En medio del debate sobre la continuidad de Pékerman vale la pena recordar lo que se acordó en 2014 y, sobretodo, preguntarse por qué no se cumplió.
Después del mundial de Brasil 2014 el país entero se unió entorno al pedido de la renovación de Pékerman como entrenador de la Selección. En ese momento, hasta el presidente de la República expresó su deseo de ver a Don José seguir al frente del barco, y lo cierto es que eran contadas las voces que se opusieron a su continuidad.
Luego de una extensa negociación entre la Federación y el representante de Pékerman, el 18 de agosto del 2014 se anunció la renovación del contrato del argentino hasta el 2018. Se supo entonces que uno de los puntos clave para cerrar la negociación fue la incidencia que él mismo habría pedido sobre todas las divisiones inferiores de la Selección.
De hecho, cuando llegó por primera vez en el 2012, lo más llamativo de su recorrido eran sus tres Campeonatos Mundiales sub-20 y los dos Sudamericanos sub-20 que había conseguido con Argentina, en donde fue gestor del nacimiento futbolístico de jugadores como Juan Pablo Sorín, Juan Román Riquelme y Javier Saviola entre otros.
Como durante su primer ciclo al frente de la Selección no tuvo el tiempo suficiente para involucrarse con los procesos juveniles, su nueva exigencia para el segundo ciclo nos ilusionó a todos. Pensarlo a Don José con el overol puesto, echando mano en el fútbol base, nos hizo soñar con los nuevos James.
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Por ese entonces Carlos ‘Piscis’ Restrepo estaba al cargo de la Selección sub-20 que venía de ser campeona del Sudamericano en Argentina en el 2013. Pékerman nunca tuvo un acercamiento con Piscis hasta la renovación del 2014 y después, su primera propuesta respecto a las inferiores fue poner un nuevo nombre sobre la mesa para que trabajara junto a Piscis en la sub 20.
‘Pepe’ Romero era un viejo amigo de José que a pesar de ser reconocido por su trabajo con juveniles, nunca trabajó en un seleccionado. Curiosamente, ambos compartían representante, el polémico Pascual Lezacano. Sería, para los bienpensados, su portavoz en el equipo.
La llegada de una persona nueva al entorno de la Selección debió causar incomodidad entre los dirigentes de la Federación, que más de una vez han expresado su malestar por la cantidad de ‘colaboradores’ que han rodeado a Pékerman desde su llegada a Colombia, por lo que el tema de Romero no prosperó y dejó de sonar con el paso del tiempo.
Así terminó el 2014, sin ninguna información sobre cómo haría José para tener la incidencia en las distintas categorías juveniles que se habría acordado en su renovación.
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En enero del 2015 se jugó el Sudamericano Sub-20 de Uruguay en el que aparecieron nombres como Davinson Sánchez, Joao Rodriguez y Rafael Santos Borré. Colombia terminó segunda y clasificó al mundial de ese mismo año, pero la incidencia de Pékerman en el equipo fue prácticamente nula. Aunque asistió al estadio para ver uno de los partidos y dio un par de entrevistas, su presencia no fue significativa dentro del manejo técnico del equipo que estuvo a pleno cargo del Piscis.
Ese mismo año, en junio, la Selección del ‘Piscis’ fracasó estrepitosamente en el Mundial Sub-20 de Nueva Zelanda al perder en octavos de final contra Estados Unidos; una vez más, no hubo ni siquiera señales de su relación con el equipo (que coincidió con la Copa América de Chile, en la que también hicimos el oso).
Los siguientes doce meses fueron más de lo mismo, con cada uno de los procesos de Selección enfocados en sus respectivos objetivos, cada uno por su lado. La Sub-20 de Piscis empezó a preparar el repechaje para competir en los Juegos Olímpicos de Río , y Pékerman se enfocó en su plan para los primeros partidos de las Eliminatorias al Mundial de Rusia.
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En mayo de 2016, en víspera de los Olímpicos y la Copa Centenario el presidente de la FCF Ramón Jesurum dio una noticia que parecía oficializar –¡por fin!– el matrimonio entre Pékerman y Piscis.
Sin embargo, el anuncio se quedó en anuncio y a la hora de la verdad, ni Piscis estuvo presente durante la Copa América de Estados Unidos, ni se supo de algún colaborador del equipo de Pékerman que haya estado presente en Río con la Sub-23.
Así llegó el Sudamericano Sub-20 de Ecuador en enero del 2017 en el que la Selección de Carlos Cuesta, Eduard Atuesta, Cucho Hernández y compañía ganó solo 2 partidos de los 9 que jugó y se quedó sin la posibilidad de participar en su tercer Mundial consecutivo. El fracaso le costó el puesto al Piscis, y fue el punto final de su romance fallido con Pékerman.
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A la hora de buscar el sucesor del ‘Piscis’, la Federación le habría ofrecido a Pékerman asumir como director de desarrollo deportivo para que pudiera meterle la mano –¡Por fin!– a la Sub-20. Pero otra vez, con la cabeza metida en la recta final de las eliminatorias, José dijo no gracias, mantuvo silencio total al respecto y Arturo Reyes asumió el cargo.
Lo que pasó después lo sabemos todos… Pékerman clasificó a la Selección a su segundo Mundial en línea, hizo una actuación que por encima cualquier perspectiva fue aceptable y volvió a poner a la Federación en una encrucijada a la hora de decidir una nueva renovación de su contrato.
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Así pues, más allá de las críticas de los mala leche anti-Pékerman, si está bueno indagar por qué su trabajo en inferiores no se cumplió como se esperaba. Pues siga o no al mando, La Selección necesita con urgencia sacar todo el provecho de sus bases.
Foto: Diario Popular
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