Llegó el momento. Después de cuatro meses de incertidumbre y espera le llegó la hora a la Selección. Y la cosa está peluda. A falta de seis partidos, Colombia tiene 18 puntos, es sexta en la tabla y en este momento está por fuera del Mundial. Contra Bolivia acá y Ecuador allá, literalmente, nos jugamos la vida. Aunque en el fútbol no hay nada escrito, y siempre hay espacio para sorpresas, todos debemos coincidir en que si hacemos menos de cuatro puntos estamos fritos. Por eso, la planificación de estos dos partidos no admite errores. Se trata de un partido de 180 minutos.
La situación es compleja, pues son muchos los factores que el técnico debe sortear. No es un secreto que el equipo viene jugando mal y que la falta de volumen de ataque es preocupante. Ahora, la cantidad de jugadores apercibidos y el desgaste físico de jugar sobre brasas en Barranquilla para inmediatamente después escalar los 2.700 metros de Quito hacen de este un escenario infernal. ¿Cómo se debe afrontar está doble fecha?
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En la eliminatoria no hay partidos fáciles, ni rivales a subestimar. En cada fecha deben jugar los mejores, claro. Sin embargo, hay que tener en cuenta que de los convocados hay ocho jugadores que se perderían el partido contra Ecuador en caso de ser amonestados contra Bolivia. Entre ellos, ni más ni menos, están James, Cuadrado y Carlos Sánchez, tres titulares y piezas clave del equipo. Ir a Quito sin alguno de ellos sería un completo despropósito.
En Colombia no hay otro jugador como ellos. Pero hay muchos que también son de clase mundial y que son más que suficientes para hacer un buen partido en Barranquilla, aun teniendo en cuenta el déficit de juego que viene mostrando el equipo. ¿Por qué no reservar a estos tres y asegurarlos frescos para enfrentar en Quito al equipo más físico de toda la eliminatoria?
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Como destructor de juego, Daniel Torres ya demostró estar a la altura, Wilmar Barrios tiene partidos en selección y viene en buen momento, incluso Mateus Uribe y Aguilar, por características, serían alternativas para salir a jugar en campo rival. En Barranquilla, Macnelly es el patrón, siempre que juega lo hace bien y tiene peso para ser la batuta del equipo. Edwin Cardona podría acompañarlo en la creación, sobre todo teniendo en cuenta que Bolivia no va a salir a atacar. Y arriba, entre Zapata, que viene dulce, Borja, Muriel y Bacca hay material de sobra para escoger. Además, si juega Fabra, el equipo podría volver a tener profundidad por izquierda. La figura sería algo así como el 4-2-2-2 que ya alguna vez utilizó Pékerman. Si con estos nombres no le ganamos a Bolivia, quizá no merezcamos ir a Rusia.
Después, si todo sale bien y se gana el primer partido, solo con nuestros tres estandartes podremos rasparle algo a Ecuador. Quizás por esta vez, lo mejor es que vayan al banco.
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DefensaCentral