Esto es todo lo que nos dejó el empate a 0-0 de la Selección Colombia contra Argentina…
Todo lo que sube tiene que bajar. La euforia efervescente que nos dejó el partido contra Venezuela se desapareció contra Argentina. Y no es que hayamos hecho un mal partido, hubo cosas buenas, el tema es que nunca fluimos tanto como contra los vecinos. La intensidad de Argentina, era obvio, iba a costarnos.
Lea también: Pékerman 2012-2018: Los años maravillosos
La figura fue la misma del primer partido: 4-4-2, con Cuadrado a pierna cambiada por izquierda y Quinterito tirado a la derecha. La oportunidad esta vez fue para Deiver Machado y Helibelton, de laterales; Jeison Murillo, que entró por Tesillo; Cuéllar, que acompañó a Barrios en vez de Mateus; y Muriel, que jugó de segunda punta.
¿Lo malo?
En el primer tiempo nos costó mucho sacar la pelota. Los argentinos salieron a presionarnos y en los primeros quince estuvieron muy cerca de clavarnos. A Colombia le hizo falta un jugador que saltara las líneas de presión con contundencia, ya fuera con pases o con conducción. Las características predominantemente defensivas de Barrios y Cuéllar y la imprecisión de los centrales —sobre todo de Murillo— hizo que la salida de Colombia fuera pantanosa. Juanfer Quintero tampoco apareció y esto hizo que Falcao y Muriel tuvieran que bajar demasiado para buscar el balón.
El primer tiempo lo jugamos comprimidos y demasiado lejos de Armani. Solo cuando Argentina bajó la intensidad pudimos respirar. Hasta el minuto 27’ vimos la primera y única “clara” del primer tiempo: Cuadrado cazó una salida imprudente de Argentina, se la dio a Falcao y este le mandó un chorrito al portero argentino.
La invisibilidad de Juanfer, perdido en la banda, hizo que fuéramos demasiado inofensivos. Lo único rescatable llegó a través de los laterales. Helibelton y Deiver (en sociedad con Cuadrado) mostraron iniciativa, pero sufrieron de lo que siempre han sufrido nuestros laterles: son una tapias para centrar.
Muriel fue un náufrago errático y volvió a demostrar que NO ES DELANTERO. Nada que celebrar en el primer tiempo…
Seguro le interesa: ¿Cuál debe ser el perfil del nuevo técnico de Colombia según los hinchas?
¿Lo bueno?
A los quince del segundo, Reyes movió el banco. Chao Cuéllar, chao Muriel, hola Mateus, hola Bacca. Y la cosa mejoró. La presencia de Mateus le dio avance al juego interior y volumen de ataque al equipo. Bacca se mostró activo en las diagonales y mucho más apto que Muriel para jugar de segunda punta.
Colectivamente, aunque no fuimos lo que fuimos contra Venezuela, crecimos. Comenzaron a aparecer más hombres en el último cuarto y Juanfer medio se activó. Una jugadota que terminó con un teledirigido de Quintero a Bacca estuvo cerca de ser el 1-0, pero Carlitos perdió el duelo con “Armaaaaniiiiiii”.
Termine con: Los mundialistas que jugarán el FPC
¿Lo buenísimo?
Los pelaos. En el transcurso de los últimos quince, Reyes mandó de a poquitos a Benedetti, Díaz y Villa a la cancha. Fue lindo. Colombia terminó bien. Agresiva y con ganas.
La imagen final fue un 4-2-3-1 con Benedetti por adentro y Villa y Díaz por las bandas. Muy a pesar de que la única referencia en punta fue Bacca, Colombia estuvo cerca. La sangre nueva le dio un salto de calidad al equipo y sobre todo Benedetti demostró que tiene personalidad para salir del Cali.
Cosas por mejorar y cosas que valorar. Esta vez nos quedamos con lo segundo.
Foto:
Twitter @Juancaarenas
Comentarios Facebook