Gracias al fichaje de Santiago Arias por el Atlético de Madrid, exploramos el mejor truco de su nuevo entrenador, Diego Pablo Simeone: convertir en oro a cada jugador que toca.
Thibaut Courtois llegó a sus manos en el 2011 cedido por el Chelsea: él lo devolvió en 2014 metido en el Top 3 de los mejores arqueros del mundo. Para reemplazar a Courtois, ese mismo año llegó Jan Oblak, arquero anónimo del Benfica: cuatro años después compite junto a Courtuois en el club de los elegidos.
En el 2011 se encontró con Diego Godín, que un año antes había salido del Villarreal por una supuesta salida nocturna y era un defensa clase media: hizo de él el mejor central de Suramérica. Josema Giménez llegó a trabajar bajo sus órdenes cinco años atrás, con 18 añitos recién cumplidos: hoy es un defensa total con dos Mundiales en la espalda. Falcao estuvo dos años con él: hizo 70 goles. Diego Costa estuvo dos años con él: hizo 56.
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A Koke Resurrección lo esculpió con paciencia y pasión hasta llevarlo a jugar un Mundial con La Roja. Yanick Carrasco conoció su método en 2015: lo transformó en esa lanza letal que este verano fue tercero del mundo. A Lucas Hernández lo sacó del Atlético B y lo reconvirtió en el lateral izquierdo con el que Francia ganó la Copa del Mundo. A Griezmann, según el propio Antoine, le enseñó lo que le faltaba para mirar a los ojos a Cristiano y Messi. En Croacia, el subcampeón del mundo, Mandzukic y Vrsaljko bien pueden decir que hoy son lo que son por habérselo cruzado en sus caminos.
Y son muchos más: Arda Turan, Adrián, Filipe Luis, Miranda, Saúl, Thomas Partey, Juanfran… Joder, tantos que no caben en una publicación.
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Ahora el turno es para Santi Arias. ¿Quién no se quiere entrenar al son de los gritos del Cholo Simeone?
Termine con: Recordando a Luis Amaranto Perea
Foto:
Perú.com
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