El Once Caldas está dando sopa y seco. Descubra cómo y por qué son segundos a tres puntos del líder del FPC.
ADN Bodhert
Desde el primer partido que tuvo Hubert en Manizales se sabía lo que se venía. Pura alegría, carnaval y ofensiva lírica. Las directivas no pudieron escoger un mejor técnico para la resurrección que tienen planeada. Luego le cumplieron y le dieron gusto: quiso a Steer, a Londoño, a Arias y se los trajeron. Quiso armar un Jaguares Caldas y se lo permitieron.
Y es que Bodhert encajó perfectamente en el perfil de DT que un equipo austero como el Once necesita: un tipo serio, experimentado y que no necesita a Messi para jugar bonito.
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Luego de tener el equipo listo, el profe empezó a domar a las fieras y a enseñarles lo que quiere: ataque caribeño y folclórico para llenar nuevamente las gradas del Palogrande; y disciplina defensiva alemana (como la sangre de ‘Bert’) para asegurar los puestos altos de la tabla. Y, oh sorpresa, está cumpliendo ambos objetivos de la mejor forma (va segundo). Qué embarrada que la hinchada no le cumpla a él y a sus muchachos.
Hambre y pelotas
De nada sirve tener un gran técnico y un gran apoyo desde el bolsillo del drill si los jugadores no demuestran ganas en la cancha y en los entrenos. La mejor definición de los muchachos de Bodhert: obreros, rusos que tienen más ganas de jugar fútbol que de comer. En la cancha a Londoño, a Arias y a Nieto, más allá de sus aplicaciones y entendimiento táctico, se les ve corriendo, sudando y partiéndose el lomo por el triunfo. Qué mejor que eso.
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Obvio, el profe ha sabido administrar esa locomotora de físico para el bien de todos. A los maestros con el balón los junta, al que imagina y piensa mejor le da el timón y así con todos. Todos valen y todos importan en el equipo del cartagenero de Alemania. Desde el diamante en bruto, David Lemos, hasta el más cucho, Diego Peralta.
Funcionamiento de la máquina
El número telefónico que maneja Hubert es 4-1-4-1. Una propuesta arcaica, pero funcional y atractiva. Cuando quiere atacar como caníbal deja a Diego Arias toreando solo en el medio y a los jugones rompiendo arriba. Generalmente, Kevin Londoño juega de afuera hacia adentro y el juvenil Carbonero juega comiendo cal.
Nieto, por su parte, se encarga de repartir los pedidos que le hagan los extremos y la promesa Lemos, mientras que su compañero de al lado, Juan David Rodríguez, se bandea entre la alegría del ataque y la frialdad de la defensa. Atrás, los laterales no tienen mucha salida y los centrales son firmes escuderos de José Fernando.
Así, el resultado de la ecuación no podría ser otro:
ADN cartagenero-alemán + Hambre y pelotas + 4 + 1 + 4 +1 = 16 puntos, 11 goles a favor (el equipo más goleador) y 4 goles en contra.
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Foto:
EL Tiempo
Diario Manizales
Once Caldas
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