Estos once son las futuras promesas de la Selección Colombia y muy seguramente serán los titulares en el Mundial del 2030.
El esquema va a ser innovador y vamos a explotar el fútbol folclórico, el del barrio y lo combinaremos con la ciencia. Pararemos un 3-4-3 (en rombo) que será la formación del futuro. El Brasil mágico del 82 será tan solo un buen equipo frente al combazo que vamos a armar.
Los guantes de Ospina para: Kevin Mier (Atlético Nacional)
Tendrá que, por lo menos, igualar lo hecho por David en la ‘Sele’. Y, sin duda, tiene con qué hacerlo. Antes de que le dieran la cédula paseó por India como el arquero titular de la Selección y después quedó campeón con la sub-23 en los Centroamericanos. Tiene gran saltabilidad y es de esos arqueros que les gusta volar y dominar el viento.
Stopper izquierdo: Guillermo Tegue (DIM)
Es un central capaz de desempeñarse en línea de tres o en una muralla de cuatro. Lo único que le ha faltado para debutar en la profesional del DIM es la rosca, nada más. Como artista del quite lo tiene todo: ganas insaciables por recuperar el balón, barrida animalesca, tranco de gigante y amor por las caídas, los golpes y las raspaduras. Gracias a sus cualidades salvajes, fue titular en todos los partidos del Mundial sub-17 y dejó impresionado a los empresarios por su dominio en las alturas.
Líbero: Robert Mejía (Universitario de Popayán)
De los desechos del fútbol moderno, le pediremos a Robert que rescate al antiguo líbero defensivo. Su basta experiencia a tan corta edad, en los pantanos de la ‘B’, le ha enseñado a controlar a todo tipo de jugadores y todo tipo de situaciones. Así que, en cualquier momento del partido y contra quién sea será una firma de calidad. Si tenemos que recuperar el cuero, él será el primero en organizar el plan de reacción. Si la salida está jodida y el rival está echado encima, él, con su trazo efectivo y delicado, llevará el barco a tierra firme.
Stopper derecho: Andrés Felipe Balanta (Cali)
De las tres columnas de atrás, es el que más partidos tiene en primera. De hecho, en su kilometraje encontramos 17 minutos en Copa Sudamericana. Así que tranquilos, no es un cualquiera. En el Cali recibió el testigo de Jhon Janer Lucumí y seguramente en menos de tres años se lo estará pasando a otra promesa. Sus aptitudes, tanto futbolísticas como físicas, le dan la posibilidad de jugar más arriba como volante de marca.
Cabeza de área: Gustavo Carvajal (América de Cali)
Aunque no lo crea, este incipiente puberto ya ha sido capitán del América más de una vez. Su nombre, mientras el técnico era Jorge Da Silva, fue el más comentado en las calles de Cali. La primera vez que lo vieron en el Pascual, cuenta la leyenda, el estadio quedó asombrado por su sobriedad, elegancia y tranquilidad. Nunca se le vio asustado ni ansioso. Le gusta romper y cazar, pero también siente amores por el balón pegado al pie y la buena salida. Los más hiperbólicos de Cali lo comparan con Fredy Rincón.
Interior por izquierda: Etilso José Martínez (Patriotas)
En Tunja casi no la ha visto por la timidez de sus entrenadores. Hasta ahora solo ha jugado dos partidos de Copa Águila y en ambos entró desde la banca. Sin embargo, antes de llegar a Patriotas fue una pieza clave en el Bogotá F.C del 2017. Sus actuaciones fundamentales en la ‘B’ le compraron un boleto al Mundial sub-17 en India y por allá lo jugó todo. Es un volante mixto de largos recorridos y con un trazo fino con la pelota.
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Interior por derecha: Fabián Ángel (Barranquilla F.C)
De Sogamoso, Boyacá, para el mundo. Ponga atención: no es del 2000, ¡es del 2001! y tiene casi 30 partidos (20 de titular) en la ‘B’. Igual que Etilso, es un mixto. Sabe subir y limpiar la salida del equipo cuando es necesario, pero sus mejores tardes las pasa tirado en el suelo, guerreando desde el barro los balones y sellándole las canilleras a los rivales. La combinación de ellos dos puede ser algo así como un Abel-Guarín.
Extremo por izquierda: Juan David Torres (Banfield, Argentina)
De acá en adelante, sin venderle humo, son todos magos. Juan David, el primero, quizás sea el más. Es un zurdo barranquillero que a puro fuego se ganó un puesto en las inferiores de Banfield. A la pelota le salen chispas cada que él la acaricia. Es rápido y en sus galopadas la pelota lo sigue hasta el fin de los tiempos. Sabe cobrar tiros libres, pegar desde millas de distancia y burlarse de los marcadores. Y lo mejor: apenas es del 2001. En Argentina se habla de una posible contratación de River, pero la verdad, no creemos, pues tiene una de las cláusulas más caras de las inferiores en el continente y en Banfield lo aman.
Véalo usted mismo. Le dicen ‘El niño maravilla’… ya podrá imaginarse porqué.
Extremo por derecha: Déiber Caicedo (Cali)
Si el de arriba es una maravilla, este no se queda atrás. El semestre pasado pisó por primera vez el Estadio Deportivo Cali y en menos de nada la clavó en un ángulo de un tiro libre. Es pequeño y diablo, estilo Vladimir Hernández. Tiene un enganche al trote de miedo y le encanta hacer reír a la hinchada con sus gambetas burlonas y deliciosas. En Primera ya suma diez partidos y poco a poco se ha ganado la confianza del profe Pelusso.
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La ’10’ para: Andrés Arroyo
En verdad es inverosímil la cantidad de variantes que podríamos tener con estos cracks. La calidad fenomenal de los extremos —ambos improvisados, pues su zona natural es el medio— estaría controlada por un diez no mago, extraterrestre. Sin siquiera haber pasado la primera década de vida se convirtió en una estrella de su ciudad, Montería. Por allá, exagerados y mamagallistas como siempre, le apodaron ‘El Messi colombiano’ y así quedó. La calidad de su toque y de sus garabatos por la cancha es comparada con las habilidades de un niño genio. Y es que lo es. Ojalá el humo que le han tirado encima no lo hunda y pueda ser lo que la pelota quiere que sea.
Delantero: Juan Peñaloza
De este pelao nada más imagine: ni siquiera ha debutado en un equipo profesional y ya lo compró el Huesca del ‘Cucho’ Hernández. No había pasado por la cédula cuando ya tenía tres goles y una asistencia en un Mundial. Es un jugador de la serie de ‘Las panteras’. Velocísimo, gigantón y rompedor como un bus por la Caracas. En el Mundial de India fue el mejor de la Selección y de hecho su nombre está entre las promesas del fútbol mundial. La pelota espera mucho de él. Ella ya sabe todo lo que puede dar, esperemos que lo ayude y lo mande a la gloria.
Nada más juegue con su imaginación…
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