El meme del ‘celébralo curramba’ del 2014 queda en pañales frente a esta triste y macondiana historia.
El cuento arranca en el año 93, cuando en Colombia se jugaban más partidos que en la Premier League -¡56 para ser campeón! Por aquellos tiempos, el FPC tenía un formato rarísimo que gracias al fútbol se acabó. El campeonato tenía dos fases. La primera se dividía entre el Torneo Apertura y el Torneo Finalización. Luego los ocho mejores en la reclasificación pasaban a la segunda fase: los cuadrangulares. Se armaban dos grupos de cuatro y los dos mejores equipos de cada grupo clasificaban al cuadrangular final. Aquí, por fin, el mejor del cuadrangular quedaba campeón.
En diciembre, luego de deambular durante 55 fechas por todo el trópico, el Junior y el DIM estaban a un paso de quedar campeones. Los numeritos eran así: si Junior le ganaba al América en el ‘Metro’ era campeón automáticamente; mientras que, si el Junior perdía o empataba y el DIM le ganaba a Nacional, se armaba la juerga en ‘Medallo’.
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La banda de Pelo ‘e Burra había sido la más constante del torneo. Habían sido los líderes de la liga todo el año y jugaban a lo carnaval, a lo marimonda. El 4-1-3-2 era la coreografía de la comparsa. Valenciano y el ‘Niche’ eran los dos puntas; Mackenzie (‘Cara e perro’) y Pacheco (‘El enano’), los extremos; y el Pibe, el Rey Momo, el líder, el pensador. En Medellín, en cambio, el fútbol era más conservador. En vez de bailarines y gambeteadores jugaban con obreros metelones. Las figuras de aquel 4-4-2 eran Carlos Castro, la ‘Gambeta’ y el ‘Ferri’ Zambrano.
La banda de Pelo ‘e Burra
La banda del ‘Chiqui’ García
Entonces, el 13 de diciembre, con las cuentas claras, se definió la estrella. Los dos partidos se jugaron en simultáneo. En las duchas, el Junior perdía 1-0 y el DIM empataba. Ya en el segundo tiempo, los marcadores se empezaron a mover. Al 58′, el ‘Niche’ Guerrero remontó el marcador en Quilla con un fierrazo desde lejos y con un boinazo (2-1). Así las cosas, Junior era campeón. Pero, nadie se imaginó lo que vendría después. Al minuto 31′ en el ‘Metro’, 37′ en el Atanasio, el festejo se convirtió en infarto. En Barranquilla, Wilson Pérez, un hijo de casa, rebelde, hizo el 2-2 y en Medellín Carlos Castro puso al DIM campeón. El Metropolitano: un cementerio. El Atanasio: un carnaval.
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En Medellín el partido acabó 1-0 y la ciudad se vino abajo. Las licoreras subieron los precios, los viejos se pusieron a beber y los fuegos artificiales comenzaron a tronar en el cielo. En la cancha, los jugadores se colgaron collares de arepas, sacaron banderas, pitos y dieron la vuelta olímpica. “¡36 años, 36 años nos aguantamos para ser campeones!”, repetían las gradas del Atanasio sin saber que en Barranquilla quedaban siete minutos de fúbol. La ‘Gambeta’ Estrada, que “nunca había llorado”, rompió en llanto frente a la cámara de Caracol. Era su primer título.
Pero vaya error grande no ponerle atención a los radios. Al minuto 44′, mientras la ‘Gambetita’ daba declaraciones gloriosas de agradecimiento, luego de cinco minutos de farra paisa, el periodista lo interrumpió: “Gol del Junior”. Y la cara pasó de alegría a miseria. Valenciano, Pachequito y el Pibe armaron una contra que Mackenzie fulminó en la cara de Óscar Córdoba. Nuevamente, la arepa se había volteado. Y esta vez de manera definitiva. En Barranquilla y en la Costa entera, la gloria se hizo licor, La Troja vendió como nunca y el ‘Nene’ Mackenzie se coronó rey de la región. Los paisas, por su parte, empinaron el codo pero para matar la tusa y, sin pena alguna, con la boca llena de dignidad, celebraron en las calles un casi campeonato, una casi tercera estrella y una clasificación a Libertadores.
Disfrute los goles del partido con la narración especial de Edgar Perea.
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