La opinión de los columnistas no refleja necesariamente la de Hablaelbalón.
Craaaack hizo el ligamento cruzado de Juanfer Quintero y el sonido dejó claras un par de cosas. Primero, que todo el país lo ama con fervorosa pasión. Segundo, que veíamos en él —incluso más que en James— la gran esperanza para la Copa América. Y tercero, pero no menos importante, que Carlos Queiroz, definitivamente, no tiene al Gordo Cardona en sus afectos.
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Dijo el portugués en rueda de prensa que ante todo tendría en cuenta el rendimiento de los futbolistas para llamarlos a la Selección. Lo que nos hizo pensar, y seguramente a Edwin también, que no le iban a cobrar sus cagadas del pasado. Entonces sorprendió que no lo llamara ni en primera ni en segunda instancia. Ni como Plan B para suplir a Juanfer: armador por armador. No. Queiroz le tiró el peto a Yimmi Chará y le metió un extremo más a una lista llena de extremos y con un evidente déficit de armadores. James y pare de contar. (¿Y Bendetti? ¿Y Gio Moreno?)
Sorprendió aún más, pues mientras Chará cruza el mundo para llegar de sorpresa a la gira asiática, en su club, el Atlético Mineiro, están comenzando a perder la paciencia con él. Yimmi llegó como jugador franquicia y su rendimiento no ha cumplido las expectativas. Al día de hoy es recontra suplente y al ser cuestionado por ello, su entrenador le contestó con contundencia a la prensa: “¿Se acuerdan del último gol de Chará?”, preguntó con ironía y afirmó que otros jugadores menos técnicos están siendo mucho más determinantes.
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Algo de razón tiene el señor Levir Culpi, porque la verdad es difícil recordar su último gol. Y el que lo recuerda, lo hace porque apenas han sido dos (¡DOS!) desde que llegó a Brasil. Uno el año pasado y otro este, a finales de enero, el último de un abultado cuatro a cero. Se sabe que Chará nunca fue el más goleador, que siempre fue mucho más asistidor, pero por ese lado también le suenan los grillos. El semestre pasado hizo siete pases de gol, en lo que va de este lleva uno (y de lo ambiguo hay algunos medios que ni siquiera se lo contaron como asistencia).
Edwin Cardona, en paralelo, ha recuperado su mejor nivel y en 2019 lleva la friolera de tres goles y cinco asistencias. Entonces vale la pena preguntar: ¿qué pasó con eso del rendimiento, Carlitos? Porque si el criterio principal efectivamente es ese, no hay nada que justifique lo de Yimmi; un magnífico futbolista, que hizo una falta tremenda en Rusia, pero que ciertamente hoy no pasa por sus mejores horas.
Craaaack. Para eso, mejor aceptar que en la Federación todavía no han perdonado al Gordo Cardona.
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