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En mayo de 2013 los rumores de un cambio de equipo empezaron a hacerse fuertes y las ilusiones de los hinchas colombianos, fervorosos por ver a Falcao en un grande de Europa, se dispararon. Sin embargo, la euforia duró poco. Luego, todos —sí, todos— nos llenamos la boca diciendo que había preferido el dinero que la gloria cuando se fue al Mónaco. Lo que ocurrió después, la grave lesión, su ausencia en Brasil y el suplicio que fue su paso por Chelsea y United, nos hizo sentir que teníamos la razón.
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A los amargos nos cerró el pico. En su vuelta al Principado, el ‘Tigre’ demostró que sigue vigente. En las dos últimas temporadas ha sido el máximo referente del Mónaco y volvió a meterse en la conversación del fútbol de élite. Cíclica como es la vida, todo esto nos hizo viajar en el tiempo. Como hace cuatro años, a pesar de que ya está viejo, volvimos a soñar con verlo triunfar en un grande de Europa.
Antes del Mundial, justo cuando la Selección Colombia estaba concentrada en la sede del club, el diario turinés Tuttosport lanzó la bomba (de humo) y anunció que Falcao llegaría al A.C. Milan. Un mes después el rumor ha cogido fuerza y recientemente se anunció que ya habría una oferta formal. Así las cosas, a sus 32 años, Radamel podría jugar sus últimos años en Europa en un equipo histórico, un grande.
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¿Sería esto un error más? ¡Claro que no! Todos sabemos que el Milan no es lo que era hace unos años, que hace rato no figura internacionalmente, pero justamente su llegada sería una decisión coherente y le daría continuidad al plan estratégico del proyecto a mediano plazo que busca devolverle la gloria al equipo. Desde la fuga de Ibrahimovic en 2012 el Milan no ha vuelto a tener un delantero de jerarquía que tire del carro y marque la diferencia en las noches importantes. Falcao vendría a ocupar ese lugar y a liderar, con su experiencia, a un grupo joven que tiene todo el respaldo de las directivas.
Por otro lado, la Serie A también necesita nombres de peso que le devuelvan el prestigio que ha intentado recuperar en los últimos años. Si bien la Juve lleva años dominando Italia, hoy el argumento de que la Liga italiana es la menos competitiva del circuito europeo se queda muy corto a la luz de la objetividad. La temporada pasada, de todas las ligas, la Serie A fue la única que mantuvo el suspenso hasta el final. Hoy, equipos como Napoli, Roma, Inter, Lazio y Milan tienen plantillas buenas que van en alza y están acortando las diferencias exageradas que tienen con respecto a la Juventus, más allá de la llegada de Cristiano. Con tiempo y confianza en los procesos, la Liga italiana puede resurgir. Va a resurgir.
La hipotética llegada de Falcao, entonces, le haría bien a él, al Milan y a la Serie A. En el mejor escenario, el equipo se haría con el referente que ha sido incapaz conseguir, la competición ganaría popularidad y el jugador ensancharía su leyenda. En el peor, Falcao habría quemado con honor sus últimos cartuchos en la élite y podría tranquilo seguir con el camino ineludible que le está destinado a los que alguna vez fueron cracks: el desabrido fútbol chino. Nada que perder, mucho que ganar. Benvenuto, Tigre.
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Futbolred
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