser «defender primero y atacar después», Matheus tendrá que explotar —de una vez por todas— su habilidad para romper por adentro. Si él logra entretener a Henderson, Juanfer va a encontrar espacios para conducir y jugar de cara al arco de Pickford. Ya en posición privilegiada, su precisión y su visión periférica serán oro para las escapadas de Cuadrado y Muriel. El rol activo de los laterales como acompañantes y distractores será crucial para que los extremos puedan recibir en posiciones privilegiadas.

Contra Senegal, Cuadrado tuvo que jugar de espaldas y los senegaleses siempre lo doblaron. El martes será diferente, pues los ingleses no juegan con laterales y tienen una propuesta mucho más ofensiva y mucho menos orientada a la marca pegajosa y destructiva. Si contamos con suerte veremos al Juan Guillermos de Polonia. Por otro lado, el partido de Muriel contra Senegal fue una gran noticia. Muriel es un demonio cuando encara de afuera hacia adentro y si amanece con el pie derecho puede hacerle un destrozo a Trippier. Siempre que jugó de extremo con la Selección rindió y fue desequilibrante. Que Pékerman apele a su memoria.

Arriba, el Tigre volverá a tener un partido de sacrificio. Los centrales ingleses tienen condiciones, pero nada que Falcao no pueda sortear. Walker es un lateral reconvertido en tercer central y Maguire y Stones son muy jóvenes para cargar con la responsabilidad de la zaga inglesa. Especialmente Stones, el flamante fichaje de Guardiola en su primer curso en el City, ha mostrado flaquezas en noches importantes, tanto que Kompany, a pesar de su edad y sus lesiones, le ha quitado el puesto. Carne fresca para Radamel.

¡Vamos Colombia!

Termine con: Francia 98: Llegó el momento de la revancha contra Inglaterra 

Twitter:

@sebastiannohra

Foto: elespanol.com

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Francia se fumó a Argentina y Mbappé dio un recital de genio. Tanto, que la comparación fue imposible: ¿Es Mbappé el sucesor de Messi?

Aunque la respuesta no la sabremos sino dentro de unos años, lo que podemos hacer ahora es comparar los números de Mbappé con los de Messi cuando tenía su edad.

Y la cosa se pone linda. A la fecha en la que se escribe esto —apenas unas horas después de la eliminación de Argentina en Rusia 2018— Mbappé tiene exactamente 19 años, 6 meses y 10 días.

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Sus números ciertamente dan miedo. Miremos:

A nivel de clubes ha jugado 104 partidos y ha hecho 48 goles, seis de ellos en la fase final de la Champions League. Una barbaridad que solo se pone más agresiva si miramos sus números con la selección mayor de Francia. De azul Kylian ha jugado 19 partidos, entre amistosos y no amistosos, y ha hecho 7 goles, tres de ellos en Rusia 2018 y de esos, dos contra la Argentina de Messi.

En cuanto a títulos, Mbappé tiene dos ligas de Francia y  dos copas de Francia. Un niño de oro.

Pero…

¿Cómo le iba para entonces al ahora mejor del mundo?

Menos mejor. Mucho menos mejor, la verdad. Para entonces Messi apenas comenzaba a tener protagonismo en el Barcelona. A principios del 2007 (El 4 de enero de 2007 tenía la edad que Mbappé tiene hoy), Lio apenas tenía 49 partidos con el Barcelona y había hecho “solo” 13 goles, dos de ellos en Champions, ambos en fase de grupos.

Su palmarés, sin embargo, ya tenía dos ligas de España, dos Supercopas y una Champions (en la que hubiera sido más influyente de no ser porque en los octavos contra el Chelsea lo lesionaron a punta de pata

Con Argentina, con la selección mayor, había jugado 12 partidos y tan solo había hecho dos goles, uno de ellos contra Serbia y Montenegro en la fase de grupos de Alemania 2006.

A los 19 años Messi estaba esperando la llegada de Guardiola y su explosión supersónica… A sus 19, Mbappé ya dio un campanazo

¿Qué será de Mbappé en un futuro? Difícil saberlo, capaz que se desinfla, pero si mantiene sus números, quizá logre lo que creímos imposible: igualar el genio y superar los números de Messi y CR7.

No se vaya sin leer: A Inglaterra le hace falta fuego sagrado

Foto:

Libero.pe

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