Se llama Ricardo Márquez y desde que debutó en la profesional tiene un promedio de gol por partido. Fue el goleador revelación de la ‘B’ y el héroe del ascenso del Unión. Conózcalo antes de que se lo lleven.
Nombre: Ricardo Márquez González
Fecha de nacimiento: 9 de noviembre de 1997 (20 años)
Lugar de nacimiento: Santa Marta, Magdalena
Club: Unión Magdalena
¿Quién es?
Conoció la pelota, el enganche y el gol en la cancha ‘Los Pericos’ del barrio Los Ángeles de Santa Marta. Allá, sobre arena y piedras, dio sus primeros riflazos a la red y se enamoró locamente del sonido que hace la pelota cuando se abraza con la malla. A tres días de su cumpleaños número siete, vivió la muerte más dolorosa para un futbolero: el descenso del Unión, el equipo de su tierra, de su gente, de su barrio, de su corazón. Desde ese día, todas las velitas se las dedicó al Unión. El ascenso se convirtió en su meta principal y empezó a darlo todo por conseguirlo.
En una de esas tardes de cotejos interminables, el profesor Edison González lo pilló haciendo diabluras y lo llevó a la Escuela ‘Pibe’ Valderrama. Con el equipo del ‘Mono’ jugó los torneos regionales del Magdalena, los locales en Santa Marta y, dicen por ahí, que se hizo un Pony Fútbol de fenómeno en Medellín. A los quince años jugó el Torneo Nacional Sub-17 y se mandó 17 goles. Gracias a su actuación, Waldir Manga, técnico de la Selección del Magdalena, lo convocó y ahí conoció a sus mejores llaves en la cancha: Ronaldo Lora Ballestas y Fabián Cantillo.
Con la camiseta del Magdalena, la misma que usaron el ‘Pibe’, Alfredo Arango y demás mostros samarios, se ganó un contratico con Millonarios. En la capital le pasó la de ‘Gabo’: el frío lo atacó, se encontró con cachacos mala leche y no logró acostumbrarse al ambiente helado, callado y tortuoso de ‘La Nevera’. Volvió a Santa Marta tiritando. Ya en casa, Waldir Manga, un viejo amigo, lo llamó para jugar en el Unión. Obviamente aceptó.
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Aunque llegó jodido por una lesión y con siete kilos por encima del promedio, en el Unión lo trataron como al héroe que vuelve a casa. Los profesores Jhon Garay, Miguel Molina y Jesús Vargas se encargaron de ponerlo a tope y el pelao les respondió con 17 goles en la Sub-20. A comienzos del 2018, lo acercaron a la profesional pero no lo hicieron debutar.
Al final, Harold Rivera fue el que le dio la confianza y lo mandó a comerse el Sierra Nevada de Santa Marta. Debido a la lesión del ‘Alpinito’ Carrilo debutó contra el Bogotá F.C y se presentó ante su gente con dos goles de cabeza. De ahí hasta el día de hoy lleva un promedio de gol de crá: 20 goles en 24 partidos jugados ¡Más goles que Falcao en su primer año! Y lo mejor: devolvió la alegría a su ciudad querida, regresó a los samarios a la Primera División -¡luego de 13 años!- y tiene el Pitán-Pitán de Carlos Vives de moda en la radio ¡Un lunático!
Posición y estilo de juego
Delantero centro/nueve neto. Jugador potente, con un tronco y un lomo difícil de tumbar. Define mejor que el diccionario. Por los aires es un puyanube y francotirador de enciclopedia. Con el balón en los pies es un bombardero milimétrico. Tiene un pique largo, pero raro. Parece un velociraptor.
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Superpoderes
Osadía: Muy pocos debutantes del FPC se muestran así, valientes, atrevidos e insolentes con la pecosa. Debutó y sin miedo ni nada, se ganó el puesto, la camisa de héroe y el amor de un pueblo, a puro juego, gol y fúbol (lo que sabe hacer).
Cañón: En vez de frente, tiene un martillo en la cabeza que clava goles a la loca. No por nada, casi la mitad de los 15 pepos que ha hecho han sido así, martillando. En fin, por arriba no le gana nadie, ¡nadie! ¡NADIE!
Técnica: Cuentan las lenguas hiperbólicas de Santa Marta que tiene más técnica que Teo Gutiérrez y Germán Cano juntos. Tampoco queremos meterle tanta presión al pelao. Lo único que podemos decir es que tiene un gran control, juega con la frente en alto cual pavo real y define como un capo.
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Debilidad
Hasta ahora, su única kriptonita parece ser la prensa. Su arranque maratónico y enloquecido puede hacer que los reflectores y las cámaras de T.V lo suban a las nubes. Ojalá esté bien centradito y no se deje meter cuentos por los micrófonos del país. No queremos que le pase la de Juan Pablo Pino.
¿A quién nos recuerda?
Es jodido, pues debido a sus 1,87 metros de altura y a su extrañísima forma de correr, no encotramos parecidos claros. Sin embargo, entrecerrando los ojos diríamos que tiene cositas de Dayro, de Crouch, del Batistuta más prematuro y hasta de Dybala, por como se pone las medias.
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Foto: El Espectador