Pablo Aimar estará en Bogotá hablando sobre fútbol formativo y compartiendo su experiencia como técnico campeón del Sudamericano Sub-17.
En enero del año pasado Pablo Aimar jugó su último partido. No fue en el Monumental de River Plate, club en el que debutó a los 16, se hizo adulto y salió campeón. Tampoco fue un partido homenaje con los amigos que le dio el fútbol: Messi, Riquelme, Ortega y algún otro.
No. Fue en el estadio de Estudiantes de Río Cuarto —la institución que lo formó— en un partido oficial por Copa Argentina. En la cancha también estuvo su hermano Andrés y en la tribuna, como cualquier hincha más, Bielsa, su amigo y el técnico que lo llevó al Mundial de 2002. En la parte de atrás de su camiseta, se leyó una frase: «El final es donde partí», título de una hermosa canción rockera de los 90.
El partido terminó 0-0, con Estudiantes eliminado y Aimar ovacionado. Esa noche, en el final de su carrera como jugador, comenzó otra, la entrenador. En julio fue nombrado asistente de Lionel Scaloni en las divisiones menores de la Selección y después, cuando Scaloni fue designado técnico de mayores, fue él el que tomó las riendas de los juveniles.
Este año, en el Sudamericano Sub-17 de Perú, el ‘Payasito’ lideró a la Selección Argentina que salió campeona y se clasificó al Mundial de Brasil. En su primer reto como hombre al mando, Pablo dejó que claro que su segunda carrera se sostendrá sobre principios innegociables y buenas prácticas.
Antes de que comenzara el Sudamericano Aimar mostró que todavía guarda rasgos de lo que fue su vida con la pelota en los pies y el 10 en la espalda. En rueda de prensa comentó lo triste que estaba por el estado de las canchas en las que no se podía tirar ni una pared y presagió que en el torneo no se iba a ver buen fútbol. ¿Si no hay buen fútbol, entonces qué?
Luego, durante el torneo, en el banquillo, se mostró tranquilo, respetuoso con sus dirigidos y sosegado con los rivales. Cuando se coronó campeón no hubo tiempo para la euforia y el desenfreno, pues Pablo sostiene con obsesión que en las categorías juveniles, mucho más que ganar, importa es formar en valores como el respeto y el compañerismo.
Entonces no sorprendió que después de meterle tres a Brasil —el eterno rival—, fueran sus jugadores los que por voluntad propia levantaran y consolaran a los abatidos rivales. «Cultivar valores es muy importante en esta etapa; y no sé si hacerlo influye en el juego, pero sí lo hace en la vida», explica cuando lo preguntan acerca de su metodología.
Después de haber navegado por todos los mares del fútbol, de haber visto lo mejor y lo peor de este deporte, el ‘Payasito’ entendió que comprometerse con la formación es la mejor manera para volver a poner al fútbol argentino y latinoamericano en el lugar que realmente les corresponde.
Es por eso que aceptó la invitación para venir a la Cumbre Novo Fútbol Latinoamérica que se realizará en Bogotá este 17 y 18 de mayo. En ella, junto a otros speakers de talla mundial como Ricardo Gareca y David Trezeguet, Pablo Aimar hablará sobre sus experiencias como futbolista y los retos de su nueva etapa como entrenador de divisiones menores.
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