Esto es todo lo que debe saber de Defensa y Justicia, el rival del Junior en los cuartos de final de la Copa Sudamericana.
«Es un deleite, funciona desde su arquero Unsain hasta el 9 Fernández»
Así habla Juan Pablo Varsky de Defensa y Justicia, el equipo revelación de Argentina que está invicto en la Superliga y lleva una racha de 10 partidos y más de dos meses sin perder.
En Sudamericana eliminó en primera fase al América después de perder 0-1 en casa y golear en el Pascual 0-3 en la vuelta. Después eliminó al Nacional de Ecuador y a Banfield, sin mayor inconveniente en ambas llaves.
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Aunque tienen una nómina austera, sin grandes figuras, funcionan como un relojito. Intensos sin la pelota y dinámicos a la hora de pasar al ataque. Se mueven como un equipo que tiene encima muchas horas de trabajo entre semana. Pues quizás su mayor valor agregado –y a lo que más le debe temer Comesaña– está en el banquillo, desde donde el técnico Sebastián Beccacece orquesta toda la banda.
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— TNT Sports LA (@TNTSportsLA) October 22, 2018
El cerebro detrás del ‘Halcón’
Un amor de 13 años:
A Beccacese no le alcanzó para jugar fútbol profesional, por lo que estudió Educación física con la ilusión de algún día ser entrenador.
En 2002, por medio de un amigo asistente de Marcelo Bielsa, conoció a Jorge Sampaoli y se fue a trabajar como su asistente al Sport Boys de Perú. Allí estuvieron deambulando por varios equipos de capa caída hasta 2008, cuando se fueron a Chile.
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Para ese entonces, después de tantos años juntos, el tándem Sampaoli – Beccacese se conocía tanto, que era como si fueran una sola persona.
En el 2011 al dúo dinámico le llegó la gran oportunidad de dirigir a la U de Chile. Y no la desaprovecharon: tras dirigir tantos equipos «normalitos», lo único que les faltaba para romperla era el prestigio, infraestructura y presupuesto de un grande como la U.
En dos años consiguieron tres ligas y una Copa Sudamericana, más que suficiente para llamar la atención de los dirigentes de la Selección chilena, que buscaba al reemplazante de Claudio Bhorgi, pero sobre todo alguien para no romper el proceso que había iniciado Bielsa en el 2007.
Sampaoli no dudó y, junto a su mano derecha, se puso manos a la obra en La Roja. Ambos de escuela bielsista, reflejaron en la Selección un estilo que para ese momento de sus carreras como entrenadores, ya estaba más que impregnado en su trabajo.
Con la intensidad de perros de caza y la precisión y efectividad de de un asesino a sueldo, así jugaba el Chile que le pintó la cara a España e hizo agonizar hasta los penaltis a Brasil en el Mundial del 2014 y le ganó la Copa América a la Argentina de Messi en el 2015.
Un (lindo) parentesis
Tras la accidentada salida de Sampaoli de Chile a finales del 2015, después de 13 años juntos, Sancho se despidió del Quijote. Beccacese decidió aventurarse por primera vez como director técnico y se quedó en Chile para dirigir a la U, mientras que Sampaoli emprendió un rumbo un poco más glamoroso en el Sevilla de España.
En su nuevo ciclo en Universidad de Chile, ahora como técnico, no le fue bien. Terminó 10 en el primer semestre, y a mediados del segundo, con resultados irregulares, le terminaron al contrato.
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Decidió irse de Chile para volver, después de casi 15 años, a Argentina y dirigir a un equipo con mucho menos nombre que el de la U, pero a su vez, con mucho más margen de trabajo.
A Defensa y Justicia llegó a finales del 2016 y encontró un lugar ideal para hacer de las suyas. Sin grandes nombres en la plantilla y con las expectativas de un club recién instalado en primera, tuvo libertad para ponerle, por primera vez en toda su carrera, la firma a un equipo.
Los resultados llegaron mucho más pronto de lo esperado –incluso por el mismo Beccacese, convencido en los procesos a largo plazo– y en abril del 2017, en primera fase de la Copa Sudamericana Defensa y Justicia, en uno de sus máximos hitos como club, eliminó, por diferencia de gol a Sao Paulo en el Morumbi después de empatar 0-0 en la ida y 1-1 en la vuelta.
Las cosas entre Beccacese y Defensa pintaban para largo, de no ser por que a mitad de año Sampaoli, llamado a ponerse frente a la Selección argentina y clasificar al mundial– o mejor dicho: salvar la patria–, lo llamó para que volvieran a ser pareja. Sebastian, cómo no, aceptó y se despidió de Defensa y Justicia con un rendimiento del 64%, con 15 victorias, 3 empates y 6 derrotas.
La ruptura definitiva
El segundo ciclo de la dupla Sampaoli – Beccacece terminó el 30 de junio de este año en Kazán, cuando el árbitro pitó el final del Argentina 3-4 Francia en los octavos de final del Mundial. Al parecer, al frente de la celeste nunca fueron capaces de volver a ser la comparsa de antes, al contrario, se contradecían hasta en el detalle más mínimo.
Eran el día de la noche, discutían a toda hora y llegaron, incluso, a agarrarse frente a los jugadores en una práctica.
Por eso, a penas pisó suelo argentino y sin ni siquiera esperar a que se definiera el futuro de Sampaoli, Beccacece cerró su regreso al banquillo de Defensa y Justicia.
De vuelta a casa
Según Beccacece, después del turbulento año en la Selección, necesitaba volver a trabajar en el día día. Y qué mejor lugar que aquel en donde ya había triunfado una vez.
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En el club lo recibieron con los brazos abiertos y en los tres meses que lleva al frente tiene un invicto de 10 partidos, está peleando la punta de la liga y consiguió la histórica clasificación a cuartos de final de la Copa Sudamericana.
Una escuela de técnicos
Que un tipo como Becaccese esté en el banquillo de Defensa y Justicia no es gratuito. Desde hace casi una década, desde la dirigencia hay una política para contratar técnicos jóvenes, formados y de una escuela mucho más moderno.
En 2009, un tal Jorge Almirón, por ese entonces jovensisímo, llegó a dirigir al Halcón. Después de varios años, en 2016, quedó campeón con Lanús.
En el 2013 bajo el mando de Diego Cocca consiguió el ascenso a primera. En la siguiente temporada Cocca se fue a a Racing y… también salió campeón.
Y en el 2015, buscando otro técnico no tan conocido, convencieron a Ariel Hollan de dejar el Hockey y dirigir fútbol. Su particular método no lo dejó mucho tiempo en Defensa y partió a Independiente en donde se ganó nada más y nada menos, que la Copa Sudamericana.
Foto:
Olé