Esto apenas comienza, pero nos dimos la licencia de evaluar el primer partido de los refuerzos de Nacional para esta Liga Águila 2018-2.
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Indio Ramírez
La calidad se le cae de los bolsillos. Una de esas zurdas que siempre dejan algún detalle. Sin embargo, hay que decir que no tuvo un debut brillante, más bien discreto. Evaluarlo es difícil porque la salida desde atrás no fue fluida y Tolima anuló muy bien el juego interior de Nacional. Además ninguno de sus socios, ni Jorman ni Castellani, jugaron un buen partido y esto lo perjudicó.
El Indio se perdió detrás de la maraña de piernas que a Gamero le encanta plantar en la mitad y fueron muy pocas la veces que pudo asociarse en corto con Dayro, los extremos o Castellani. Con el balón en los pies no estuvo lúcido y perdió muchos duelos individuales.
Se vio liviano en su regreso al Atanasio.
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Deiver Machado
Es extraño, pareciera que a los laterales ofensivos les cuesta mucho encajar en el 4-1-4-1 de Almirón; como si la intención de tener dos “desbordadores” en cada banda, en vez de potenciarlos, los disminuyera. Se pisan la manguera. Pasó, esta vez, como en el semestre pasado, con los tándems Helibelton-Candelo y Machado-Lucumí.
A Deiver no se le vio cómodo yendo por afuera y las veces que jugó por el carril interior —a lo Bocanegra— no pudo marcar diferencia y se estrelló contra la selva de pierna tolimense. En ataque hizo muy poco.
En defensa hizo buenos cierres al segundo palo y en general no estuvo mal. En el gol de Marco Pérez llegó a cerrar a tiempo, pero un rebote desafortunado le da cierto grado de responsabilidad directa. Estuvo de malas.
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Yerson Candelo
En el primer tiempo fue un fantasma. ¡Boooooo! En el segundo tiempo, para tranquilidad de los pocos asistentes al Atanasio, comenzó a carburar. Dejó ver que es una bala y que cuando llega a la línea final sabe tirar buenos centros. Su gran virtud es devolver la pared y picar al espacio. Eso sí, se vio muy por debajo de la fiera que fue en el Cali.
Como a Deiver con Lucumí, a Candelo también se le vio incómodo con Helibelton. Ahí hace falta trabajo, Almirón.
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