El fútbol argentino tiene muchas cosas únicas. Pero de todas ellas, ninguna mejor que la locura de sus narradores. Aprovechamos la final del Supeclásico para escoger seis relatos que dan envidia.
Ta Ta Ta… que sea: Maradona a River en el 81.
Teníamos que empezar con Víctor Hugo Morales gritando un gol del Barrilete Cósmico. Estos fue casi 30 años atrás, pero, como anticipó Morales, sigue bien vivito en la memoria. El relato tiene que ver.
Solo, solo por él… ¡solo! : Román en el 2014.
Del Diego al último 10. Cómo no. Así honró Mariano Closs el último gol de Riquelme a River en un Superclásico. “Generoso Barovero, dijo, no, tiene que ser gol de él”. Da nostalgia. Es increíble como ruge La Bombonera. Mucha nostalgia.
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Martín, Martín, Martín…. Paa-leer-moo: Palermo a River en el 2000.
Esta historia la conocemos todos. “Si Bianchi pone a Palermo, yo pongo a Francescoli”, dijo el Tolo Gallego, burlón. Pues Martín entró, hizo este gol, y su nombre se repitió, sílaba por sílaba, en toda América gracias a Fernando Araujo.
¡Qué viva Colombia! Tiembla el Monumental: Ángelito en el 99.
Fue el último Superclásico del Milenio. Angelito cerró el partido con un golazo que, contagiado por el frenetismo, gritó a rabiar, con los riñones. Costa Febre, otra vez, lo entendió todo. Fueron años hermosos esos.
¡El Mago de Jujúy! ¡Apareció Copperfield!: Ortega en el 94.
Qué lindo Ortega jugando para River. Qué lindo Ortega atlético y desatado celebrando sin camisa. Y qué lindo lo que improvisa Costa Febre.
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“Que le devuelvan la parte de la prima que alguien le curró a Rojas: Ricardo Rojas 2002”
Es difícil estar a la altura de este golazo (para muchos el mejor gol de River en la historia de los Superclásicos). Solo Costa Febre fue capaz. Disfrútenlo, enterito.
Termine con: La historia del héroe que está destapando a los capos del fùtbol
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